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El pelinegro saludaba a la señora Kim con la mejor sonrisa que podía tener, esa mujer lo amaba como un hijo y él no se quedaba atrás. Después de todo este tiempo que estuvo con su hijo no podía permitirse a ignorar esa invitación.

—¡Cariño, estas aquí!— le decía la mujer— ¿Por qué vienes tardes? pensé que vendrías con Taehyung pero él me dijo que estabas ocupado y no sabia si ibas a venir.

Seojoon imaginaba que Tae no le había dado la noticia a su madre, al parecer su ruptura no era noticia pública.

—Si, tenia algunos papeles que arreglar.

—¿Pasa algo con ustedes? he visto a mi pequeño muy triste estos días, ¿todo esta bien?

Esto era mucho más difícil para él de lo que pensaba, al menos se hacía a la idea de que sus suegros ya sabían de la ruptura, pero estaba equivocado.

—Solo un pequeña pelea madre, no se preocupe— mintió.

—¿Estas seguro?

—Claro que si, pero no hablemos de eso. Traje un pequeño regalo.

El pelinegro le entregó una bolsa a su suegra, adentro de esta venía una pequeña cajita con un collar muy hermoso.

—¡Oh cariño! no tenias que hacerlo.

—Usted sabe que si.

Por otro lado Taehyung observaba como su madre hablaba con su ex novio, no sabia de que era la conversación pero lo ponía con los nervios de punta. No podía evitar tomar uno que otra copa de vino cada que veía a uno de los meseros.

Buscaba como loco a su mejor amigo y nada, no entendía si seguía en el baño o ya se había ido de la fiesta pero no él no soportaría esto solo.

Al parecer los dioses lo habían escuchado, Jimin caminaba hacia él un tanto nervioso y parecía preocupado.

—¿Tae estas bien?

—Jimin, sacabame de aquí, mamá está hablando con Seojoon y no quiero que ella...

Su mejor amigo se había detenido a mitad de su conversación ya que su madre caminaba del brazo de su ex novio y parecía venir hacia ellos.

—Bebé— habló su madre— Hable con Seojoon y él irá a dejarte a casa.

Tae solo podía esquivar la mirada, no podia ver a los ojos a su ex novio, dolía tanto que tenía miedo de llorar ahí mismo.

—No te preocupes tía— intervino Jimin— Rob esta afuera esperando por nosotros y creo que Seojoon tiene que ir a descansar, no es así?

El mayor asintió y agradeció al rubio, ya que no creía que era la mejor manera de hablar con Taehyung

Jimin se despido rápidamente de sus tíos y saco a su mejor amigo de ahí, iban en el auto y todo estaba en completo silencio, ninguno decía nada. Uno por tristeza y otro por una pequeña emoción se instalaba en su corazón.

El rubio iba concentrado en la ventana, sin ver algo en específico y perdido en las imágenes que su cabeza reproducía, un Jungkook con la boca abierta mientras gemia y tiraba de su cabello.

Un suspiro lo saco de tal imagen mental y miró hacia su amigo, Tae parecía en cualquier momento se pondría a llorar y él entendida perfectamente de que se trataba.

—Rob— llamo al chófer, el hombre lo miró por el retrovisor— Puedes desviarte al lugar de siempre.

—Si señorito— contestó el hombre con una sonrisa.

Taehyung imediatente lo miro sin comprender.

—No estarás así toda la noche— dijo el rubio— Olvidaras todo lo que tenga que ver con él por esta noche.

—Jimin no creo que...

—Nada, vamos a divertirnos y vamos a bailar hasta que nuestros pies quemen y nuestra columna parezca una montaña rusa.

—Pero tu comuna parece una carretera con tremenda curva que se hace por tu trasero— bromeó el peliazul.

—¡Taehyung!— estalló en risas el rubio acompañado de su mejor amigo.

Después de un par de bromas y risas por parte de ambos.

—Gracias— mencionó Kim.

—No me agradezcas, tu pagaras los tragos— advirtió el rubio bajando del auto.

Con una pequeña carcajada Taehyung imitó su acción.

Habían llegado al bar donde todos los conocían, era el bar donde desahogada sus penas y bailaban hasta que junto al sudor se iba la tristeza, el mismo lugar que los hacía sentir en libertad, Goldel Closet.

El lugar era uno de los más populares en Gangnam, y por lo tonto cada noche las filas eran largas, pero como siempre ellos se dirigieron a la entrada y con una sonrisa los dejaron pasar.

El gerente del lugar se acercó a ellos. Un chico

—Chicos no sabia que estarían aquí hoy.

—Lo sentimos por no avisar, pero la ocasión lo ameritaba— aviso Jimin mirando a Tae.

—No se preocupen, ahora mismo les mando a preparar una mesa en la zona Vip.

—Por eso eres nuestro favorito Jin— comentó alegre el peliazul.

Un par de minutos pasaron y ellos dos ya estaban cómodos en sus lugares, Seokjin personalmente llevaba un par de tragos.

— Una margarita y una piña colada— entregó el castaño— Está vez la casa invita.

Ambos chicos miraron al mayor sorprendidos.

—¡Gracias!— dijeron en unisonido.

Aproximadamente 30 minutos después habían pasado desde su primer trago, con 6 margaritas y 7 piña coladas los dos se encontraba en medio de la pista bailando uno contra el otro y es que vamos eran almas gemelas y uno que otro pequeño siempre había entre ellos cuando el alcohol estaba de por medio.

Bailando al ritmo de Love on the brain, sudaban y reían. Estaban en su mundo, dos adolescentes con alcohol encima y risas estridentes.

—Necesito un descanso— habló el peliazul.

—¡Yo también!— habló un borracho Jimin.

Taehyung lo ayudo a llegar al lugar, ya que a diferencia del rubio él tenia un poco más de resistencia al alcohol.

—Jimin creo que deberíamos irnos ahora— habló Kim.

—Pero aun no quiero— contestó con un puchero.

Y así había comenzado una pequeña discusión entre ellos.

—¿Todo bien?— se acerco nuevamente Seokjin.

—Jin puedes ayudarme, Jimin se niega a irse.

—Jimin creo que Taehyung tiene razón, ya estas borracho.

—¡Eso es mentira!— se defendió el rubio, tratando de mantenerse en pie pero fallando en el proceso.

Seokjin trato de ayudar a levantarse pero Jimin se negaba a ser ayudado, como el rubio decía él no sentía el alcohol aun.

El teléfono del castaño vibro y sabía que se trataba de un mensaje de su jefe.

"Sacalo de ahí ahora mismo"

decía mensaje una vez fue abierto.

 𝐓𝐞𝐚𝐜𝐡 𝐌𝐞 𝐓𝐨 𝐋𝐨𝐯𝐞 ♜⌜𝓚𝓸𝓸𝓴𝓶𝓲𝓷 ⌟♜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora