Había pasado una semana desde la gran noticia, ya había leído información acerca de los tres primeros meses de embarazo y analizaba si había sufrido alguno de los cambios que se indicaban. Hasta el momento había descifrado que mis vómitos se producían si alguien me mencionaba a Rodrigo y que las náuseas podían aguantarlas con caramelos con sabor a limón.
En cuanto a cambios físicos todo se mantenía de la misma forma, aunque presentaba un ligero dolor en mis senos, pero que estaba dentro de los síntomas propios del embarazo.
Hoy me tocaba mi cita para realizarme mi ecografía y los exámenes prenatales, Gaby me había llamado para confirmar mi asistencia, tenía muchos nervios de lo que podían decirme, realmente era angustiante esta situación.
Llevaba unos minutos en el consultorio, esperando sobre una camilla a la ecografista, esperaba que todo se estuviera desarrollando con normalidad, me asustaba mucho la idea de perder al bebé. Además, recordé que en la familia de Rodrigo había pareja de gemelos, así que tan solo pensar que pudiera ser más de uno no me emocionaba mucho.
Mientras seguía con este pensamiento llegó una joven en compañía de Gaby, ambas me sonrieron y comenzaron a preparar todo para empezar la ecografía.
-¿Cómo se encuentra la futura mamá? Ya se está acostumbrando a los cambios – preguntó mi excuñada con una sonrisa.
-He sentido algunas náuseas, pero son tolerables, nada grave hasta el momento.
-Esperemos que sigas así, no me gustaría que pases el resto de tu embarazo en una cama, te asombraría saber que hay un alto número de mujeres que se pasan los 8 a 9 meses sin poder moverse porque el riesgo de pérdida es muy alto.
-No creo que debas decirme esto, porque me he dado cuenta que desde que me enteré me asusto por todo.
-Tranquila, todo irá bien. Ahora súbete la blusa para hacerte de una vez la ecografía, es algo frío el gel – efectivamente era frío, con movimientos circulares en mi vientre lograron identificar un pequeño óvalo, el cual vi en la pantalla, era un pallar pero era él o ella, solo uno.
-Por lo que veo todo se está desarrollando correctamente, está en perfectas condiciones.
-Gracias a Dios, me la he pasado rezando que todo esté bien.
-Tranquila, te dejo un momento, mi asistente terminará de imprimir la ecografía y te acompañará al consultorio.
-No hay problema, nos vemos allá.
Gaby salió de la sala de exámenes, dejándome sola con la chica que estaba terminando con su función.
-Su bebé está perfecto, se nota que fue concebido con mucho amor y precisión – solo pude sonreír ante sus palabras, pero había sembrado la duda ¿acaso Rodrigo había planificado dejarme embarazada? ¿sabía que me había retirado el anticonceptivo? ¿por qué no le pedí que se protegiera esa tarde? Muchas preguntas estaban pasando ahora por mi cabeza.
Hace un mes y tres semanas.
Me sentía tan relajada, todo el estrés de las últimas semanas se había ido en un instante, realmente quería seguir durmiendo, pero al estirarme me di cuenta que había algo extraño en mi cama, traté de recordar todo lo que había pasado y en definitiva el causante de mi tranquilidad era Rodrigo, quien dormía muy tranquilo a mi lado, con uno de sus brazos en mi cintura.
Tras verlo por varios minutos traté de zafarme, pero su agarre se hizo más fuerte, seguí intentándolo, pero era imposible porque ahora estaba totalmente apresada bajo su cuerpo.
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Mi decisión
RomanceEmma estaba felizmente casada, tenía un buen trabajo, era una mujer con una vida tranquila. Sin embargo, todo cambio cuando su esposo le pidió el divorcio. Ella deberá afrontar las consecuencias de sus decisiones y entender que nunca más estará sola.