Capítulo 23

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Estar de acuerdo con el paso siguiente nos dio tanta vergüenza que ni siquiera quiero recordarlo. Naya estaba tan nervioso como yo y aunque estaba lleno de energía y bastante bien dispuesto y firme en algunas partes, decidimos que en nuestra primera vez juntos él sería el de abajo.

— ¿estás seguro?

Se mordió el labio con nerviosismo.

— lo pensé mucho en realidad y aunque técnicamente ninguno de los dos lo ha hecho con un hombre antes, vos tenés más experiencia que yo en esto... Prefiero que me guíes esta vez.

Lo besé otra vez, estaba confiandome algo tan importante, algo para lo que yo tampoco estaba del todo preparado pero si mierto de ganas de hacer y que bueno que él tomó ese lugar por que la idea de ponerme sobre mis rodillas y solo mirar al frente espersndo lo mejor, me hacía sentir demasiado expuesto y nervioso, demasiado vulnerable. Confieso que me da miedo de solo pensarlo aunque no sé por qué.

Naya terminaba de sacarse la ropa interior mientras yo pensaba como un idiota en todos los videos sobre sexo anal que había visto para buscar informacion, incluso le pregunté a Alex como lo hacía él con su novio pero solo conseguí una risa burlona y que me dijera "mejor habla con Robin, él lo explica mejor" y preferiría arrancarme el brazo antes de hablar con el idiota de Robin sobre sexo.

Estaría bien, yo podía con esto.

Naya dudó si ponerse en cuatro o solo recostarse con las piernas abiertas, pero yo le dije que había leído que era más facil hacer en cuatro la primera vez. Estoy totalmente confiando en algo que leí en el post de un desconocido, pero no podía decirle eso. Él confío y dejó su tracero expuesto justo frente a mí.

Abri el cajón de mi cómoda y saqué la botellita de lubricante que compré despues de la primera vez que me masturbé pensando en él. En el fondo del cajón había una caja con doce preservativos, pero ahora solo necesitaba uno, lo dejé sobre la cómoda, no quería adelantarme a ponermelo hasta que Naya estuviera listo para pasar al último nivel.

Naya observó cada uno de mis movimientos y yo le acaricié la espalda para calmarlo.

— si duele o estás incómodo decime enseguida y voy a parar o a ir más lento, lo que vos digas ¿si?

Él sintió y suspiró para calmarse. Tomé la botellita de lubricante y puse un poco sobre su entrada. Nunca había visto esta parte de él, su ano era tan pequeño y oscuro, estaba limpio y parecía tan cerrado que me dio miedo hasta mirarlo, aunque también me pareció algo tan prohibido, tan excitante. Cuando el lubricante hizo contacto con él, sus nalgas se apretaron y él se movió un poco más adelante.

— está frío.

— perdón.

Yo también exalé una gean cantidad de aire, estaba tan nervioso y necesitaba calmarme para poder calmarlo a él.

Toqué su entrada con mi dedo índice para calentar el líquido con mi temperatura corporal y él se sobresaltó un poco. De acuerdo, tengo que avisarle las cosas o estaremos así a cada paso.

— ¿esto está bien?

— si

Froté mi dedo en el lubricante y lo esparcí bien sobre el músculo, su textura era agradable y se abría a mí, como si estuviera pidiéndome, llamándome. Poco a poco froté el centro con más insistencia.

— voy a meterlo.

Naya se apartó un poco y me miró totalmente aterrado.

— ¿ya?

— mi dedo, quiero decir.

Naya se rió aliviado y volvió a ver al frente mientras se agachaba un poco más y sacaba el trasero para mí. Tuve la necesidad de acariciarlo, era una vista tan hermosa y placentera, este tipo de confianza y entrega total me parecía la cosa más hermosa del mundo y lo amé un poco más por eso, por ser mío.

Hambre De Ti (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora