Niño pequeño

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Las lágrimas de Eren se escurrían por sus mejillas mientras Mikasa reposaba su cabeza en el pecho de él.

—Es mejor que vayas a tu casa —dijo Mikasa con dolor.

—No quiero alejarme de ti.

—Eren...

—Solo quiero estar esta noche contigo, por favor.

Mikasa tenía sus ojos llorosos y Eren seguía llorando.

—Prometo no molestarte más.

Ella quiere que Eren siga "molestándola". No quiere dejarlo ir.

Mikasa asintió.

Ambos se levantaron del piso y se abrazaron como si su vida dependiera de ese abrazo.

—Te amo —dijo Eren—. Quiero que seas consciente que aunque nos alejemos, no dejaré de amarte.

—Eso no lo sabemos.

—Deja que yo crea en eso. No me importa si va a pasar o no. Quiero creer fielmente que solo te amaré a ti.

Mikasa empezó a llorar mientras sentía como su corazón se ahogaba.

—Ya no llores, amor —dijo Eren mientras limpiaba las lágrimas de la cara de Mikasa—. ¿Todavía puedo decirte así, no? Todavía nos queda este día.

Mikasa lloró aún más.

—¿Quieres descansar? —preguntó Eren mientras abrazaba a Mikasa.

—S-Sí —musitó Mikasa.

Eren caminó con Mikasa hacia su cuarto mientras ella se aferraba a su pecho.

—Acuéstate —dijo Eren mientras ponía a Mikasa en sus sábanas.

Eren se dio la vuelta pero la mano de Mikasa lo detuvo.

—Quédate conmigo —dijo Mikasa.

Eren sonrió débilmente y se acostó al lado de Mikasa algo alejado.

Mikasa se acercó a él y reposó su cabeza en el pecho de el castaño escuchando sus latidos como una sinfonía sin fin.

Eren la abrazó también, mientras Mikasa se acurrucaba como una niña pequeña.

Eren reposó su mentón en la cabeza de Mikasa, oliendo el aroma de su cabello. Olía a flores en el campo.

Sentía como Mikasa temblaba un por su llanto. Pero algo cambiaba, sus ojos se volvían pesados con rapidez, como si de repente sus problemas de insomnio desaparecieran.

La casa de Mikasa no se sentía fria, se sentía cálida. Eren transformaba el mundo de Mikasa por completo.

Mikasa durmió rápidamente, todo lo que no pudo dormir en años, parecía dormir lo en una noche junto a Eren.

—¿Te dormiste? —preguntó Eren mientras sentía como Mikasa respiraba más tranquila.

Mikasa no respondió.

Eren acarició su cabello mientras sobaba la espalda de Mikasa con cariño.

—Eres la chica de mis sueños —susurró mientras besaba la cabeza de su amada.

Se movió un poco y limpió las lágrimas que salían de sus ojos.
Bajó un poco su cabeza y empezó a dejar pequeños besitos en la cara de Mikasa. Besó sus labios con delicadeza.

Su piel quemaba, le dolía saber que tiene que alejarse de ella. No quiere hacerlo, prefiere morir antes que alejarse de ella.

Se quería levantar de la Cam para poder dejar descansar a Mikasa, pero Mikasa pareció abrazarlo más fuerte.

𝐑𝐚𝐢𝐧| 𝐄𝐫𝐞𝐦𝐢𝐤𝐚 𝐀𝐔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora