05| Primeras palabras

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Valerie se despertó al escuchar sonidos en la cocina, se levanto sigilosa y primero fue a la habitación de Harry, si alguien había entrado a robar tenía que protegerlo.

Al ver la cama vacía se relajo, y supuso que era Harry quien provocó el ruido. Camino hacia ahí, encontrandose con que Harry estaba limpiando el suelo con el trapeador, había agua de más, y la cubeta tenía mucho jabón, pero Harry tenía una mueca concentrada

—Harry, ¿Que haces, amor? — le pregunto en voz baja, para no asustarlo. Harry la miro fijamente con las mejillas rojas antes de señalar la cubeta y el suelo — no tienes que limpiar, yo me encargaré de eso más tarde

Lo tomó en brazos, pues el pequeño estaba sin zapatos y temía que se fuera a resfriar o caer.

—No tienes porque hacer la limpieza Harry, si quieres puedes ayudarme cuando yo lo haga, pero no te castigaré ni te regañaré si no lo haces, excepto los juguetes, esos si tendras que levantarlos despuea de jugar — bromeo, mirandolo directamente a los ojos, asegurandose de que el pequeño entendiera sus palabras

Harry asintio, aún confundido. Su tía siempre le decía que él solo servía para limpiar y servirles a ella, al tío Vernon y a Dudley. Pero ya había comprendiendo que Valerie no era como su tía, Valerie le daba besos, y abrazos, le compraba juguetes y le daba de comer, nunca le había dado pan duro, y lo mejor de todo, nunca lo había golpeado, y sabía que nunca lo haría, algo dentro de su pecho se lo decía.

Valerie no era como Petunia. Petunia era mala, y Harry estaba muy feliz de que ella ya no formara parte de su vida.

—Hoy terminaremos de decorar tu cuarto — le dijo Valerie durante el desayuno — vamos a terminar de pintar y pondremos tus cosas nuevas — Harry asintió moviendo sus piesitos por debajo de la mesa mientras metía un pedazo de fruta en su boca

Valerie terminó de desayunar antes que él, así que empezó a recoger algunas cosas. Y cuando Harry terminó y llevó su plato al lavaplatos ella lo llamó.

—Harry, tengo algo para tí — le dijo, antes de extenderle a Lucky, quien tenía su brazo como nuevo y hasta tenía un par de ojitos que se movían al agitar al muñeco

Harry lo había extrañado mucho, Lucky era su compañero de aventuras, y el que lo cuidaba, aunque ahora Valerie también lo cuidaba.

(...)

Un par de días después Valerie y Harry ya se habían acostumbrado al otro, Harry cada vez sonreía más y se sentía más cómodo, o se tomaba más libertades, sin miedo a ser reprendido.

Habían hecho varias actividades juntos, habían ido al parque, habían cocinado galletas, Valerie le leía cuentos todas las noches, cuando tenía pesadillas y no podía dormir le daba leche tibia. Y ese día irían a hacer las compras de la despensa.

—Y... listo — Valerie terminó de peinar el cabello de Harry, que segundos después regresó a su posición anterior, causando que valerie frunciera el ceño e hiciera un puchero, y que Harry riera — ¿Te ries de mí? Como te atreves, pequeño travieso, te enseñaré lo que le hago a los niños traviesos

Harry soltó una carcajada en el momento en el que Valerie lo cargó y comenzó a besar su estomago, haciendole cosquillas

—Ya verás lo que le pasa a los niños que se ríen de mí — llevó sus manos a las costillas de Harry y comenzó a hacer aún más cosquillas, causando que Harry se retorciera de un lado a otro

—No, mami para — gritó Harry entre risas. Valerie se quedó quieta al instante

¿Había escuchado bien? ¿Harry había hablado? Y aún mejor, ¿La había llamado mami? Una sonrisa gigante se asomó en sus labios.

La madre de Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora