Esteban
Me levanto a la mañana con Ray saltándome en el colchón, él me golpea el hombro.
—Vamos, despertate, no seas puto.
Me levanto del sillón solo con los boxers puestos.
—¡Ya, ya!
Cuando estoy con Ray bajo el tono de voz una nota, siento que de esa forma me va a respetar un poco más, o yo qué sé... Hace tanto que empecé con esto de poner mi voz más grave frente a determinada gente que ya ni sé por qué lo hago.
Me relajo un segundo sobre el colchón desplegable del sillón y me froto el cuello cansado.
—Tenés que ir a recuperar a tu mujer para que no te quedes a vivir en casa.
Me dice apuntando a la barra para que me siente con él a desayunar.
Le dije la verdad, que yo y Cora habíamos tenido una pelea y que no tenía dónde quedarme a dormir, hay muchos detalles pequeños que no sabe sobre la situación pero no los tiene que saber. No hay porque ser extensos.
—No sé si es tan fácil.
—¿Qué? ¿Te echaron para siempre? ¿Qué hiciste? ¿Le metiste los cuernos?
Yo me río y caminó por la casa para sentarme con Ray en la barra.
—No, obvio que no.
—Claro, el señor perfecto no se puede coger a otras chicas ¿Alguna vez la pusiste con alguien que no sea Cora?
Niego la cabeza, mintiendo, agarrando el bol con cereales, yogur y batido de proteína que Ray dejó preparado para mí. Me llevo una cucharada a la boca y levanto la cuchara.
—Esto está bueno.
Intento cambiar el tema de conversación y Ray me mira con esa sonrisa de mil dientes que se ven muy blancos con el contraste de su piel morena.
—Tenés que aprovechar la oportunidad. Podés salir conmigo este finde, si ella está enojada con vos no cuenta cómo ser infiel.
¿Qué clase de lógica estúpida utilizaste para llegar a esa conclusión?
Él sigue presionándome con el tema y se para al lado mío para agarrarme de la nuca y golpearme el pecho.
—Estoy bien, gracias.
—Esa chica gordita santa no debe ser la gran cosa... espera que te agarre una mina que esté buena y con un buen culo.
Yo revoleo los ojos empujándolo para crear distancia entre nosotros.
—No necesito cogerme a nadie. ¿Tenés un traje para prestarme?
Vuelvo a intentar cambiar el tema pero no creo que vaya a funcionar, cuando a Ray se le mete algo en la cabeza, no para hasta tener lo que quiere, es un cabeza dura en ese sentido, como un toro que no deja de golpear una puerta hasta que la tira abajo.
Creo que por eso seguimos siendo amigos. Empezamos a nadar juntos cuando éramos chicos y se le metió desde muy temprano que íbamos a ser amigos, desde el momento en el que él lo decidió, terminamos siendo del mismo grupo de amigos el cual gira alrededor suyo.
En ese sentido, me hace acordar mucho a mi padre, un gran bully que camina haciéndose paso empujando gente.
—Sí, en el placar.
Camino por el loft de Ray para abrir su placar e intentar encontrar entre su ropa ridícula de hombre hetero metrosexual, algo que no tenga colores brillantes ni texturas estúpidas como esta camisa de gallos.