Hace cinco años
Saber que Rodrigo me estaba esperando en el departamento no era un suceso que quisiera afrontar, me había costado mucho animarme a salir nuevamente, tenía que olvidarlo, pero tenerlo en frente no iba a ayudar en mi proceso.
Efectivamente estaba en la puerta, sentado mirando su celular, cuando me vio se puso de pie y tras un leve escaneo de mi apariencia, pude ver como su expresión se endureció.
-¿Besa muy bien? – su pregunta me sorprendió, obviamente se dio cuenta que había besado a mi compañero.
-No sabía que te importaban esa clase de detalles – no respondí su pregunta, no podía hacerlo.
-Contigo sí me importan, por lo visto estás avanzando muy rápido con él.
-Es mejor que te detengas ahí, no voy a permitir que mi insultes, cuando tú sabes perfectamente que solo actué de esa manera contigo.
-No estoy insinuando eso, pero vi su cercanía y no es algo usual en las primeras citas.
-Si es usual o no, eso me corresponde a mí decirlo– esta conversación me estaba desesperando y no sabía a dónde iba a llegar – puedes darme permiso, quiero ingresar al departamento.
Rodrigo se movió del lugar y pude abrir la puerta, por más que le dije que se vaya, ingresó y se acomodó en el sofá más cercano.
-Tu labial está corrido y tu cabello está desordenado a la derecha, así que fue un beso apasionado.
-Esa información es personal, no te incumbe – estaba perdiendo la paciencia y más porque yo sola me había delatado, debía arreglarme antes de llegar a mi piso – me puedes decir a qué has venido.
-¿Ya me olvidaste? – me miró fijamente y yo guardé silencio – ¿cómo interpreto que te quedes callada?
-Sigo sin entender el motivo de esta conversación, creo que las cosas entre los dos quedaron claras.
-¿Claras? No recuerdo que me hayas dejado hablar cuando me dejaste, tú sola interpretaste todo y ni me preguntaste que quería.
-Pasaron meses Rodrigo, compartíamos todo y yo me cansé de esperar.
-Estar en una relación es de dos, si tú querías que definamos lo que eramos, podíamos haberlo conversado, pero decidiste que yo no te quería y te asustó que mi hermana se enterara de lo nuestro.
-Porque no quería perder su amistad, te expliqué cuán importante es para mí.
-¿Crees que para mí no? Es mi hermana Emma, obviamente me importa lo que piensa, pero soy adulto y yo decido con quien salgo y con quien no. Ella no puede decidir por mí y yo me enamoré de ti y no iba a dejar que Gaby se interpusiera.
-¿Por qué ahora? ¿por qué esperaste tanto tiempo en decírmelo?
-No todos reaccionamos de la misma manera cuando nos enamoramos, creía que compartir contigo te demostraba lo que sentía, pero al parecer fue todo lo contrario.
-Me confundía mucho
-Tanto como para cambiarme
-No lo metas a él, no sabe nada de esta historia.
-Pero está siendo parte de la nuestra, acaba de besarte ¡Por Dios! ¿Cómo quieres que reaccione?
-No te estoy engañando, no te confundas.
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Mi decisión
RomanceEmma estaba felizmente casada, tenía un buen trabajo, era una mujer con una vida tranquila. Sin embargo, todo cambio cuando su esposo le pidió el divorcio. Ella deberá afrontar las consecuencias de sus decisiones y entender que nunca más estará sola.