40| Sirius

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Harry, Draco y Hermione, corrían detrás de Ron y el gran perro negro que lo arrastraba hacia el sauce boxeador.

Todo había sucedido muy rápido, estaban en una colina, observando a la cabaña de Hagrid, ya habían decapitado a Buckbeak. Cuando el perro apareció y tiró a Ron, luego comenzó a arrastrarlo.

—¿Como carajos hizo eso? — preguntó Harry, viendo como el perro inmovilizaba el árbol y se adentraba en un tunel que estaba oculto entre las raíces

Draco aprovechó y se adentró al tunel antes de que el árbol se volviera a mover, Hermione y Harry no tuvieron la misma suerte.

Una rama tomó a Hermione del tobillo y la levantó en el aire.

—Hermione — Harry sostuvo su mano y la jaló

—Harry no me sueltes — pidió Hermione con los ojos cerrados, le aterraban las alturas

—Nunca, Hermione

Otra rama se enredó en la cintura de Hermione y ambos fueron levantados. El árbol los sacudía de un lado a otro, hasta que Hermione dejó caer a Harry hacia el túnel.

Harry se deslizó por el tunel, y detrás de él, Hermione, que ya habia logrado soltarse.

Se escuchaban pasos apresurados, suponían ellos que de Draco, asi que siguieron el camino.

No tardaron en llegar a una habitación, Draco los esperaba afuera con la varita en alto.

—¿Porque no has entrado? — preguntó Harry

—Lo que sea que haya ahi dentro es mas fuerte que yo, no podria derrotarlo solo, seguramente solo nos mataria a Ron y a mi

Harry adelantó a Draco, y se adentro a la habitación.

—¡Harry no! ¡Es una trampa, es Sirius Black! — Avisó Ron, pero ya era muy tarde, Harry ya había entrado

Una risa histérica sonó en la habitación. 

—Sirius Black — murmuró Harry

—Al fin... despues de... doce años — hablo Sirius, entre carcajadas. Draco observó sus ojos

Tenía la mirada Black, la locura era visible en sus ojos.

—Por fin te tengo en frente — desde lo mas profundo de Sirius, se le escapó otra carcajada. Una rota, de alivio, de furia.

De dolor.

—Si quiere matar a Harry, tendra que matarnos a nosotros primero — habló Ron con fuerza desde donde estaba sentado, aunque su pierna dolía

—¿Harry? Yo no vengo por Harry, yo vengo por la maldita rata asquerosa, por el maldito traidor que se olvido de tantos años de amistad y nos traicionó

—¿Qué? — Harry y Draco se miraron sin entender nada

La puerta se abrió, y por ella, entro Remus Lupin, con la varita en alto apuntando a Sirius.

—Sirius, cuanto tiempo — habló Remus

—Remus... hermano — Remus bajó la varita y dudando un poco, jaló a Sirius a un fuerte abrazo

El corazón de ambos se encogió al encontrarse en brazos del otro.

—Yo no... no lo mate... James... él... yo sostuve su cuerpo... su corazón... ya no latia... y sus ojos... nunca podre olvidarlo — murmuró Sirius, queriendo llorar, sin embargo, después de tantos años en Azkaban habia perdido aquella capacidad — Y ahora el está aquí

La madre de Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora