Hace cinco años.
Cuatro meses, no podía creer que llevaba todo ese tiempo saliendo con Rodrigo a escondidas de su hermana, quien era mi mejor amiga. Estaba segura que Gaby no iba a reaccionar bien, no por el hecho de salir con él, sino por habérselo ocultado.
Durante este tiempo habíamos ido a algunos sitios juntos, nos habíamos preocupado que no fueran los mismos lugares que frecuentaba ella, nos estábamos evitando el mal rato, porque actuábamos con normalidad, como una pareja, pese que no lo éramos y esa situación me confundía.
Esta vez íbamos a un matrimonio del compañero de trabajo de Rodrigo, el evento era en una casa haciendo no tan lejana de la ciudad, era en la noche así que había buscado un vestido acorde a la ocasión, era azul marino con un escote pronunciado en la pierna, había decidido dejar mi cabello suelto con algunos detalles al lado, que daban un estilo sofisticado.
Rodrigo iba a recogerme y como no me gusta la impuntualidad, estaba lista minutos antes de la hora pactada. Estaba viendo mi celular cuando sonó el timbre de mi departamento, al momento de abrir creí que lo vería, pero me equivoqué.
-Que guapa ¿A dónde vas? - sin darme cuenta y había entrado a mi casa y yo seguía sin responder.
-Un matrimonio de unos amigos, lo siento amiga, pero estaba ya por salir y no podré atenderte – cogí mis cosas con la esperanza que Gaby me siguiera, estaba abriendo la puerta cuando me interrumpió.
-Creo que te estás olvidando de algo importante – la quedé mirando y me hizo una seña con la cabeza, era mi celular que estaba encima de la mesa - Me parece o estas nerviosa.
-No nada, solo que me sorprendiste – fui rápido hacia la mesa y le escribí un mensaje a Rodrigo, esperando que lo leyera antes que llegara a mi casa y pudiera alejarse antes que ella saliera.
-¿Esperas a alguien?
-No, claro que no - pero me quedé muda cuando sonó el timbre.
-¿Estas segura? - Gaby se levantó y fue a abrir ella la puerta.
Nunca podré olvidar la expresión de Gaby y Rodrigo cuando se vieron, los tres nos quedamos quietos y mudos. Hasta que ella decidió romper el silencio y alternaba su visión entre los dos.
-Así que no esperas a nadie, pero yo veo a mi hermano listo para una boda y no creo que me esté buscando a mí.
-No es lo que estás pensando.
-¿Qué estoy pensando Emma? – fue tan tajante en su pregunta que sabía que esta situación no le agradaba para nada,
-Gaby déjala en paz ¿qué problema hay que la acompañe a la boda? – Rodrigo intervino rápidamente.
-Claro que no lo hay, el inconveniente es que me ocultan algo y quiero que me lo digan.
-No hay nada que decir, solo me está acompañando a la boda de un compañero, no pienses cosas que no son, somos amigos - pude sentir la mirada fija de Rodrigo tras decir lo último, yo no estaba mintiendo.
-Si solo son amigos, por qué no me lo contaron, no me iba a oponer que tengan alguna amistad.
-Porque eres muy celosa conmigo Gaby, siempre le haces problemas a mis amistades, por eso le dije a Emma que no te contara.
-Ahora es mi culpa, que gracioso todo, pero está bien, me alegro que sean solo amigos – esto último lo enfatizó – es mejor que vayan de una vez no quiero que lleguen tarde.
Gaby se despidió de nosotros y se fue, dejándonos con un ambiente muy extraño entre los dos. El primero en hablar fue Rodrigo, aunque hubiera preferido que permaneciéramos en silencio.
-¿Solo amigos? ¿No podías encontrar otra palabra para denominarnos?
-Que otra palabra le podría decir sin delatarnos, aparte no estoy mintiendo, en estos cuatro meses no hemos hablado de lo que somos o seremos.
-Es cierto, no lo hemos hecho, pero catalogarme como un amigo no me parece adecuado o es que te acuestas con tus amigos, así como lo haces conmigo.
-Ese comentario está de más, si piensas eso es mejor que te vayas y acabo todo de una vez – realmente me molestó lo que me dijo.
-Solo quiero que quede claro que no soy tu amigo y es mejor que nos vayamos de una vez, tenemos una conversación pendiente, pero será en otro momento.
Actualidad
No puedo explicar la emoción que sentía al saber que mis sospechas eran ciertas, mis sueños se habían convertido en realidad y próximamente iba a tener una niña en mis brazos. No podía dejar de sonreír, me sentía muy feliz, aunque siendo sincera también lo hubiera estado si se tratara de un varón.
El regreso a casa fue tranquilo, Rodrigo se la pasaba contándome sus planes para nuestra bebé, ya había pensado en el colegio, universidad y demás detalles que no habían pasado aún por mi cabeza, ni siquiera había pensado en su cuidado cuando me tocara retornar al trabajo, me di cuenta que había muchos temas que solucionar antes de su llegada.
-Las adolescentes ya no quieren quinceañero, prefieren viajar, en el caso que así lo decida, debemos organizar uno bueno, algo inolvidable para todos ¿qué te parece Europa o mejor Egipto? Siempre has querido ver las pirámides y es la oportunidad perfecta para hacerlo.
-Antes de pensar en las pirámides, creo que es importante empezar a ver clínicas y saber dónde nacerá la bebé. Estos meses se pasarán volando y no quiero que nos coja desprevenidos, quiero tener todo listo.
-Claro, eso es lo urgente, pero no puedo dejar de pensar en lo que haremos en un futuro.
-Entiendo, aunque este tema es más importante, tiene que ser un lugar que cumpla con todos los estándares.
-Lo sé, pero no puedo dejar de imaginarme todo lo que podremos hacer en un par de años. Creo que podremos organizar un viaje familiar: tú, nuestros hijos y yo.
-¿Nuestros hijos? Rodrigo estas imaginando mucho, me costó mucho aceptar que iba a hacer mamá y ahora me hablas de más hijos, ni siquiera he pasado por la cesárea y ya me imaginas teniendo más bebés.
-No es que quiera que tengamos varios hijos, pero por lo menos uno más.
-De mi parte solo tendrás una, lo que hagas con tu vida es tu responsabilidad.
-Emma, no empieces de nuevo con eso, ya te dije que solo eres tú. No mates mis sueños y déjame regresar a tu lado y así tener la familia que siempre soñamos.
-¿Soñamos? Solo éramos dos en mi sueño, pero ya hemos hablado de ese tema y no cambiaré de parecer. No regresaré contigo solo porque esté embarazada – sé que eso le dolió, pero mi bebé nunca sería el medio para obtener algo.
-Dejaste de amarme muy rápido y duele.
-No lo hice, pero tú fuiste egoísta, me dejaste. No puedo confiar en ti.
-Me equivoqué, he admitido muchas veces mi error ¿cuándo podrás perdonarme?
-No lo sé, me dejaste cuándo más te necesitaba y aún sigue doliendo tu ausencia.
Rodrigo permaneció en silencio, podía ver en sus expresiones que estaba dolido, pensé que estaba siendo muy irracional con él, pero no podía dejar todo atrás, el dolor aún persistía en mí y verlo solo me recordaba el día que me dejó.
Llegamos al edificio y me acompañó hasta el departamento, fue a recoger algunas cosas que se había olvidado en su última visita, al despedirse tuve tantas ganas de decirle que no se fuera, que permaneciera a mi lado. Estaba contradiciéndome y mi única respuesta era que las hormonas me estaban jugando una mala jugada.
-
Hola a tods, he estado mucho tiempo sin publicar, lo lamento. Hoy habrá dos capítulos.
Un abrazo.
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Mi decisión
RomanceEmma estaba felizmente casada, tenía un buen trabajo, era una mujer con una vida tranquila. Sin embargo, todo cambio cuando su esposo le pidió el divorcio. Ella deberá afrontar las consecuencias de sus decisiones y entender que nunca más estará sola.