Capítulo Cuarenta y cinco:

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Capítulo Cuarenta y cinco: Debo tomar distancia.

Dione:

Me dejo caer en mi cama sintiendo que cada uno de los huesos de mi cuerpo se puede romper en cualquier instante. Yo acepté ir con la hermana María otra vez al orfanato para ver si descubría más información sobre Lucas, lo que nunca conté fue con que la monja me pondría a mover muebles. No podía rehusarme y el viaje fue totalmente por gusto. Por suerte, pudimos almorzar algo sano allá ya que las hermanas del orfanato prepararon ensalada mixta para mí. Los niños se ven bien alimentados y felices no sé por qué Lucas escapó de este lugar cuando la mayoría desearían quedarse resguardados ahí dentro.

Pensé en preguntarle a la hermana María de regreso, pero ─para suerte o desgracia─ apenas salimos, Lucas nos estaba esperando. Dijo que estaba cerca y que pensó en venirnos a buscar y a saludar a alguna de sus antiguas cuidadoras. Lo cierto fue que ni siquiera pensó en entrar y cuando se lo propuse me dio un beso en la frente. Está claro que no tenía que hacer nada en el pueblo y que me buscó para que no viniera en el bus. Es un amigo increíble, doy gracias al cielo por haberme dado la oportunidad de conocer a una persona maravillosa y que no tiene malas intenciones conmigo.

Cuando Jairo me hizo lo que me hizo pensé que no podría permitir que nadie se acercara a mí. Me confié demasiado rápido de alguien que me lastimó demasiado después. Supongo que me abrí de piernas en la primera oportunidad que tuve. Con Lucas es diferente, él no me mira como si quisiera acostarse conmigo, es el tipo de personas que quieres tener cerca en todo momento. Es divertido verlo enganchado a los libros que le recomiendo en Wattpad sobre todo cuando muere un personaje y me llama a las 02:00 preguntándome si revive en otras partes de la saga. El padre Felipe lo felicitó el otro día por la matrícula de honor que sacó en matemáticas.

Con Jairo era demasiado idílico para ser real. Él me escuchaba, se reía de mis chistes e incluso los hacía sempiternos, sin embargo, casi nunca tenía una opinión para crear debate, como Lucas. El mayor de los Hall ama conformar debates y la mayoría terminan en «eres como una enciclopedia de dos piernas». Jairo no fue más que un recuerdo agradable en mi vida que al final la cagó. No sé si alguna vez intentó comunicarse conmigo porque lo bloqueé de todas mis redes sociales.

Me giro en la cama a mi computadora y tengo que soltar una risilla. Le dije a Lucas que hoy podíamos ver cualquier película que le gustara. Casi tuve un ataque de carcajadas cuando seleccionó Tom & Jerry. Por mí estuvo increíble ya que es de mis películas favoritas. Lucas no me lleva a sitios que no me gustan, ni a lugares donde ─por compromiso tengo que beber─. Es verdad que fui a Black Bridge no hace mucho, pero fue tan divertido que estoy comenzando a replantearme el hecho de visitarlo más a menudo.

Lucas supera a Jairo por mucho. El segundo me hacía sentir protegida y dependiente de él. El primero, además de cuidarme de lo realmente peligroso me hace tener fuerzas para sobreponerme a las adversidades. Estuvo conmigo cuando me quitaron los puntos de la cabeza, sostuvo mi mano y me recordó lo valiente que era. De haber sido Jairo le hubiese pedido a Lu que me pusiera anestesia para que yo no sintiera el dolor. A veces las penas son necesarias porque nos hacen sentirnos vivos.

Lucas me recuerda que valgo.

Que puedo ser más de lo que siempre imaginé.

Me hace verme como un ser humano y no como un monstruo.

Además, el hermano de Lucrecia es muchas veces más hermoso que Jairo. El otro día que se quedó a dormir conmigo aquí, me desperté primero que él y lo detallé completo. Tiene el rostro común de un hombre de veintiún años. Con las cejas tupidas negras, sus pestañas son filosas y cubren sus hermosos ojos oscuros como piensa que está su alma. Si él se viera a través de mi mirada, entendería que no es ni la mitad de malvado de lo que se cree. Sus mejillas son perfectamente simétricas y tiene una de las narices más perfectas que vi en mi vida. Por último, está su boca, con un par de labios finos y rojos es capaz de dar los besos más orgásmicos que alguien puede imaginarse. Aquella vez en su auto se repite en mi mente. La manera en la que me tomó, con esa brusquedad sensual que no llega a lastimar, pero demuestra que tiene poder sobre lo que está pasando. Una lengua que tuvo el valor de profanar deliciosamente mi paladar y...

Estrías para tu belleza  [✓] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora