Definitivamente no podía concentrarme, había pasado algunos minutos, creo que una hora desde que confirmé mi embarazo y mi mente no dejaba de divagar, era muy difícil avanzar con mi trabajo, porque no podía hacerme la idea que tendría un bebé.
En este momento, todo lo que pensaba era respecto a Rodrigo, aún no estaba segura de decírselo, sentía que podía tomarlo mal, pensar que era una forma de retenerlo. Además, todo esto me resultaba demasiado irónico, nos habíamos divorciado por mi negativa a tener hijos y un mes después estábamos esperando uno.
Aunque el aborto no era una opción para mí, llegué a pensar en mi situación en el caso que decidiera hacerlo, pero definitivamente no lo haría. Respetaba la decisión de las mujeres que decidían abortar, pero a pesar que intenté imaginármelo no pude, sabía todo lo que estaba por pasar, los cambios que se iban a producir, pero aun así quería tenerlo.
Hace 7 meses
Todo estaba en silencio, solo se escuchaban nuestras respiraciones y lo conocía tan bien que sabía que algo le inquietaba y en cualquier momento me lo diría, ya sabía lo que era, pero de alguna manera trataba de convencerme que nunca pasaría, cuán equivocada estaba.
-Tenemos que hablar - aunque no podía mirarlo, sabía que su mirada estaba perdida, mirando fijamente el techo.
-¿Qué mejor momento que este no? - sabía lo que me iba a decir, cerré fuertemente los ojos como si eso iba a evitar lo que vendría a continuación.
-Quiero el divorcio - Así fue como tres palabras me hundieron en lo más profundo.
Desde que hablamos por primera vez de tener hijos, este tema se había convertido en algo frecuente, no podía recordar alguna semana que no habíamos discutido por ello y había sentido que poco a poco se había distanciado, mis sospechas no habían sido erróneas.
-Parece que ya tomaste una decisión y lo que yo diga o haga no cambiará nada - aún permanecía a su lado, mi cabeza reposaba sobre su pecho desnudo, sentía cada uno de sus latidos, supe exactamente el momento que su corazón comenzó a latir con fuerza.
-Sabes que puedes cambiar esto - sus dedos jugueteaban con mi cabello que caía sobre mi espalda.
-Entonces la solución es tener un hijo para que no me dejes, después de tantos años creí que me conocías un poco más y sabrías que no recurriría a una acción tan baja.
-No me estarías reteniendo, estarías salvando nuestro matrimonio.
-Un matrimonio que se vino abajo por falta de hijos, eso quiere decir que tan sólido no era.
-No dudes del amor que siento por ti, nunca lo hagas. Te amo con toda mi alma, estoy seguro que eres el amor de mi vida, daría todo lo que tengo para que tú seas la madre, pero no me das otra opción y siento que tengo que buscar la manera de lograrlo - esto último fue lo que necesitaba para saber que todo lo que teníamos se había roto.
En otras palabras, me había convertido en una opción, esa frase resonaba en mi cabeza, ¿cómo podía seguir al lado de un hombre que me trataba de esa manera? Solo era el medio para lograr su sueño.
Habíamos hecho el amor, aún me encontraba entre sus brazos cuando había decidido pedirme el divorcio, no sé si había elegido el momento o solo lo aprovechó, no me había visto a la cara, no era capaz de hacerlo.
No podía seguir ahí, decidí levantarme, ahora todo lo sentía distinto, era como si no conociera a la persona que estaba a mi lado, jalé la sábana y me tapé con ella, no quería que me viera, sentía que se había convertido en un extraño. Fue muy difícil llegar al baño, pese que estaba a unos cuantos metros de distancia, sabía que en todo momento Rodrigo me había mirado.
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Mi decisión
RomanceEmma estaba felizmente casada, tenía un buen trabajo, era una mujer con una vida tranquila. Sin embargo, todo cambio cuando su esposo le pidió el divorcio. Ella deberá afrontar las consecuencias de sus decisiones y entender que nunca más estará sola.