Capítulo 62: Destinados

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Para los alfas y omegas destinados que han compartido intimidad antes, que se han aceptado con amor y entrega era sumamente difícil poder resistirse al encanto del otro. Para sus sentidos y almas animales no existía nada más que el aroma, cuerpo y besos del otro. Por ello, para Xichen no hubo mayor problema con los omegas de su secta ni con las de ninguna secta. Incluso sus aromas le resultaban repulsivos. Incluso si un omega en celo se presentara, para Xichen no significaría nada, no sentiría ni siquiera un cosquilleo. Sin embargo, Jiang Cheng era todo lo contrario, era la tentación pura, la raíz de su locura y sed de lujuria, todo lo que necesitaba en ese momento.

Finalmente, lo sentía receptivo, sus feromonas, su delicioso aroma a flores de loto le daban la bienvenida. No desperdició momento, no permitiría que el omega se arrepintiera. Continuó besando sus labios mientras sus manos paseaban por su pecho. Entre dos dedos atrapó uno de los pezones erectos. Según recordaba, los pezones de Jiang Cheng eran más pequeños, ahora cuando se erguían parecían pequeños frutos maduros, ligeramente oscurecidos.

Alfa...—Soltó un quejido Jiang Cheng, rindiéndose a su parte omega. Sus ojos continuaban sollozando. Sabía que iba arrepentirse por ello, pero quería volver a sentir el amor de Xichen. ¿No era algo patético? Estaba tan desesperado por volverse a sentir amado que iba a entregarse a su ex esposo.

Los ojos de Xichen se aclararon en ese momento. Jiang Cheng había usado su voz de omega sin pensarlo. Para el alfa y el raciocinio atrapado en Xichen resultó tan sutil, suave y necesitada, pero también notó preocupación y culpa. El cuerpo entero del alfa se estremeció de deleite, pero, a la vez, hizo que un poco de raciocinio se abriera entre las tinieblas de la embriagues y de la lujuria. Era muy poco, su voluntad de resistirse había agotado. Así que, cuando Jiang Cheng le atrajo para un beso, Xichen no se resistió. También lo deseaba, ardía de lujuria por hacerlo suyo nuevamente. Estaba harto de contenerse, de tener que desviar la mirada para que nadie se diera cuenta que aún deseaba a Jiang Cheng.

—Mi omega. Mi A-Cheng...—Susurró. Esa poca racionalidad que se abrió paso se hundió en las tinieblas nuevamente. Era innecesaria porque ambos animales internos se llamaban a gritos y querían envolverse en el amor de nuevo.

Los besos se volvieron más salvajes, más hambrientos. En medio de quejidos, jadeos y sollozos ahogados, Jiang Cheng abandonó su culpa, su razón, su moral, todo y se entregó a la lujuria que el alfa le prometía. Todos esos sentimientos podrían volver cuando terminara, pero, en ese momento, solo quería abrazar a su alfa, verse reflejado en esos ojos llenos de lujuria, saber que Xichen no buscaría a nadie más que a él.

En cuanto la túnica del omega quedó totalmente abierta, dejó a la vista el cuerpo bien trabajado de Jiang Cheng. Xichen suspiró mientras pasaba su mano por toda la piel pálida. La piel de Jiang Cheng era como tocar pétalos de flores, aunque, había algunos moretones y rasguños aquí y allá; pero la principal marca era el corte en su vientre. Xichen tuvo el recuerdo de un Jiang Cheng gritándole como había tenido que ser sacado Jingyi de aquel capullo. El alfa bajó la cabeza y besó la cicatriz con reverencia.

—Mi omega es tan fuerte. —Susurró suave, deslizó sus dedos por esa cicatriz con ternura. — Gracias por luchar por nuestro cachorro.

Eran sentimientos propios de un alfa orgulloso de su omega. Jiang Cheng sabía que Xichen jamás se lo diría en estado racional, aun así, aquello caldeó su corazón. Era el tipo de consuelo que buscó en Xichen antes. Sabía que no merecía consideraciones, pero era inevitable que su omega interno no tuviera expectativa de ser elogiado por su alfa. Finalmente, había recibido ese pequeño reconocimiento. Así que recibió con gula los labios del alfa y se enredó con él nuevamente. La mano del alfa continuaba su camino, explorando todos los rincones de aquel cuerpo que le fue prohibido.

Betrayal LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora