Pesadillas

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Enero 2022

Eren es como una pequeña luz en la vida de Mikasa.

Antes de conocerlo, ella ni siquiera hablaba con las personas. Solía ser más reservada, pero ahora que Eren está, se puede ver un ligero cambio en Mikasa.

Entender a Mikasa no es fácil. Aprendió a guardarse sus sentimientos durante mucho tiempo.

Varias veces se culpaba de todo lo malo que le sucedía. Pensaba que tenía algún tipo de mala suerte que la perseguía. Nunca supo porqué tuvo que "aprender lo duro que es el mundo" de esa manera.

Mikasa estaba en la playa. Pero el agua se veía turbia. El cielo estaba nublado, la lluvia siempre estaba presente en ella.

Se encontraban parada frente al mar, mirando las olas, escuchando solo el ruido de las aves y el mar.

No había nadie a su alrededor. Solo estaba ella, pero sintió una enorme fuerza que la arrastraba hacia el mar. Ese mar que cada vez más se veía más y más ondo.

—No pasará nada —escuchó la voz de alguien.

Volteó a todos lados buscando al portador de aquella voz que por un momento se le hizo conocida.

Mikasa seguía siendo arrastrada hacia el mar, caminaba mientras su mirada estaba perdida entre aquella espuma que siempre estaba presente en el mar.

Sintió el agua mojar sus pies descalzos y por un momento es como si sintiera que flotaba.

Sentía que la empujaban al mar. Ahora era mucho más fuerte. Ella se negaba, no quería entrar al mar, no quería hacerlo. Mikasa ponía resistencia, pero sentía como la empujaban. Trataba de ver quién era el que la empujaban al mar. Quería ver su cara pero no podía. Mikasa estaba desesperada, cada vez más su cuerpo se sumergía.

Empezaba a gritar.

—¡Ayúdenme! —gritaba con desesperación al ver que había personas viéndola en la orilla del mar—. ¡Por favor!

Nadie le hacia caso. Solo observaban como Mikasa seguía hundiéndose en aquel profundo mar infinito y misterioso.

—¡No quiero morir! —gritaba mientras trataba de salir a flote.

Entonces la lluvia cayó de repente.

Sentía como si empujaran su cabeza hacia abajo, tratando de ahogarla.

Empezó a patalear y de fondo se escuchaban risas.

La gente la conducía a su propia muerte, pero no era cualquier gente. Por alguna extraña razón, no veía sus caras pero sabía quienes eran.

Sintió como dejaba de respirar.

Entonces... Mikasa despertó.

Estaba agitada y sudada. Tocó su cara y se dio cuenta que estaban llenas de lágrimas. No podía calmarse, así que lloró demasiado hasta que su garganta empezaba a doler por callar tantos gritos ahogados. Era como si pidiera una liberación. Una liberación de dolor.

Mikasa sufría constantes pesadillas, día con día, donde siempre era lo mismo, pero en diferente representación. Ella siendo impulsada por las personas que la atormentaban. La conducían a la muerte, al suicidio, a la desgracia. Sus pecados seguían ahí, las personas de su pasado la atormentaban en cada sueño y nadie podía salvarla.

En esta ocasión, era como si las personas de su pasado la dejaban sola en el mar, encargándose de ahogarla y hacerle saber que lo mejor era morir.

Decidió pararse de su cama. Tuvo un excelente momento con Eren el día anterior. Pero ahora solo podía pensar en aquel sueño, que era más bien... Una pesadilla.





𝐑𝐚𝐢𝐧| 𝐄𝐫𝐞𝐦𝐢𝐤𝐚 𝐀𝐔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora