Capítulo 27: Debates emocionales

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¿Cómo era decepcionarse de alguien a quien se admira? Nie Mingjue había transitado por diferentes estados de decepción hacia su padre. De pequeño lo admiraba por su fuerza y su manejo con el sable, deseaba ser igual que él, así que entrenó duramente. Sin embargo, el camino para serlo fue duro y lleno de castigos de parte de su madre y padre si no se dedicaba el día entero a entrenar.

Su padre puso su primer sable en sus manos cuando llegó a los diez años. Eso le hizo sentirse orgulloso de sí mismo, pensando que todos los golpes y no poder jugar con su hermano estaban siendo retribuidos. Durante varios años no se dio cuenta de los problemas que circulaban en el harem de su padre o los ignoró para no decepcionarse de él. Poco a poco fue entendiendo que su padre quizás no era el alfa que él había recreado. ¿Por qué permitía que sus esposos y esposas se dañaran? ¿Por qué toleraba los abusos de su madre? ¿Por qué dejaba que su hermanito Huaisang sufriera? Luego, intentó no darse cuenta de las irregularidades con sirvientes y discípulos hasta que Meng Yao llegó a sus vidas. Pensó que su padre aceptaba a A-Yao porque lo estaba protegiendo. Así que su imagen volvió a subir por él. Pero, luego, le permitió cortejar al omega para después culparlo de ello ante su madre, fue capaz de sellarle, golpearle y permitir que un inocente fuera castigado. En ese incidente incluso la madre de Huaisang fue castigada por proteger a un adolescente como A-Yao. ¿Dónde estaba ese padre que admiraba? Año con año intentó creer que su padre solo tenía ideas erradas y que él podría hacerle ver la verdad, que solo bastaba con presionarlo para ganar su aprobación. Nunca pensó que el resultado final fuera ese.

La tensión entre padre e hijo podría hacer desmayar a cualquier otro alfa, beta u omega. Sus aromas se desplegaban intentando marcar el territorio como propio. Mingjue estaba asqueado y decepcionado. No reconocía al alfa que tenía en frente.

—A-Yao es mi omega destino ¡¿Cómo puedes intentar cortejarlo?! ¿Cómo puedes hacerle algo tan bajo a tu propio hijo?

Deseaba que su padre se burlara, diciéndole que estaba imaginado ese hecho tan desagradable. Realmente daría la mitad de su vida por ello. Pero la sonrisa de suficiencia del mayor no denotaba aquello. Se estaba burlando de su afecto hacia él, escupiendo en su admiración y en su orgullo como alfa y cultivador.

—A-Yao es mío. —Replicó el líder Nie. — Su padre me lo entregó como regalo. Yo lo nombré asistente de mi concubina y fue tratado bien al cuidado de ella, era un niño no iba a fijarme en él, aunque de hecho su padre me lo envío con esa intención. —El líder Nie rememoraba la figura del omega. — Luego, cuando creció y se volvió adorable, me lo pediste y te permití tenerlo; pero lo arruinaste, hijo, con tus tonterías. Aunque sabías que no tenías permitido casarte con él, le hiciste todas esas promesas ridículas. —Se burló. — Ahora es diferente, es un joven hermoso y te rechaza por completo ¿por qué no puedo cortejarlo si es mío?

Estaba anonadado, su mano temblaba de indignación sobre su sable. No podía creer que de la boca de su padre brotaran aquellas palabras. Hablaba de A-Yao como si fuera un objeto que recibió del líder Jin. Pensó que Meng Yao le dijo aquello para provocarlo, no que fuera real. Realmente había subestimado la lujuria de su padre. Era contradictorio, no movía ni un dedo por ninguno de los sirvientes que terminaban sirviendo en la cama de su padre, pero ahora estaba a punto de vomitar. ¿Cuántos de esos sirvientes habrían sido obligados por su padre?

—Padre, le llevas más de treinta años. Eso...

El mayor le observó como si observara a un niño confundido que necesita ser encaminado.

—Hijo, algún día llegarás a mi edad y te llamarán la atención los lindos omegas jóvenes. A-Yao ha florecido. —Le enfrentó con dureza. —Soy directo contigo. Voy a cortejarlo para convertirlo en mi concubino.

Betrayal LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora