Luego de caer en la trampa de un enemigo, Xichen y Jiang Cheng se ven forzados a comprometerse en matrimonio para reparar el honor de Jiang Cheng y su secta. Sin embargo, aunque ambos han sido amigos desde niños, Xichen tiene un amor del pasado que...
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No podían moverse demasiado, pues tenían que mantener detrás de sus cuerpos a las omegas. Yanli abrazaba a las dos consortes e intentaba mantener la calma. Sentía a su cachorro removerse en su interior. Inhalaba y exhalaba, intentando no romper en llanto ni en la histeria. Su situación no era la que Zixuan y ella planearon para recibir a su cachorro. Aún le quedaban tres meses para su nacimiento aproximadamente, pero sentía que se removía demasiado, quizás era por la añoranza hacia su padre alfa o por todo el estrés que habían pasado.
—Joven Madam Jin. — Susurró la concubina Mo.
Las tres acallaron otro quejido cuando los ataques de los discípulos de Su She impactaron contra la barrera defensiva del maestro Lan.
La imagen fuera de la barrera era bestial. Los muertos vivientes controlados por SuShe se batían contra los que Wei Ying había convocado. Las energías oscuras de ambos amuletos colisionaban, mientras Han GuangJun repelía los ataques de los demás discípulos. No esperaban que SuShe tuviera un control tan fuerte sobre aquellos cadáveres feroces. Wei Ying detectó que estaba usando la técnica que Xue Yang creó para Ruohan, que era la de introducir clavos de control, con lo cual impedía que Wei Ying pudiera tomar el control de estos, ya que la energía resentida siempre buscaba al que poseyera un núcleo más poderoso.
Yanli sintió que una contracción llegaba. Su rostro palideció.
"Aún no, por favor, bebé, aun no...Aun tienes que crecer más tiempo"
Esta vez sus lágrimas comenzaron a caer con más fuerza. Estaba rompiéndose emocionalmente. Esto era más de lo que podía soportar.
—A-Xuan...— Llamó a su alfa mientras abrazaba su propio vientre.
—¡Dioses celestiales...!— Exclamó la concubina Mo al ver como la ropa de la muchacha se humedecía.
—¡Maestro Wei! Su hermana dará a luz pronto. — Gritó la concubina tan fuerte que su grito atravesó la barrera.
Wei Ying giró hacia su hermana. La encontró pálida como un fantasma, resoplando con dificultad, con los ojos rotos en llanto, apretando su vientre adolorido. En ese instante, la rabia inundó su corazón. No importaba nada más. La música de su dizi se hizo cada vez más furiosa, los muertos que controlaba se volvieron cada vez más poderosos, absorbiendo la energía resentida de su portador. Para Wei Ying ya no existían los límites para liberar su poder.
— Lan Zhan, concéntrate en fortalecer la barrera. — Pidió a su alfa.
El alfa sentía perfectamente el flujo de energía de su esposo, como ese delicado equilibrio se tornaba a hundirse en la profunda oscuridad.
—Wei Ying, es peligroso... — Quiso advertirle, pero su mirada se encontró con la súplica de su amado.
—Por favor...
No importaba si tenía que consumirse por completo, Wei Ying iba a terminar esto en unos segundos. La razón por la que no lo había hecho era por precaución de afectar a su hermana, pero si ella estaba a punto de dar a luz tenía que correr el riesgo.
