¿Eren, por qué estás llorando?

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Estar fuera de su casa fue realmente un respiro para Mikasa. Sin duda, Eren la ayudaba a calmar un poco sus pensamientos.

—Vayamos a tu casa para que descanses —dijo Eren mientras sostenía su mano.

Mikasa no era lo suficiente valiente para decirle a Eren que no quería ir a su casa.

—Está bien —dijo Mikasa.

—¿Pasó algo, amor? —preguntó Eren mientras sostenía.

Mikasa temía decirle la verdad a Eren. No quería que la odiara por acciones pasadas.

—No.

Estaban a una cuadra de su casa cuando Mikasa pudo ver a su abuela.

Su respiración se alteró. No quería que Eren la viera.

—Vete —dijo Mikasa.

—¿Qué?

—Por favor, te lo diré luego.

—¿Por qué te pones así de alterada?

—Eren, por favor, vete.

Eren no comprendía nada de Mikasa. Los cambios de humor le producían confusión.

—¡Mikasa! —gritó su abuela al verla.

—Eren, por favor, vete —dijo como sus ojos cristalinos.

Eren aceptó irse, pero no sin antes darle un abrazo y un beso a Mikasa.

Una vez que Eren se alejó su abuela gritaba aún más fuerte.

—¡¿Te atreves a vivir en paz?! —gritaba su abuela.

—No lo hago —respondió ella.

—Te veías muy cariñosa con aquel tipo —dijo la abuela.

Mikasa no habló.

—¡Oh! —la abuela dio una sonrisa escalofriante— ¿No le has dicho que eres una asesina, verdad? —preguntó con burla.

Mikasa se tensó por las palabras de su abuela.

—Lo sabía. Nadie te amaría sabiendo la clase de persona que eres. Alejate del muchachito si no quieres que también termine muerto. Ya sabes, todo lo que tocas muere —dijo amenazante.

Mikasa no podía pronunciar ni una palabra. Sabía que si lo hacía rompería en llanto.

—No descansaré hasta verte como tu hermano —dijo su abuela en su susurro espeluznante.

Mikasa sólo entró a su casa escuchando de fondo la risa de su abuela.

°°°

Eren regresó a su casa. Estaba demasiado aturdido.

—Eren —habló una voz masculina. Era Armin.

—Armin —dijo con un leve sonrisa.

—¿Cómo has estado? Tu madre me dejó pasar en lo que ella iba al supermercado —comentó Armin con una sonrisa.

—Pues bien ¿y tú? —preguntó Eren sin muchos ánimos, mientras se sentaba en el sofá junto a Armin.

—No pareces muy bien, Eren —mencionó Armim.

Eren dio un largo suspiro dejando salir sus preocupaciones.

—Es Mikasa.

𝐑𝐚𝐢𝐧| 𝐄𝐫𝐞𝐦𝐢𝐤𝐚 𝐀𝐔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora