capítulo 16

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Solo hay una cosa más molesta que la resaca... el maldito insomnio.

Afortunadamente la casa estaba en completo silencio, Brenda, mamá y papá estaban totalmente borrachos por lo que no despertarían hasta mañana.

Bajé las escaleras silenciosamente, tenía muchas ganas de comer algo dulce. Afortunadamente tenía mis nuevos recetarios y estaba ansioso por estrenarlos. ¿que debería elegir primero? Me frote las manos con impaciencia y recorrí las páginas. Beignet, tiramisú, Écleir... ¡profiterol! Que delicia, pero algo definitivamente llamó mi atención, una receta simple, clásica pero perfecta para estrenar mis nuevos utensilios de cocina, "croissant de chocolate" comunmente llamados "medialunas".

Busqué en la alacena y la heladera, primero preparé la levadura y luego seguí con la masa de hojaldre. Amasé impartiendo fuerza con mis dedos, la textura grumosa se volvió suave y pegajosa. Tomé el tiempo necesario y encontré el ritmo correcto, al principio yo llevaba la masa pero entendí que es mejor dejar que la masa te guíe, que te hable... si la escuchas te vas a dar cuenta de cuando está lista.

Fue difícil, sin un maestro que te guíe es un poco complicado entender la forma de enrollar correctamente para darle esa forma característica, intenté que fuera lo mas parejo posible pero saltaba a la vista que solo soy un principiante. Agregué cantidades moderadas de chocolate amargo y en otros fui mucho mas generoso.

Hice cerca de 5 bandejas pero de alguna forma no me convencían y seguí experimentando, taché y reescribí en mi cuaderno rojo hasta que se me cansó la mano. Mamá tenía razón, no se podía confiar plenamente en un recetario, no es mas que una guía, la verdadera diferencia está en la continúa prueba y error. Fue cerca de las 5 de la madrugada cuando finalmente terminé de cocinar. De 8 bandejas, envolví una docena y las guardé en una bolsa. No faltaba mucho para tener que ir al colegio por lo que desistí de la ridícula idea de dormir y preferí tomar una ducha.

El agua caliente caía sobre mi cuerpo relajando mis músculos, pero mi mente no descanzaba. En mi cabeza giraban las palabras de Roxy y su mirada cargada de desaprobación, por otro lado Naya resonaba en mi mente como una alarma y el increible beso que me había dado en el shopping. No podía elegir entre uno y el otro, es mas, me niego a tener que hacerlo.

Salí de la ducha chorreando el piso de mi habitacion como de costumbre. Me miré al espejo y me desanimé al ver mis pronunciadas ojeras, por lo menos mi nariz estaba mucho menos hinchada. No importa, sigo siendo super sexy ¿no?... Tengo que dormir mejor.

Terminé de ponerme el uniforme y bajé con la mochila en una mano y el parlante para naya en la otra. ¿alguna vez levantaron un parlante con el mismo brazo que usaron para batir las últimas tres horas? Les puedo asegurar que no es nada lindo, siento como si se me desgarraran los tendones, pero estoy muy bien.

<<aguantate, no seas llorón>>

Dejé el parlante en el suelo del living donde mamá y papá servian el desayuno como muertos viviente, ambos con los ojos sospechosamente rojos, algo me dice que su forma de desaparecer la marihuana de Alex no fue tirandola como mamá había asegurado.

Me senté a la mesa y tomé una tostada quemada, la raspé con un cuchillo intentando encontrar una parte comestible.

— ¡Dios! ¿que es ese ruido infernal a esta hora de la mañana?

La voz rasposa y congestionada llegó de detrás de mi sofá, revelando a una sucia, alcoholizada y probablemente drogada Brenda, que se arrastraba por el piso... y luego se atreve a pedir que la llame señora Directora.

— ya son las 6 de la mañana, vas a llegar tarde al trabajo.

Brenda mantenía la mirada perdida y el cabello hecho un desastre, olía a perro muerto y su traje sastre estaba manchado con alguna sustancia. Entrecerró los ojos por la luz y me miró con expresiones que mezclaban la sorpresa y la burla en una comica secuencia mientras revisaba el piso cuidadosamente.

Hambre De Ti (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora