Capítulo Diecisiete: ¿Por qué él es peligroso?
Jairo:
─No, no. ─La voz de Dione se oye nerviosa, aunque su cuerpo es quien más la delata.
¡Mierda!
Esto no puede haber pasado otra vez.
Estaba casi seguro que podría contenerme y quizás ella no se dio cuenta de la forma lasciva en la que miraba mis labios. Ese fue el detonante para que la rodeara y besara de la manera en que lo hice. La parte pervertida que todo hombre tiene me hizo pensar que tal vez sí quería ser besada por mí cuando no se apartó en ningún momento. Está claro que eso no es verdad, ella es demasiado correcta para alejarse.
La mujer que hay delante de mí no me es ajena. Lucrecia Hall, el otro engendro perteneciente a la familia de Lucas. Si bien, la chica no parece entrometerse en los asuntos de su hermano, tiene su maldita sangre y sabe lo que hizo su hermano. No me agrada, es cierto que no la conozco de nada y que es muy probable que sea diferente a Lucas, sin embargo, hay también una alta probabilidad de que Lucrecia quiera contarle a Dione lo que yo hice en e lpasado.
En algún momento se lo diré, cuando deje de tener esos impulsos por besarla estando a centímetros míos. Supongo que la prioridad ahora es que Dione vuelva a confiar en mí. Haré las cosas bien, no pretendo pasarme una semana detrás suyo para que me perdone. No la pienso dejar ir hasta que me jure que no se enojará conmigo por lo que pasó.
Los amigos sí se besan en los labios. Es algo que cada vez es más normal y que poco a poco se convirtió en lo que veía hacer a Noel con su mejor amiga, la chica lesbiana que a mamá no le agrada por sus pintas. Es real que muchos comentaban que no era muy higiénica, sin embargo, fue una de las pocas que se quedó cuando los demás se fueron. No es la mejor de las explicaciones para Dione Hastings, pero es la única que tengo para darle. Podemos eliminar eso si dejamos entre ambos un brazo de distancia.
A mí no me molesta besarla. Yo fui sus dos primeros besos, imagino que quiera guardar sus labios para cuando aparezca ese alguien que le mueva el piso. Necesito detenerme.
La dama que hay delante de nosotros va vestida con un pantalón de mezclilla y una camiseta ancha gris que no me parece su talla. De seguro es de su esposo, Frank Logan. Siempre será fascinante para mí entender cómo un chico con una obesidad mórbida y una violación tan trágica como la que tuvo logró casarse con una chica como ella, superando aparentemente su trauma.
Si bien es un tipo violento, al menos ya no sube a la cima del edificio de administración para lanzarse. Sé que podríamos ser buenos amigos si aquel bastardo de mierda no lo hubiese puesto en mi contra. Mucha gente en Black Bridge me odia sin conocerme gracias a las hermosas palabras que seguro me dedica Lucas Hall.
─Estoy buscando a la hermana Sonia ─espeta la chica con una enorme sonrisa en su rostro─, ¿pudieran decirme dónde hallarla?
─Solo debe entrar y avanzar hasta el final del pasillo hasta el salón que tiene un cartel en el que se lee Profesores, debería estar ahí. ─Le explica Dione sin gesticular casi.
La muchacha se despide de nosotros con la mano, no sin antes darnos las gracias por la información y atraviesa el pórtico con una gran sonrisa en sus labios. Debo reconocer que los hermanos Hall son muy parecidos en lo que a fisonomía se refiere, ambos tienen el mismo corte de cara y ojos idénticos, aunque ella es varias veces más bonita que él.
Apenas volvemos a quedarnos solos veo que Dione se mueve un poco hasta casi estar en una esquina del banco. Si alguien tiene que irse soy yo que fui el último en llegar, sin embargo, no vine del hospital donde estaba mi mamá hasta aquí con exceso de velocidad para que peleemos.
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Estrías para tu belleza [✓]
Novela Juvenil|Historia +18| «Entre dos chicos peligrosos, ¿a cuál debería creerle?». Cuando te pasas la vida oyendo a los demás decirte, gordita, vaca, obesa y otros calificativos, estos poco a poco van desplazando a tu nombre. Ya no eres tú, eres tu peso. ©Esta...