Capítulo Veintidós (II):

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Capítulo Veintidós (II):

Dione:

Dos cosas buenas se sacaron de esta noche, también una mala.

Comencemos por lo benevolente, Laura habló con la abuela quien la entendió le dijo que enviaría a su asistente por ella, que pagara una noche en el motel del pueblo y que mantuviera el perfil bajo para no llamar la atención. Mi hermana es una modelo de talla internacional. Si bien la abuela quiere mantenerla a salvo tampoco desea un escándalo familiar. Nunca lo hemos tenido y no lo necesitamos en este instante para ser exactos.

Lo segundo bueno que se consiguió esta noche fue que le dije tanto a la abuela como a mi hermana que había obtenido una beca en Princeton con mis conocimientos. Tengo que confesar que se sintió bien ser abrazada por mi hermana. Ella no me tenía el asco que creía, aunque todavía hay mucho que debo digerir.

Lo único malo de esto es que tengo que caminar hasta la escuela porque no puedo pasar la madrugada fuera ya que no avisé y la hermana puede pensar locuras que no son.

El camino desde la escuela al pueblo es muy largo, por una carretera desierta en la que más de una vez alguna chica ha pasado el susto de su vida, pero tengo fe en que todo va a estar bien.

Mi hermana se ofreció a llamar a la escuela para que me quedara con ella, pero cuando le entró una llamada de Serena me di cuenta que no sería correcto estar escuchando lo que hablaban. Me alegra que haya encontrado el amor, a veces nos enamoramos de alguien que está más cerca de lo que imaginamos y nos damos cuenta cuando alguien lo puntualiza. Eso pasa con los mejores amigos que se aman y no lo notan.

Con respecto a lo que mi hermana me dijo sobre mamá y sus métodos no sé qué pensar. Sé que la bulimia está mal, pero yo no he llegado a esos extremos, solo quiero perder un poco de peso y después lo dejaré de hacer. Es cuestión de unos años más, nada peligroso ha pasado desde que lo hago. Las fatigas son normales porque hasta la propia Laura las experimentó varias veces y mamá lo vive todo el tiempo. Quizás esto deba consultarlo más con la almohada.

Todavía me debe faltar por lo menos un kilómetro para llegar a la escuela. Creo que deseé tanto tener a alguien para compartir mis méritos que traje a mi hermana y a mi abuela conmigo. Ojalá hubiese sido en otras circunstancias donde las tres podríamos salir a festejar.

Siempre vi a Laura como la persona que tenía el cariño de mamá y puede que sea así porque ella en cada momento la apoyó en casi todas las decisiones que tomaba, aunque a estas alturas de la vida, creo que mi hermana solo ha tomado una decisión por ella sola, la de huir de casa con la chica que de verdad le gusta. No creo que vaya a comprender nunca por qué pensó que yo la iba a juzgar por ser gay. ¡Dios! ¡Nací en este siglo!

La abuela le dijo que quería conocer a Serena y estuvimos hablando las tres de hacer una comida. Ambas quisieron saber si había alguien en mi vida a quien quisiera invitar y les dije que no. Sé con los fines que estaban preguntando. Yo no tengo alguien que me ame de esa manera. Tal vez a la comida pueda llevar a un amigo, entonces iré con Jairo que es lo más parecido a uno que me queda. De todas formas, para que eso suceda va a tener que pasar un poco el tiempo.

No quiero pensar en qué dirá mamá si sabe que ayudé a mi hermana. Sé que la he decepcionado mucho, sin embargo, en esta oportunidad no tiene la razón. El amor es el amor en cualquier dimensión.

Daría lo que no tengo porque a alguien se le iluminaran los ojos cuando hable de mí, que me ponga de fondo de pantalla como Laura tiene a Serena. Supongo que todavía me falta perder varios kilos para que eso suceda y esta caminata me va a ayudar con eso. No suelo hacer muchos ejercicios por mi rodilla, pero no pienso quedarme esperando a que pase alguien que vaya para la escuela porque eso no va a ocurrir.

Estrías para tu belleza  [✓] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora