Luego de caer en la trampa de un enemigo, Xichen y Jiang Cheng se ven forzados a comprometerse en matrimonio para reparar el honor de Jiang Cheng y su secta. Sin embargo, aunque ambos han sido amigos desde niños, Xichen tiene un amor del pasado que...
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JinLing sentía como el frío le calaba los huesos. De forma casi automática, posó sus manos sobre su vientre ante ese viento gélido. No estaba muy acostumbrado a este tipo de frío. Es decir, en LanLing llegaba a nevar, pero no hacía un frío tan insoportable. Y, ahora, viviendo en Yilling tenían un frío parecido al de LanLing, incluso un poco más seco.
De repente, su cuerpo fue cubierto por una gruesa capa afelpada roja con forro blanco acolchado. Sus mejillas se pusieron tan rojas como la punta de su nariz.
—A-Ling, debes cuidarte del frío de Gusu. —Susurró la voz de su alfa cerca de su oído. Como una respuesta automática, sentía todo su cuerpo estremecerse mientras que sus piernas temblaban.
El aroma a gardenias de su alfa le envolvió. Cómo le gustaba sentir que el aroma de su alfa le envolvía. Aunque no lo decía explícitamente, podía verse en pequeños cambios cómo sus hombros lucían menos tensos.
Su alfa se puso delante de él, con esa sonrisa sincera, mientras ataba el cordón de su capa. Verlo, sentirlo cerca hacía que la calidez le llenara, especialmente en su pecho y vientre.
—Estoy un poco nervioso. — Susurró con un pequeño mohín en su boca.
—Hemos venido juntos antes. — Respondió Sizhui mientras sus manos acunaban las mejillas rojas del omega.
—Sí, pero ahora es diferente. — Replicó de inmediato.
Los labios de Yuan terminaron en su frente, sus brazos le envolvieron con tanto amor, aunque JinLing también conocía la pasión de esos brazos. Después de todo, esta era la primera nevada desde que se habían casado. Ese pequeño pensamiento le aturdió unos segundos llenos de vergüenza.
—Ahora, A-Ling, eres parte de mi familia oficialmente. Por eso, quiero presentarte a los abuelos y al tío Qiren de forma apropiada.
A pesar de no ser parte de la secta Lan, Sizhui tenía permitido visitar el salón ancestral donde se rendía homenaje a los ancestros Lan y a la Montaña Ancestral donde estaban enterrados sus abuelos y su tío abuelo.
Este era un buen momento para decirle a Sizhui lo que le había ocultado desde hace unos tres meses. Sin darse cuenta, esperando el mejor momento, no había dicho lo que deseaba.
—Yo...—JinLing balbuceó, no sabiendo cómo darle esta noticia a Yuan. Sus mejillas se enrojecieron aún más si era posible. La cara completa le quemaba.
—Eres tan adorable siendo tímido incluso aunque ya nos hemos casado y que...— Susurró Sizhui con esa voz que le escarapelaba el cuerpo.
Las manos de Yuan fueron hacia el vientre de JinLing.
