¿Alguna vez tuvieron a alguien que simplemente no pueden sacarse de la cabeza? Creo que estoy contagiado por alguna especie de enfermedad del amor, tanto que ya ni recuerdo lo que significa sentir vergüenza... eso es muy peligro.
A partir de aquella vez en la que nos descubrieron, naya se volvió mas estricto, por consiguiente ya no me deja besarlo en el SUM. Parece alerta, tal vez tiene miedo de que nos vean juntos, para ser sincero en realidad no tengo el valor de preguntarle si él quiere que nuestra relación se sepa, tal vez por que sé que hay una gran posibilidad de que quiera mantenerme como un secreto, uno muy sucio y sexy, pero un secreto en fin. Si lo pienso mucho duele un poco.
Hasta ahora solo nos hemos encontrado furtivamente en salones abandonados o fuera del colegio, pero en clase ni siquiera voltea a verme, como si apenas nos conociéramos. Esta es una gran fuente de frustración para mí, ¿que importa si todos lo saben? ¿que mas da si la gente se entera? Nuestra relación solo nos compete a nosotros dos y francamente me gustaría que todos supieran, que quede bien claro que naya es mío... pero si él no quiere no puedo hacer nada, mucho mas que mi ego, me importa no perderlo por un estúpido impulso exibicionista egoista.
Fingí que todo estaba bien, bien bien, bien muy bien, súper bien, oh, tan pero tan bien... ¡extremadamente bien!
Juro que es casi como un mantra, pero cada vez es más difícil mantener la mentira.
Así pasaron los días hasta que por fín llegó el viernes ¿no les parece que el viernes es el mejor día de la semana? El sol está mas brillante, los pájaros cantan mas afinados, el aire es incluso mas puro... y naya viene a casa para nuestra primera cita. No es mi ideal, yo quería llevarlo a un restaurant en la costanera, algo mas agradable, una cena a la luz de las velas con una espectacular vista a las luces a orillas del río nocturno... pero Naya insistió en venir a casa, quería algo mas discreto y sencillo para nuestra primera cita.
A pesar de tener un chofer a mi disposición, por lo general vuelvo caminando del colegio, no es un camino excesivamente largo y aclara mi mente, me tranquiliza, es una buena pausa de lo que significa estar vivo. Pero hoy volví acompañado de naya, el camino fue muy distinto. Por la diferencia de estatura y condición física, naya camina significativamente mas lento que yo, por lo que en mas de una ocasión tuve que bajar el rítmo e incluso tomamos algunos descansos. Jamás había sentido tan largo y agotador el camino a casa, avanzar a la par de Naya es difícil, pero extrañamente quería que durara incluso más. Por cada paso que dábamos, un tema interesante aparecía y el viaje se volvía mas ameno, naya es tan hermoso e inteligente, tiene la cabeza llena de ideas y opiniones ¿alguna vez podré cansarme de él? Me parece imposible.
Eran cerca de las dos de la tarde cuando finalmente llegamos a mi casa, pasamos el umbral a carcajadas mientras cerraba la puerta detrás de mí, el estómago me hacía fuertes ruidos y naya se burlaba de mi apetito insaciable.
Lo observé detenidamente, me encanta su sonrisa. Sus hermosos ojos negros se arrugan hasta casi desaparecer y parte de sus encías es expuesta en una encantadora sonrisa. Naya sonríe con el corazón, con el alma... Deseo verlo así eternamente. Me sorprende, sigo encontrando más de estos pequeños detalles que hacen que me enamore un poco más de él.
Acaricié su mejilla con mi pulgar y él dejó de reír. Seguramente habrá sido la intensidad con la que lo miraban mis ojos o tal vez fue pura telepatía, no lo sé, de alguna forma entendió cuanto quería besarlo. Sonrió ligeramente, cerró los ojos y ladeó la cabeza sobre mi mano frotando su mejilla contra mi palma con ternura, como si fuera un gatito buscando que lo mimen. Pero sus ojos traviesos decían algo mas, hermosos y oscuros, moviendo lentamente sus pestañas con un brillo muy particular.
Aquella hermosa visión era mas que suficiente para que perdiera la cabeza. Me incliné hasta estar a su altura y tomé su boca, metí mi lengua en su interior y acaricié la suya que gustosamente me recibió. Una de mis manos bajó por su hombro y espalda hasta instalarse en su cintura, mientras que mi otra mano sostenía posesivamente su cabeza marcando el rítmo de nuestro beso en ese delicioso va y ven que era algo tan común entre nosotros. Me perdí por un segundo, antes de darme cuenta de que lo había acorralado contra la pared ¿en que momento sucedió? Y además tenía una pierna incrustada en el espacio entre las suyas, rozando superficialmente su entrepierna. Me alarmé por dentro creyendo que podría arruinarlo todo, pero contrario a mis especulaciones, naya no se quejó, siguió besandome como si fuera lo mas normal del mundo.
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Hambre De Ti (BL)
RomanceFranco no solo es rico, apuesto y popular, también es el bully más cruel de la escuela. Puede tener a la chica que quiera, pero él solo puede pensar en una persona... El gordo del salón.