La noche está pasando muy lento, los minutos se hacen horas, el cielo está nublado como si fuera a llover, espero que eso no pase, porque si no, nos tendremos que quedar todos en la casa de los abuelos ya que es una casa grande de 3 pisos.Seguimos en la mesa los 4 juntos y se nos ocurre jugar cartas, David da la idea de jugar en parejas a si que nos vamos a carta de reyes, el primer rey le cae a Carolina y el segundo a David, los dos se miraron y se dieron una risa nerviosa mientras tanto me tocó jugar con el engreído de Cristopher, él me da una sonrisa torcida y en tono de burla me dice ¿enserio tengo que jugar contigo?
Le doy una mirada asesina y le digo ¡Bueno te puedes cambiar de equipo! Por mí no hay problema puedo jugar con Carolina o con David. Su cara se pone sería y me mira con esa mirada que intimida pero no dejo que él lo sepa,me dice ¡Empezemos pues!
El juego esta súper entretenido he ganado ya tres partidos con Cristopher, pero no celebramos, Carolina y David están un poco molestos por no ganar ninguna, hasta que por mala suerte nos ganan una y empiezan a celebrar de una manera que no la había visto, se abrazaron y después se volvieron a sentar, sus miradas están confabuladas, sus respiraciones agitadas de tanto saltar y gritar, pero sus ojos brillan de una manera que me hace pensar muchas cosas.
Después de 12 partidos, Carolina y David nos han ganado todas, solo tenemos ganadas 5 me siento muy frustrada, después de intentar ganar en anteriores veces, por fin pasó, ganamos una ,no pude aguantar la emoción y abrazo sin pensar a Cristopher y gritar como loca, de repente vuelvo en sí y me acuerdo que no debía hacer eso, pero no pensé antes de hacerlo, la culpa me carcomía por dentro, luego que nos separamos quedamos cara a cara, él se acerca y me susurra ¡No deberíamos celebrar Andy, aún no hemos ganado todas!, Mi mente no lo podía creer, desde hace mucho tiempo Cristopher no me decía Andy y otra vez lo oigo decir de sus labios. No puedo parar de mirarlo con asombro y vuelvo a mi asiento.
Llegó la hora de la cena familiar, todos estábamos reunidos, Carolina se sentó al lado de David, no me tocó de otra que sentarme al lado de Cristopher ¡Qué pesadilla! Hay veces que el me cae bien pero hay otras en que prefiero ahorcarlo porque se pone muy engreído e insoportable. Él me mira con esos ojos marrones claros y me dice ¿No te vas a sentar a comer? Pongo mi cara de molestia y le respondo un poco chocante ¡Sí, ya voy!
En la cena, hasta que me tuve que ensuciar la cara de salsa de pasta y se me cayó el refresco encima ¡Qué desastre hice! No aguanté la vergüenza, todos me estaban mirando, acaso no se me puede resbalar nada porque todos se enteran. Cristopher me ayuda a limpiar el asiento y el piso, se agacha y me mira con esos ojos tiernos que no los había visto en toda la noche, me dice con una voz tierna ¡Tranquila, suele pasar no te avergüences! Luego viene David y me trae un trapo para limpiar el piso.
Estoy fajada limpiando mi camisa pero una mano toca mi cabello y me lo aparta de mi cara, subiendo a mi mejilla, limpiando lo que tenía sucio, levanto mi mirada y lo veo, Cristopher, el egoísta, egocéntrico ayudándome a limpiarme, no es normal, algo le pasó, sus ojos invaden a los míos y me hace subir mi cara para mirarlo de frente.
Esta noche será interesante...
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Con una Mirada
Storie d'amoreAndrea una chica de 17 años terminando de presentar tesis para graduarse en el liceo, es una chica super centrada y equilibrada, pero su vida toma un giro de ciento ochenta grados cuando su primer amor aparece de nuevo en su vida. Cristopher, es un...