Cap 35

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Tres semanas pasaron cuando finalmente pusieron manos a la obra con la búsqueda de la base de Bonten. Takeomi solo había soltado una supuesta ubicación, pero necesitaban corroborar, por lo que, la misma _____, se ofreció a ir.

Naoto: ¿Recuerdas lo que debes hacer?

_____: no me creas tan tonta Naranjita...

En la calle, la chica llevaba puesto un suéter color verde militar, muy ancho a decir verdad, pantalones holgados, los tenis de Takemichi y un cigarrillo en el bolsillo del pantalón.
Se detuvo frente al edificio, pegándose a la pared y asegurándose de que nadie se percatara de su presencia.
Se puso la capucha, para después encender el cigarro con un encendedor.

Apenas dos minutos después, tres hombres estacionaron un camión de carga frente al edificio, abrieron la parte trasera y bajaron una caja grande.
La chica los ignoró, hasta que los vió entrar al callejón que estaba justo a un lado.
La puerta trasera del edificio fué abierta por cierto pelirosa con cicatrices en la comisura de sus labios e inmediatamente los hizo pasar.

_____: (susurra) veo a Haruchiyo...

Se dió media vuelta, y esperó unos minutos para que todos ahí dentro olvidaran que había alguien en la entrada del callejón.

Caminó lentamente hasta cruzar la calle, lanzando miradas discretas al edificio.
Por momentos, del techo se asomaban hombres armados, y por las ventanas podía ver a algunos otros, entre ellos a Kakucho. Al parecer Takeomi les había dado información correcta después de todo.

Se había acabado tres cigarrillos en todo el rato que se mantuvo pegada a la barda, y ya comenzaba a levantar sospechas.
La puerta de enfrente se abrió, y en cuanto vió de quién se trataba inmediatamente dió por terminado su espionaje.

_____: (susurra) Naoto tengo a Rindō Haitani detrás de mí, ¿Cómo procedo?

Naoto: sal de ahí ahora, voy para allá.

Con la mirada gacha y las manos en los bolsillos del suéter, comenzó a caminar por toda la banqueta tratando de perder al chico que tenía detrás de ella.
Pero parecía que entre más rápido caminaba más rápido iba a alcanzarla.

Rindō: oye... Estuviste mucho tiempo frente a nuestro edificio, ¿Quién eres?...

_____: *¡Pvta, mis piernas, me van a romper las piernas!*

Sin dar respuesta alguna, la chica soltó un suspiro y se echó a correr lo más rápido que pudo, había una intersección con otra calle en la que podía perderlo. Por suerte era veloz.

Rindō: ¡Detente ahí si quieres seguir con vida!

Casi podía imaginar el dolor en las piernas con solo sentir a Rindō acercándose a ella.

Solo esperaba que Naoto llegara pronto, ¿Es que a caso en todas las líneas temporales tenía que ser perseguida por los Haitani o al menos por uno de ellos?

_____: ay ay ay, corre conejo corre veloz, que va alcanzarte el lobo feroz (:v)

Llegó a la intersección de las calles, lo había dejado atrás, entró a la segunda calle que daba a un barrio más pobre y, aún corriendo, se quitó el suéter, lanzándolo al patio de alguna casa, como pudo se quitó los pantalones, llevaba debajo unos shorts y una camiseta negra. Todo estaba planeado ya por Naoto, sabía que si la descubrían al menos debía tener un as bajo la manga.

Se ató el pelo con una liga, y dobló a otra calle, escuchaba la voz de Rindō gritándole a lo lejos.
Rápidamente entró a una de las casas en la que ya la esperaba un compañero para ayudarle.

"FASTIDIOSAMENTE PERFECTA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora