Luego de caer en la trampa de un enemigo, Xichen y Jiang Cheng se ven forzados a comprometerse en matrimonio para reparar el honor de Jiang Cheng y su secta. Sin embargo, aunque ambos han sido amigos desde niños, Xichen tiene un amor del pasado que...
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Ante el grito de guerra de Wei Wuxian, todos los cultivadores se enardecieron. Todos estaban dispuestos a dejar sus vidas en esa batalla para que las siguientes generaciones pudieran vivir en paz, crecieran sin el miedo de que en cualquier momento el tiránico régimen de Wen Ruohan los destruyera o amenazara con las vidas de sus seres amados.
La música del dizi de Wei Ying retumbaba por todo el lugar, el cielo se había cubierto por completo, sumergiendo a todos en las tinieblas. Solo la música de los Lan mantenía protegido a los cultivadores aliados para que el efecto de la energía resentida no les dañara. Wei Ying no podía contenerse, porque Ruohan tampoco lo estaba haciendo. Por medio de ese encuentro entre energía resentida, podía sentir el corazón de Ruohan apretándose cada vez más. La energía resentida no le obedecía, se sentía tentada a ir a un nuevo usuario, uno joven, vigoroso y que en un futuro sería más poderoso. Wei Wuxian podía sentir esa energía pidiendo ser liberada de las garras de Wen Ruohan.
Esa misma energía le mostró donde se ubicaba los clavos de control en cada cadáver. Había sido un trabajo de años el que Ruohan pudiera controlar a tantos cadáveres, pero a diferencia de Wei Ying, no podía controlarlos de forma directa, sino usando esos clavos de control. Wei Ying transmitió la orden a sus cadáveres de quitarles esos clavos de control. Como lo supuso, una vez libres los clavos, Ruohan perdía el control sobre estos en poco tiempo. Wei Ying entendió algo más allá de todo. Escuchó la música de parte de los cultivadores de la secta Lan, Claridad, una canción que buscaba mantener el equilibrio de los cultivadores. Mientras que un pequeño grupo selecto de estos tocaba otra pieza musical dirigida hacia los cultivadores Wen que llegaban para desestabilizarlos.
Una teoría que había pensado desde hace tiempo comenzó a cobrar sentido. A Wen Ruohan no le quedaba mucho, seguramente él mismo lo sabía, aunque posiblemente él pensara que era por otra causa. Sin embargo, eso lo volvía aún más peligroso.
—Lan Zhan, Zixuan, deben ayudarme a quitarle los clavos de control a eso cadáveres. Una vez lo hagan, yo podré controlarlos.
Ambos cultivadores asintieron. No era una tarea agradable, pero no tenían opción. Los cultivadores Jin, en su mayoría estaban peleando contra los Wen. Pero, Jin Zixuan seleccionó a cinco de los mejores arqueros para que apuntaran directamente hacia donde los clavos se habían teñido de carmesí, llamando a Wei Wuxian. Poco a poco, los cadáveres caían una vez los clavos se soltaban. Al ser cadáveres feroces volvían a ponerse de pie, pero esta vez estaban al servicio de Wei Ying, quien los recibía usando el sello del tigre.
La batalla era vista por todos los capturados y la élite Wen en el salón del trono. Wen Ruohan soltó un gruñido casi imperceptible. Apretó su ceño concentrándose para aumentar su poder e intentar controlar a esos cadáveres de vuelta, pero no lo lograba. Cuanto más empujaba su poder más sentía como su núcleo dorado y su corazón era apretado por la energía resentida.
