La luna y el sol

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Un nuevo día de trabajo para Mikasa y Eren.

—Hola Mikasa —dijo Eren con su característica sonrisa.

—Hola —dijo Mikasa con un tono amable. Eso alegró internamente a Eren.

—Te quería decir que si quieres ir conmigo al parque terminando de trabajar? —preguntó Eren.

—¿Yo? —preguntó Mikasa sorprendida.

—Sí, si no quieres no hay problema. Es que me gustaría ser tu amigo —dijo Eren.

Mikasa no sabía que decir.

—E-está bien —decía Mikasa.

—Gracias —dijo Eren con una sonrisa.

"¿Por qué? ¿Por qué mi corazón se siente así?" Se preguntaba Mikasa.

El día pasó como siempre, la clientela no era mucha. Pero era lo suficiente como para mantenerlos ocupados.

—Mikasa —habló Eren.

Mikasa volteó a verlo. Fue entonces donde Eren volvió a ver sus ojos, seguían opacos. Tan opacos que podría sumergirse en aquella oscuridad. Se veía a él ahí, atrapado en esos ojos grises y opacos. Que de una manera u otra a Eren le gustaban. Probablemente Armin tenga razón. Tal vez es amor a primera vista o sólo la necesidad de ayudar a alguien que se ve perdida. Con cualquiera de las dos formas, Eren se sentía con la necesidad de estar junto a ella. No sabría si de manera romántica o como un simple compañero. Eren se sumergía cada vez más en los ojos, tratando de buscar alguna luz aunque sea pequeña y escasa, la buscaría. No le importaba si costara trabajo. Después de todo, él quiere ver un brillo en sus ojos.

—¿Eren? —preguntó Mikasa.

Eren sintió un nudo en la garganta. ¿Por qué? ¿Por qué tienen esa necesidad de llorar cuando se ven a los ojos?
Mikasa siente envidia. Envidia, de esa hermosa y radiante sonrisa que podría jurar era más hermosa que él sol. Aquella mirada que trasmitía paz y alegría, ¿será el brillo que él trasmite? ¿O será esa extraña manera de verla?
En cambio Eren la ve y se pregunta qué tuvo que pasar para que la mirada de aquella chica se encuentre tan triste y opaca. Extrañamente se sienten atraídos por una misma cosa... La mirada. Pero de diferente perspectiva.

Entonces Eren lo notó. Notó como los ojos grisáceos se cristalizaban. Entonces pudo ver un "brillo" pero no el tipo de brillo que él quiere ver. Vio un brillo que reflejaba llanto, tristeza y lamento.

—L-lo siento. Voy al baño —dijo Mikasa yendo al baño rápidamente.

Eren sintió un nudo en la garganta y sus ojos se nublaban.
Lo podía ver, inconscientemente el vio todo su dolor en esos ojos.
Recuerda esa frase que su madre siempre decía "Los ojos son la ventana del alma" ¿Su alma está rota?

—¿Todo está bien? —le preguntó Marco a Eren.

—S-si sólo estaba pensando en algo —respondió Eren.

(...)

Mikasa entró a un baño rápidamente derramó algunas lágrimas mientras se tapaba la boca.

—Mamá, hoy te visitaré. Le prometí a Dios ser mejor persona —se decía a sí misma Mikasa.

Rápidamente se lavó la cara, pues no quería que se notara que lloró un poco.

El tiempo transcurrió.

Eren le dio su espacio a Mikasa y decidió no abrumarla. Incluso pensaba en cancelar la ida al parque.

𝐑𝐚𝐢𝐧| 𝐄𝐫𝐞𝐦𝐢𝐤𝐚 𝐀𝐔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora