El chofer me dejó en la puerta de la escuela como todos los días. A medida que avanzaba por los pasillos, las personas me saludaban amistosamente, las chicas me sonreían y los profesores se apartaban de mi camino. Llegué hasta el laboratorio de ciencias, que por lo general estaba abandonado, para reunirme con mis amigos, sin embargo en él solo se encontraba Roxy, mi mejor amiga.
— ¿Y los demás?
Roxy pasaba sin interés las páginas de una revista mientras una chica de trenzas y lentes le pintaba las uñas de los pies.
— creo... que dijeron que se iban a divertir con Larry en el baño del segundo piso.
La chica de anteojos suspiró hondamente mientras me observaba, lo que irritó a Roxy.
— ¡Si te equivocas y me pintas aunque sea un milímetro de piel, te arranco esas asquerosas trenzas, griselda!
La chica bajó la vista temerosa y volvió a concentrarse en su tarea. Ignoré lo ocurrido y simplemente me fuí sin más.
Ya en el baño, me encontré con el resto de mis amigos, tenían a un chico pecoso y delgado contra la pared, Larry estaba siendo duramente golpeado en el estómago, no pude evitar interrumpir la escena con mi mejor sonrisa.
— ¿Empezaron sin mí, chicos? — Mis amigos me devolvieron la sonrisa, lanzaron a Mik a mis pies y lo ayudé a incorporarse — no te preocupes Larry, ellos no te golpearán más... Hay cosas peores que los golpes.
Lo tomé por la camisa y lo arrastré a uno de los cubículos, repentinamente sentí mucha curiosidad por ese clasico de las peliculas yankees, quiero decir ¿Quien no ha tenido ganas alguna vez de meter la cabeza de un idiota en el inodoro?
Larry se retorcía desesperadamente, pero mi fuerza era superior, no podría conseguir escapar. Lo dejé un tiempo prudencial, no quería matarlo, solo ahogarlo un poco. Si bien al principio fue entretenido, conseguí aburrime rápidamente de su sufrimiento. lo saqué y lo volví a meter, consecutivamente hasta que se me cansó el brazo.
Mientras yo estaba inmerso en mi tarea, Alexander se apartó desinteresado de la escena y encendió un cigarrillo cerca de la ventana. Bruno lo siguió para darme espacio y le comentó casualmente.
— ¿escuchaste? Nino se cambió de colegio.
— ¿y ahora qué, a quién vamos a joder?
Cansado y molesto, solté a Larry quien estaba completamente empapado. A veces me aburro hasta de mis propios amigos, me despedí rápidamente y me fui con la excusa de que mi clase de historia estaba por comenzar.
Me dirigí directo a mi lugar pero ya había alguien sentado, sobre mi silla descansaba un fofo culo gordo de un don nadie. No recordaba que en mi salón hubiera un obeso, por lo que él debía ser nuevo.
— este es mi lugar, gordinflón — Lo dije con la voz más amenazante que pude, el gordo levantó la cabeza y me miró con unos ojos tan llenos de odio que me hizo tragar saliva. Me recompuse rápidamente, torcí el gesto y golpeé la mesa con fuerza — levantá tu asqueroso culo gordo de mi lugar, bola de sebo.
El gordo parecía imperturbable, puso los ojos en blanco y me respondió.
— andate a la mierda.
Escupió aquellas palabras con tanto desprecio que casi lo golpeo, pero la voz del profesor me detuvo.
— Franco LaCroix ¿que hace parado todavía? La clase ya comenzó.
Lo miré incrédulo y señalé al maldito gordo.
— este pendejo se sentó en mi lugar.
El profesor solo se acomodó los lentes y me dedicó una mirada vil. Por mi parte dirigí mi atención al gordo, pero el muy infeliz estaba mirando por la ventana ignorándome.
— LaCroix, tiene un lugar disponible justo a su lado, siéntese de una vez si no quiere un trabajo práctico exclusivo.
De mala gana tomé el asiento al lado del gordo y lo miré con toda mi furia, aún así él me ignoraba descaradamente Si las miradas pudieran quemar, ese maldito gordo ya estaría carbonizado. Pero el maestro le habló y el gordo le prestó atención... Eso me molestaba.
—usted es el alumno nuevo ¿verdad? — El gordo asintió —¿podría pasar al pizarrón para presentarse?
El gordo suspiró y levanto su obeso culo con una terrible lentitud, ya en el pizarron, se aclaro la garganta y comenzó.
— Yo soy Narayan Kumar y tengo 18 años... eso es todo.
Dejó de hablar y se volvió a sentar. Aún lo seguía mirando fijamente, el maldito podía considerarlo mi advertencia, ya lo había elegido como el próximo objetivo y me divertiría a lo grande torturando a este hijo de puta, volvería su vida un puto infierno.
Mientras me encontraba hundido en mis pensamientos, él volteó hacia mí y me dijo lo impensado.
— ¿Qué tanto me mirás, pelotudo?
Sus ojos negros como un abismo furioso, las mejillas abultadas y suaves combinaban perfectamente con el par de labios carnosos, que se movían rígidamente para pronunciar sus amargas palabras. Una brisa ligera entró por la ventana y levantó las finas hebras de su largo cabello, creando olas embravecidas que golpeteaban sus hombros.
No sabía por qué pero mi corazón dejó de palpitar por un segundo. Apenas vi su expresión sentí que me faltaba el aire y perdí un poco de mi cordura. Solo quería quedarme muy quieto en aquel asiento y que el tiempo se detuviera para no perder ni un detalle de su inusual belleza.
— mierda...
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Hambre De Ti (BL)
RomanceFranco no solo es rico, apuesto y popular, también es el bully más cruel de la escuela. Puede tener a la chica que quiera, pero él solo puede pensar en una persona... El gordo del salón.