Capítulo Treinta y nueve:

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Capítulo Treinta y nueve: ¡Soy multiorgásmica!

Lucas:

Veo a Dione mirar mi boleta de calificaciones con tanta desaprobación que duele. Yo estaba sintiendo un paroxismo inhumano cuando vi mi seis entre las notas. Aprobé Religión con una calificación lo suficiente alta como para no reprobar este curso por esa materia. Hasta mi hermana estaba tan obnubilada por mi resultado que Frank tuvo que explicarle que no era un cero retocado o un uno con adornos.

Llevo dos semanas con las clases particulares y según me comentó el sargento Harrison, Dione Hastings entregó un trabajo de final tan bien redactado sobre el deporte y sus ventajas para su salud que era difícil pensar que fuera tan mala en la actividad física.

Ella sigue tratándome bien y con bastante confianza, sobre todo cuando tomamos unos minutos para hablar de la música. Descubrí que tiene una obsesión enfermiza con Maroon 5, a mí también me encanta esa banda, pero no tanto. Sé que ella envió por el grupo que tenemos con Lu y Frank toda la música y que a mi hermana le fascinó porque la descargó toda.

A veces Dione me llama Jairo, pero finjo que no me importa porque no quiero que se martirice, siento que no se da cuenta de que yo no soy él porque jamás se corrige. Me siento fatal porque las cosas con ese maltado hayan salido de la forma que lo hicieron, aunque me alegro ya que ahora está a salvo.

Advertí que mi profesora de las tardes tiene un apego enorme con su madre ─a pesar de que la señora en cuestión pasa de ella olímpicamente─, por eso cada vez que la llama, Dione paraliza cualquier cosa ─como mis tutorías─ para contestarle. Me da un poco de pena cuando le pide que por favor venga a verla y cómo contiene las ganas de llorar cuando su madre le da una negativa de invitarla al cumpleaños de su padre.

Eso fue hace unos instantes.

Vi que mi amiga se contuvo mucho para no poder llorar, pero sus lágrimas son inminentes.

Quería decirle algo, lo más mínimo, solo conseguí que tomara mi bolea de calificaciones e ignorara cualquier intento de ayuda.

Frank, en más de una oportunidad, me ha pedido que toque el tema de su hogar y que intente superar la falta de cariño que su familia le tiene, sin embargo, no es tan fácil de lograr. Además, llevaba días comentado algunas cosas del cumpleaños de su padre, no lo decía en todo momento, pero cuando el padre Felipe le preguntaba sobre sus planes para este fin de semana ella soltaba que era probable que fuera a su casa a pasar el cumple de su progenitor. Se me rompió el alma cuando su madre le dijo que no podían venir a buscarla.

─Nunca había sacado tanto ─espeto en un intento desesperado de cortar el silencio incómodo que se creó─. Te lo debo a ti y a nadie más.

Sigue en elipsis con sus pupilas pegadas al bendito papel.

─Mi hermana estuvo en shock durante diez minutos ─añado a la conversación que más bien parece un monólogo─. ¡Creía que era un cero retocado!

Me sonrío entre dientes y todo continúa en silencio. Quizás deberíamos dejar la clase de hoy para otro momento cuando se sienta mejor.

─Todavía tenemos que trabajar mucho para que logres un notable alto ─susurra en el mismo instante en el que estaba por levantarme de la silla. En su tono de voz hay una agonía que es palpable hasta en Tokio.

─Oh no ─digo mientras niego con mis manos para echar mi cuerpo hacia atrás hasta que mi espalda recae en el espaldar del asiento. Hoy estamos en el portal a petición suya a pesar del frío que hay─. Yo solo deseo aprobar todas las materias, no me importa en lo absoluto tener resultados elevados.

Estrías para tu belleza  [✓] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora