Capítulo 33: "Tendras que cargar conmigo hasta el final de los tiempos"

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Son las 8 de la noche, ya terminamos de cenar, cada quien va a sus habitaciones a dormir, no he visto a Cris desde la cena, me dirijo al baño a ducharme, la casa se ve oscura y vacía, bueno que puedo esperar si soy la última en ducharme, la casa cuando están todos durmiendo se ve tenebrosa, busco mi toalla y voy al baño que queda al lado de la biblioteca.

Pongo música y me meto en mi mundo, cuando me ducho con agua tibia, siento una tranquilidad, se me quita el estrés y me hace pensar mucho mejor.

De repente, escucho un ruido como si alguien intentara abrir la puerta, busco rápido la toalla y me la coloco, escucho detrás de la puerta y no escucho nada, es como raro, todos ya están dormidos a esta hora, cuando me volteo para dirigirme otra vez a la ducha se abre la puerta, entro en pánico, al voltear veo una sombra entrar al baño, apenas abrí la boca para gritar el hombre me tapa la boca, lo detallo y veo que es Cris, me dió un susto grandísimo.

Él se ríe irónicamente -Otra vez te asustaste, que facilidad tengo de asustarte- él quita sus manos de mi boca y aprovecho para decirle lo que se merece - Estas loco, no vuelvas hacer eso- se ríe - Si estoy loco de amor por tí, de repente se me antojo bañarme contigo, no sé digo yo para ganar tiempo- le doy una cachetada por lanzado, él se ríe nuevamente y me pega contra la pared del baño y me besa, una de sus manos sostienen mi cintura y la otra agarraba mi otra mano contra la pared, sus labios no dejan de besarme sin parar, dejándome sin respirar, siento que el nudo de la toalla se está aflojando intento acomodarmelo para que no se caiga, separa sus labios por un momento.

– ¿Acaso tienes miedo de que se caiga la toalla? – Tapo su boca – Sé cuales son tus intenciones y de una vez te digo, no vamos hacer lo que piensas – se ríe irónicamente – Ja, que intuición, me gusta que sepas lo que pienso, para qué tantos rodeos, sabes que me muero por tenerte más cerca de lo que ya estamos – lo miro fijamente -¡No! A mí no me mareas como a tus amiguitas, ya sabes que no quiero ir tan rápido, sino aceptas mi condición entonces lo dejamos por aquí– me agarra la cintura nuevamente.

– Está bien, entiendo, sabes que yo llego hasta donde me lo permitas, no haré nada que tú no quieras – le doy una sonrisa, sus ojos se clavan en los míos, me da un beso corto – Ahora si me voy para que puedas terminar de bañarte tranquila, te amo– le doy un beso en la frente –Vete con cuidado, ya sabes para que nadie sospeche– él asiente con la cabeza y se va.

Termino de bañarme, me coloco la pijama y salgo, voy a la biblioteca y me doy cuenta de que Erick no llego a dormir, Cris se quedó dormido en el sillón, noto que David se quedó dormido en el suelo y Carolina en el sofá cama, no me queda más opción que dormir en la colchoneta donde duerme Erick, me acurruco en las sabanas, por fin puedo tomar un respiro, me pongo de lado e intento concebir el sueño, siento unas manos entrelazarse en mi cintura, cuando me volteo veo a Cris, lo primero que le dije fue regañarlo –¿Qué haces aquí, estás loco? y si alguien nos encuentra juntos– él me da una sonrisa torcida –Tranquila, está cerrada la puerta con seguro y no creo que David y Carolina vayan a decir nada, te estaba esperando para dormir juntos– solo puedo decirle – Estás loco sinceramente–

Sus ojos brillaban como las estrellas
– Nunca pensé tener la necesidad de tenerte cerca todo el tiempo, me traes vuelto loco– me río bajito para no despertar a nadie – Nunca pensé que me necesitarás tanto– coloca sus manos en mi cara –Bueno que hago sino puedo estar sin tí–

Él se acerca y me da un beso, está vez es distinto, sus labios me besan sutilmente como si fuera de cristal, sus brazos agarran mi cintura quedando lo suficientemente cerca, después de separar nuestros labios, su voz fría que me encanta me susurra –Buenas noches mi Andy– Quedando mi cabeza apoyada en su abdomen le respondo –Que descanses Cris–

Con una Mirada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora