A veces creemos que conocemos a las personas como la palma de nuestras manos, pero no es así, las palabras de Cristopher me llegaron hasta lo más profundo de mi estúpido corazón, a él de verdad le importa mucho lo que opine de él, aún recuerdo su cara de decepción.
Después de superar todo lo que estaba pasando, decidí bajar a la sala con los demás, las miradas caen sobre mi mientras bajo las escaleras de la casa, se siente muy incómodo, pero pongo mi cabeza en alto y camino hacia la mesa donde está Carolina, David y Cristopher.
Carolina con una voz tierna me dice ¿Todo bien? Tienes los ojos hinchados, ¿Estuvistes llorando cierto?
Mi cara obviamente está desecha y se me nota que hubiera llorado mares, así que le respondo con una voz dulce, ¡Para nada, estoy bien! ¿Llorar,Yo? ¡Jamás! Carolina con una mirada asesina me responde, a mí no me engañas te conozco demasiado bien, pero si no me quieres decir, no insisto.
Cristopher ya ni siquiera me mira a la cara, me siento muy mal por haber dicho lo que dije, nunca lo había visto así, me doy cuanta de que David y Cristopher se van directo hacia afuera donde está el patio para jugar fútbol, me quedé con Carolina en la mesa a solas, noto que ella está como pensativa así que me acerco más ella, y le pregunto ¿Estás bien? Ella pone sus ojos en mí y me responde - ¡No! - Me extraña su respuesta así que mi curiosidad no cesa, así que me atrevo a preguntar - ¿Por qué lo dices?- ella me coloca una mirada nerviosa y me dice - ¡No sé cómo explicarte, ni siquiera sé por donde empezar! -
Espero que ella tenga la suficiente confianza para decirme lo que le sucede, así que decidí esperar hasta que esté lista. Su mirada es de preocupación y me responde - ¿Qué pasaría si me enamoro de alguien prohibido?- lo que me dijo me dejó atónita, así que con una voz de preocupación le digo - ¿Por qué lo dices, lo conozco? - su mirada habla por si sola y con su voz nerviosa me dice - ¡Sí, lo conoces muy bien! - al decirme me da la primera pista, mi menta empieza a imaginarse de quien estaba hablando así que empiezo a atar cabos y lo supe en un segundo, es obvio que está hablando de David desde que llegamos no ha parado de mirarlo y de desnudarlo con la mirada.
Procedo a preguntarle de una manera no tan directa, así que le digo -¿Qué sientes por él? - Sus ojos se tornan oscuros y me contesta: - ¡No lo sé! No sé si es que me estoy enamorando o es porque lo conozco lo suficiente y soy yo la que está confundida, ahogandome en un vaso de agua - su repuesta no me extraña pero necesito darle un buen consejo y no sé ni siquiera por donde empezar.
Si de verdad te estás enamorando tu lo vas a sentir, si te preguntas ¿si es amor? Pues lo respondes muy fácil, sientes la necesidad de estar a su lado, de que no puedes dejar de mirarlo, si eso es lo que sientes entonces estás enamorada de él.
Ella me mira con sus ojos que pueden transmitir el miedo que tiene al contarmelo pero decide armarse de valor y decirme - ¡Siento que me estoy enamorando de David! - Pongo mi cara de sorprendida aunque no lo estaba, lo sabía desde un principio. La miro con mucha seriedad y le respondo - ¿Él ya lo sabe? - Ella me coloca una mirada de asustada y me agarra la mano diciéndome -¡No! - ni te atrevas a decírselo, jamás se enterara, me responde con un tono de molestia, - ¿Por qué? ¿No se lo vas a decir? - Él debería saber, ella me hace jurar que no se lo diré, no me puedo negar, es su decisión y no puedo hacer nada aunque quisiera gritarlo a los cuatro vientos.
¡Qué complicado es guardar un secreto!
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Con una Mirada
RomanceAndrea una chica de 17 años terminando de presentar tesis para graduarse en el liceo, es una chica super centrada y equilibrada, pero su vida toma un giro de ciento ochenta grados cuando su primer amor aparece de nuevo en su vida. Cristopher, es un...