Betrayal Love

Capítulo 61: Detrás de las mentiras y engaños, ¿aún te amo?

La victoria y recuperación del Receso de las Nubes resonó a lo largo de toda la nación. Más sectas pequeñas que habían sido doblegadas por los Wen decidieron levantarse y atacar a sus amos. Sin importar el dolor o la muerte, estas pequeñas sectas lograban liberarse y una vez que lo hacían se ponían en camino para reunirse con la alianza. Así mismo, los nombres de quienes habían hecho esta victoria real fueron bendecidos y celebrados. Jin Zixuan era uno de los más alabados por lograr mantener en equilibro a tantos líderes y cultivadores poderosos y diferentes. Por supuesto, ambos gemelos jade fueron proclamados casi como divinidades celestiales, mártires de guerra que habían hecho justicia por las muertes de los suyos. Las alabanzas y poemas hacia sus personas no cesaban, todos predecían que ambos lograrían vencer a Wen Ruohan y recuperarían la dignidad de su tío, Lan Qiren, quien permanecía secuestrado en Sin Noche

Por otro lado, en el caso de Jiang Cheng, era diferente: Si bien su mérito era reconocido, algunos sospechaban de sus intenciones reales. Para todos seguía siendo considerado un traidor, algunos pensaban que quería redimirse ante su marido, otros que solo buscaba seducirlo para volver a traicionarlo, mientras que otros apuntaban a que era un ser ambicioso e inmoral que antes había sido amante de Wen Zuliao, pero que al final solo lo traicionó. Esa era su naturaleza: traicionar a los alfas que confiaban en él.

Mientras tanto, el nombre de Wei Ying no fue mencionado, pues, en su lugar, la figura mítica del Patriarca de Yilling se encumbró. Todos parecían olvidar el origen real del Patriarca de Yilling, era como si este hubiera nacido de las profundidades de los Túmulos Funerarios. De hecho, la leyenda que comenzaba a expandirse mencionaba que debido al odio profundo que sentía por Wen Ruohan debido a la muerte de Jiang Fengmian, quien lo rescató de niño, Wei Wuxian ingresó a los Túmulos Funerarios, ahí debía de haber un portal al Inframundo por el que ingresó. Esa belleza particular sedujo a los príncipes del infierno, quienes le fecundaron e hicieron su concubino. Wei Ying aceptó a cambio del poder necesario. Así, ya preñado, regresó al mundo de los mortales, como un príncipe demonio, el amo de los muertos, con el apoyo de todos sus amantes del Inframundo.

Conforme esa leyenda pasaba de boca en boca y de región en región se aumentaba más dramatismo a la historia. Otros juraban haber estado presente en su parto y que el cachorro nacido tenía ojos rojos, que era mitad demonio y mitad humano. También comenzaron a murmurar que los hermanos Wen se habían aliado a él por la búsqueda de venganza, pero también porque Wei Wuxian los sedujo. Y que su actual objetivo era seducir a LanWanji. Sea como fuera, nadie podía negar la fascinación que sentían por los secretos del patriarca de Yilling.

En los siguientes días, los cultivadores de la Alianza aún permanecían en el Receso de las Nubes, pero las decisiones habían sido tomadas. Los líderes de secta tenían escogidos a los discípulos que partirían al frente, mientras los heridos irían hacia Torre de Koi a terminar de recuperarse. Lan Xichen dejó a los ancianos, heridos y no combatientes en la montaña. La secta Jin había enviado víveres para todos ellos, así como material y siervos para empezar a reconstruir algunas áreas del Receso de las Nubes.

Mientras tanto, Jiang Cheng no pudo dormir adecuadamente en todos esos días, pues había estado dándole vueltas a la amenaza de Xichen. No estaba dispuesto a permitir que se llevara a su hijo, pero, de momento tuvo que ocuparse de sus deberes como líder. Envió a algunos discípulos de regreso a Muelle de Loto con notas de quienes debían de venir y los víveres que necesitarían.

Por exigencia de Jin Zixuan, Jiang Cheng y Lan Xichen no volvieron a pelear, pero para lograrlo se ignoraban totalmente, casi como si el otro no existiera. Cuando necesitaban alguna comunicación de manera oficial, enviaban mensajeros. Ambos se comprometieron ante Zixuan a no volver a mezclar sus emociones. Eran conscientes que pelear a vista de los demás solo fracturaría la alianza entre sectas. Por el contrario, debían de mostrar unidad para que más cultivadores se unieran a su causa y los discípulos Wen desertaran.