No sé cuánto tiempo había pasado, Rodrigo permanecía a mi lado, por ratos sostenía mi mano, como si quisiera decirme algo, pero luego se arrepentía y solo miraba mi vientre, lo conocía tan bien y sabía que tenía muchas ganas de tocar mi pronunciado abdomen, sin embargo, el miedo lo embargaba.
No sé en qué momento me quedé dormida, creo que era parte de la situación lo que me tenía tan agotada, pero me levanté al escuchar a Gaby discutir con su hermano. Obviamente él le estaba reclamando por no haberle contado lo de la bebé, lamentaba haberla incluido en esta situación.
-No es su culpa – decidí intervenir porque yo era la causante de la discusión – yo lo decidí así, ella me pidió en varias oportunidades que te lo cuente, pero no tenía el valor para hacerlo.
-Pero tenía que hacerlo, es mi hermana – Rodrigo estaba realmente molesto.
-Lo sé, por eso asumo toda la responsabilidad, porque ella no quería ocultártelo – Gaby prefirió acercarse a la cama, porque sabía que esa discusión no iba llegar a buen puerto.
-Amiga, nos asustaste mucho, ya he coordinado todo con el doctor que te atendió, fue un susto, pero como ya te lo había dicho, lo de tu presión es preocupante.
-¿Cómo está ella?
-Está bien, sus latidos nos demostraron que es una bebé fuerte – comencé a acariciar mi vientre cuando lo decía, ya no podía imaginarme mi vida sin ella.
-¿Cuándo podré irme?
-Te tienen que monitorear por dos días más, pero debes tener en cuenta que no puedes tener impresiones y mucho menos discusiones – esto último lo dijo mirando a Rodrigo.
-No me mires como si yo fuera el responsable.
-Quieres que te recuerde todas las discusiones que has tenido con ella en los últimos meses.
-No las hubiera tenido si me hubiera dicho que estaba embarazada - agregó obviamente molesto.
-Tampoco te hagas la víctima que muy bien no te comportaste con ella, te recuerdo el ataque de celos en el departamento.
-Bueno parece que la tenías bien informada de todo, con tal de hacerme quedar como el malo.
-Basta, es suficiente. Verlos pelear no me ayuda – era hora de hablar con la verdad – Gaby puedes dejarnos solos, necesito hablar con Rodrigo, aún quedan muchas respuestas que dar.
-Estaré viendo tus análisis, los dejo solos.
-Gracias amiga, pero ¿estás segura que todo bien con mi bebé?
-Sí, amiga. Roberta se encuentra muy bien, esperando conocernos.
-Ni se les ocurra - Nos dijo señalándonos a las dos – ni crean que le pondrán ese nombre horrible a mi hija – ambas nos reímos por su reacción.
-Tonto, igual te quiero - Gaby abrazó a su hermano y se retiró de la habitación.
Rodrigo empezó a caminar por los alrededores, obviamente tenía muchas dudas y no sabía cómo empezar, sabía que algo estaba rondando por su cabeza y estaba segura cuál era esa pregunta.
-Pregúntalo, es mejor que lo hagas de una vez, antes que sigas con la duda - Sabía que quería decirme, me dolió, pero era entendible, yo se lo había ocultado.
-¿Estás segura que es mía?
-Sí, muy segura.
-Tienes alguna idea de cuándo fue, porque desde que nos separamos hemos estado muchas veces.
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Mi decisión
RomanceEmma estaba felizmente casada, tenía un buen trabajo, era una mujer con una vida tranquila. Sin embargo, todo cambio cuando su esposo le pidió el divorcio. Ella deberá afrontar las consecuencias de sus decisiones y entender que nunca más estará sola.