Hoy cumplía cinco meses de gestación, no podía creer que todo estuviera avanzando tan rápido, no había pasado mucho tiempo desde que me enteré de mi embarazo y ahora me encontraba dirigiéndome al consultorio de mi excuñada para que me confirmara mis sospechas.
Estaba muy entusiasmada, había esperado por este momento y me emocionada. Me encontraba más tranquila después de lo sucedido en mi oficina, pero aún existía el miedo de poderla encontrar en cualquier lugar.
Rodrigo me contó que, a los días ella había renunciado a la empresa, había intentado conversar con él, pero ante su negativa, no hizo otra cosa que irse. Grande fue su sorpresa cuando halló una carta dirigida hacia mí, en su escritorio, estaba seguro que era de ella y no se equivocó. Obviamente la leyó primero antes de entregármela, quería evitarme un mal rato.
"Lo lamento, ver la forma que te protegió Rodrigo, me hizo entender que ese amor nunca será para mí.
No quise hacerte daño, no te hubiera dicho todas esas cosas por teléfono si hubiera sabido de tu embarazo.
He decidido irme, recibí una propuesta y creo que es la mejor manera de sacarlo de mi vida, aunque estoy segura que no será fácil."
Tras leer esas líneas logré entenderla, el amor es un sentimiento muy hermoso, pero a la vez puede ser agobiante y tortuoso si la persona a la que amas no te corresponde.
Había decidido dejar ese episodio atrás, quería enfocarme en mis cosas, aunque últimamente me costaba porque mis hormonas estaban por las nubes, mi deseo sexual se había incrementado y no sabía como controlarlo; además, Rodrigo no ayudaba. Cada vez que lo veía, me sentía acalorada, ansiaba estar entre sus brazos, poder quitarle la ropa y que estemos juntos como tantas veces estuvimos en nuestra cama.
Mientras esperaba que él llegara, pedí algo de comer en un restaurante cercano a la oficina y ahí recordé la vez en que la pasión nos ganó y nos dejamos llevar en su auto.
Días después de navidad
No podía creer que Rodrigo haya venido a la reunión, había quedado en que no asistiríamos a los mismos lugares y el cumpleaños de Pilar era uno de ellos.
Estaba segura que lo hacía a propósito, él sabía que iba a estar ahí, él no tenía motivos, estábamos en pleno proceso de divorcio, él pedirlo era una forma de decirme que no quería ser parte de mi familia.
No sé cuántos tragos iba, pero no podía evitar tomarlos, en especial cuando me percataba que me miraba y me sonreía, hoy más que nunca odiaba su sonrisa.
Decidí irme, estaba muy tomada y sabía que nada bueno saldría si lo seguía haciendo, aún estaba lúcida, pero no sabía por cuánto tiempo. Estaba esperando mi taxi cuando me asustó su presencia.
-Es muy tarde para que te vayas sola.
-Creo que ese no es tu problema – giré molesta, pero me choqué contra su cuerpo, Rodrigo estaba más cerca de lo que esperaba.
-Despacio pequeña o puedes caerte – odiaba cuando me hablaba de esa manera, conocía su voz seductora, había caído en ella mil veces.
-¿Qué haces acá? ¿por qué viniste?
-Pilar me invitó y no pude negarme.
-Sí te podías negar, lo estás haciendo a propósito.
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Mi decisión
RomanceEmma estaba felizmente casada, tenía un buen trabajo, era una mujer con una vida tranquila. Sin embargo, todo cambio cuando su esposo le pidió el divorcio. Ella deberá afrontar las consecuencias de sus decisiones y entender que nunca más estará sola.