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Tarde mucho en llegar a mi casa, se me había hecho muy difícil salir de mi oficina, sentía que de esta manera me protegía de lo que iba a suceder, era la burbuja que no deseaba que se reventara.
Decidí ir caminando a la farmacia más cercana, caminar me ayudaba a despejarme y aclarar mis ideas, hoy lo necesitaba más que nunca, porque necesitaba salir de dudas. El trayecto fue más largo de lo que esperaba, pero una vez que llegué, me quedé un buen rato afuera, no quería ingresar, me la pasé pensando si debía o no comprar una prueba de embarazo. No estaba segura de su efectividad, pero ante la situación que me encontraba era preferible tratar de descartar mis sospechas, aunque sabía que iba a convencerme una vez que me haya hecho los análisis.
Tras varios minutos por fin me decidí a ingresar, no había gente, cosa que agradecía porque me iban a atender rápidamente.
-Buenas noches, me da una prueba de embarazo por favor.
-Buenas noches ¿alguna marca en especial?
-No, la que tengas está bien – estaba temblando, qué iba saber yo de marcas, solo quería una para irme de una vez.
-Aquí tiene ¿paga en efectivo o con tarjeta?
-Efectivo – no sé si era mi ansiedad, pero sentía que era demasiado lenta y eso me estaba alterando más de lo normal.
-Aquí tiene, las indicaciones están al reverso.
Apenas terminé de cancelar me fui del lugar, esta vez el camino a mi casa fue demasiado rápido, la angustia que tenía hizo que no me percatara de lo que estaba pasando, prácticamente había corrido, ni siquiera podía recordar cómo había llegado al baño. Eso solo demostraba que estaba en shock, trataba de tener algún pensamiento, pero era presa del pánico.
Sabía como funcionaban estas pruebas, no era la primera vez que me la hacía - todas habían salido negativas - pero habían pasado muchos años, por eso había decidido usar el implante para evitar pasar por ese momento.
Cinco minutos, puedo considerarlos los más largos que pueda recordar, las manecillas del reloj avanzaban tan lentamente, creía que antes de 60 segundos por minuto, estos se habían triplicado. La prueba estaba encima del lavadero, la había dejado ahí y ni siquiera había intentado verla. Mientras esperaba me cambié de ropa, rezaba que solo hubiera una línea, porque eso significaba negativo, pero sabía que esta vez sería diferente, tenía un presentimiento y cuando llegó el momento solo pude confirmar mis sospechas: dos líneas POSITIVO.
Temblaba, literalmente lo estaba haciendo, me costó mucho coger la prueba y mucho más moverme del lugar, me sentía mareada, no podía creer que en unas horas todo haya cambiado, el día había iniciado bien y ahora todo era diferente. Aún tenía la prueba en la mano cuando me eché en mi cama, no sé si fue por inercia, pero estaba tocándome el vientre, traté de regularizar mi respiración, mi corazón latía muy rápido, pero esta vez sí me sentía diferente.
-Estaremos solos, vamos a estar bien – no podía creer lo que estaba diciendo, ni siquiera estaba confirmado mi embarazo, pero parte de mí sabía que era una realidad.
-No te esperaba, Dios es testigo que no estaba en mis planes ser mamá, pero existes y todo será diferente.
A pesar que siempre me negué a tener un hijo la idea de abortar estaba descartada, ahora que me encontraba en esa situación no la consideraba ni siquiera una opción.
Esa noche no pude dormir, no solo pensaba en lo que iba a hacer, sino que recordaba a la perfección el día en el cual había concebido a mi bebé. Había sido muy tonta en aceptar, me reclamaba porque caí en un juego tan inocentemente, desde un inicio sabía cuáles eran sus intenciones, pero a pesar de ello continué y ahora me encontraba en esta situación, la que siempre evité.
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Mi decisión
RomanceEmma estaba felizmente casada, tenía un buen trabajo, era una mujer con una vida tranquila. Sin embargo, todo cambio cuando su esposo le pidió el divorcio. Ella deberá afrontar las consecuencias de sus decisiones y entender que nunca más estará sola.