Capítulo 22

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No sé cuanto tiempo llevábamos buscando un lugar para comer, todos los lugares que habíamos recorrido no los consideraba adecuados, tal vez estaba siendo irracional - aunque últimamente lo estaba siendo bastante - pero le encontraba observaciones a todo. Por fin encontramos un pequeño restaurante donde pude comer antes de ir a la recepción de la boda.

Apenas llegamos al lugar noté que todo el esfuerzo para que la boda sea encantadora había resultado. Todo estaba hermoso, los detalles morados en cada uno de los elementos le brindaban un toque sofisticado a todo: los lazos de las mesas y sillas, las flores, las franjas de los toldos, absolutamente el morado estaba presente en la decoración. Esta situación me emocionaba y me recordaba lo especial que había sido mi boda con Rodrigo, donde el azul con blanco había sido la decoración perfecta en ese día.

Aunque intenté donarlo en un arrebato de cólera después del divorcio, mi vestido blanco con toques azules era mi objeto más preciado, aún estaba guardado bajo siete llaves en la casa de mi mamá. Aún recordaba lo hermosa que me veía con el puesto, en ese momento entendí a las novias que decían sentirse como unas princesas en el día de su matrimonio, era una experiencia inolvidable, la cual añoraba y más en esta situación.

Como todo recién casados habían ido a hacer sus fotografías, las cuales estaban tomando bastante tiempo. Mi paciencia en las últimas semanas era casi inexistente, así que decidí sentarme de una vez en mi sitio a esperar su llegada. Cada día me pesaba más el vientre y estar parándome era una acción que no me gustaba realizar, así que deseché el pedido de Rodrigo de ir a saludar a unas amistades en común, preferí quedarme y así aprovechar a estirar mis pies un momento, los cuales ya empezaban a hincharse.

-Esperaba verte hoy - sus palabras hicieron que me asustara.

-Creo que no tenemos algo que hablar.

-Sí tenemos, no sé si leíste la carta, pero creo que es necesario que te pida disculpas por lo sucedido.

-Sí la leí, así que puedes irte - miraba a todas partes y no veía a Rodrigo por algún lado.

-No te haré daño, soy incapaz de hacerlo, pero quiero que sepas mis motivos para haber actuado así ese día.

-Lo dijiste en tu carta y te entiendo, el amor no correspondido es doloroso.

-¿Sabes que es eso? Creo que no, eres de las mujeres que siempre la aman. Tú no sabes lo que es esforzarte cada día para darle lo mejor a la persona que amas y que nunca te vean. Tú no sabes lo que se siente no ser suficiente para él. - mientras decía esto último empezó a quebrarse su voz.

-Tal vez no haya pasado por lo que has vivido, pero sé como se siente que te rompan el corazón.

-Personas como yo que nunca son elegidas, no tienen el corazón roto, ya no lo tenemos, estamos tan destruidas que hasta no cuesta respirar cada vez que nos pasa esto.

-¿Qué intentas con todo esto?

-Quiero que entiendas que tienes a alguien que te ama y que daría la vida por ti, no sabes todo lo que yo daría porque alguien me mirara de esa manera. Esta es mi forma de reparar el daño que hice.

Estaba llorando y podía sentir el dolor en su mirada, sabía que el amor no correspondido era doloroso, pero no lo había visto de esa manera, hasta donde podían llegar a hacer las personas para que las miraran, aunque sea unos segundos.

-¿Qué haces acá? - su pregunta nos asustó a las dos.

-Me estaba disculpando con Emma, no tienes que preocuparte, ya me iba - se volteó a mirarme - espero que tomes en cuenta lo que te dije.

-¿Qué le has dicho?

-Es algo entre las dos, me voy, les deseo lo mejor - se levantó de la silla y se fue dejándome sin palabras.

-¿Qué te dijo? - Rodrigo se sentó a mi lado y empezaba a interrogarme.

-Escuchaste lo que dijo, es algo entre las dos.

-Emma tienes que decirme que te dijo, si te amenazó nuevamente tenemos que denunciarla, ella no debe meterse contigo.

-No lo hizo, solo conversamos.

-¿Por qué no me lo dices? Te noto fastidiada y sabes que estas situaciones te afectan.

-Estoy bien, pero necesito que respetes mi silencio, esa conversación quedará entre las dos.

-¡Por Dios, Emma! Tengo que cuidarte, me preocupa que te haya dicho algo desagradable, la última vez que hablaron estabas muy asustada.

-Ahora no lo estoy, así que deja de lado esta escena y disfrutemos de la recepción.

-¿Crees que puedo disfrutarlo? No te entiendo, trato de hacerlo, pero no logro.

Rodrigo se había ido de la mesa y yo me quedé analizando cada una de sus palabras, trataba de entender lo que ella esta sintiendo y como luchaba contra ese sentimiento que solo le había generado dolor.

Hace 5 años.

Hace unos minutos Gaby se había ido de mi departamento y yo seguía tratando de comprender todo lo que me había dicho. Ella conocía bien a su hermano y sabía como era, la probabilidad que yo saliera lastimada era muy alta. La única solución a la que llegaba era que debía acabar todo, era la única manera de protegerme, aunque ya sabía que iba a sufrir por esta decisión.

-Ya decidiste dejarme - me había asustado, no me había percatado que había salido del cuarto.

-¿Escuchaste a tu hermana?

-No fue necesario, la conozco tan bien que me imagino sus consejos.

-¿No crees que es lo mejor?

-¿Lo mejor para quién?

-En este caso, para mí.

-¿Dónde quedo en esta situación? Por lo que escucho ya lo decidiste.

-Solo digo lo que no te atreves a decirme.

-¿Crees que sabes lo que quiero decirte?

-Sí - su actitud había cambiado y sentía que me intimidaba, ahora estaba segura que esta conversación no iba a terminar nada bien.

-Te informo que estás equivocada, pero ya que tomaste una decisión, lo acepto - en ese momento sentí como se rompía mi corazón - pero antes quiero que me respondas algo.

-Dime

-¿Qué sientes por mí? - me quedé mirándolo y no podía responder - no es una pregunta difícil.

-No creo que sea necesario decírtelo.

-Sí lo es, créeme que lo es.

-Decírtelo no solucionará las cosas, esto se acabó.

-Sabes Emma, huir es de cobardes y no creo que lo seas. ¿Cómo alguien te puede querer si tú no lo dejas y te alejas? Apartas a las personas.

-Ambos sabemos lo que buscas y no soy yo.

-Y de nuevo hablas por mí. Emma, estas muy equivocada, pero no diré nada más. Solo recuerda que tú acabaste con esto antes de iniciar y no le diste una oportunidad - Recogió su saco y se fue.

Yo me quedé en medio de la sala mirando la puerta, pensando en sus últimas palabras: "acabaste con esto antes de iniciar y no le diste una oportunidad" no sabía que significaba, acaso él tenía intenciones de formalizar, de empezar una relación conmigo.

No podía dormir, seguía pensando en todo lo que había pasado, en unos minutos todo había cambiado entre los dos y mi amistad con Gaby no se encontraba en el mejor momento. Seguía dando vueltas en mi cama cuando recibí un mensaje, era de Rodrigo y al leerlo me di cuenta cuán estúpida había sido.

"Estoy enamorado de ti, nunca fuiste un pasatiempo o diversión. Quería iniciar una relación contigo, solo que nunca tuve oportunidad de decírtelo. Respetaré tu decisión y me alejaré, pero es necesario que lo sepas: te quiero. Adiós."

Mi decisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora