Capítulo 4

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Hace tres años y medio

-¿Vamos al cine? han estrenado una película que me parece interesante.

- ¿Has comprado las entradas?

-Puedo ir comprándolas en línea – estábamos en el carro de Rodrigo, no nos habíamos visto en tres semanas, él se había ido de viaje por temas del trabajo y cuando regresó había estado muy ocupada, así que recién hoy habíamos podido vernos.

-Antes que las compres, tengo que ir a mi departamento, tengo que llevar unos papeles donde mi mamá en la noche, así que prefiero recogerlos de una vez, así puedo pasar más tiempo contigo.

-Está bien, pero igual voy viendo qué lugar se nos hace más cerca por la hora. ¿De qué son los papeles?

-Son unos documentos que necesita, dice que quiere hacer su testamento, se le ha metido la idea de que morirá pronto y quiero dejar todo en regla. Los tengo hace días, pero me olvidé llevárselos.

- ¿En serio? Bueno esperemos que solo sea una idea y no un presentimiento – en los días que no nos habíamos visto, había sentido un poco de rareza en Rodrigo, sus llamadas habían sido cortas y un poco extrañas, así que decidí preguntarle si todo estaba bien.

-Cambiando un poco de tema ¿Cómo te va en el trabajo? ¿todo te está yendo bien? Estos días te noté un poco raro – vi cuando apretó el volante, definitivamente algo estaba pasando.

-No, nada, solo que en esta fecha el trabajo se pone tedioso y con lo que te dije de mi mamá que me tiene fastidiado, pero todo está bien.

-Entiendo y creo que estás un poco olvidadizo, pero bueno, mientras que no te olvides de mí, todo bien – volteó a verme aprovechando que el semáforo estaba en rojo.

-¿Cómo crees? aún recuerdo que eres abogada.

-Entonces esta abogada ha decidido irse al cine sola, puedes estacionar en la siguiente esquina – traté de decirlo lo más seria posible.

-Jajajaja sabes que es una broma amor, como podría olvidarme de ti.

-Más te vale – sonreí y le di un rápido beso, estaba manejando y no quería distraerlo.

A los minutos llegamos a su departamento, el cual se encontraba en el último piso, así que habíamos aprovechado el tiempo y jugamos un poco en el ascensor, Rodrigo aseguraba que no había cámaras así que podíamos besarnos con tranquilidad.

Cuando entramos todo estaba oscuro, cosa que me llamó mucho la atención porque su casa siempre estaba iluminada, quise prender la luz, pero no me dejo. Rápidamente me jaló hacia él y comenzó a besarme, me había hecho mucha falta.

-Te extrañé mucho – me dijo mientras me seguía besando.

-Yo también, estas semanas han sido muy largas.

-De verdad lo siento, pero todo se complicó.

-Te entiendo, yo también he estado complicada.

-Te tengo una sorpresa, cierra los ojos – me dejó y al rato me entregó un recipiente de vidrio lleno de gomitas y sparkies. No podía creerlo, había cumplido uno de mis sueños.

-Es mi forma de disculparme por haberme ausentado tanto tiempo, para mí también fue un martirio no verte.

-Te adoro, me encanta – así que dejé sobre la mesa el recipiente y comencé a besarlo, fue un beso muy apasionado e intenso. La falta de aire hizo que nos separáramos.

Mi decisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora