5.Los celos solo traen problemas

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Jace

Al día siguiente, me levanté y Eily no estaba en la cama. Probablemente se habría levantado a las seis de la mañana como de entre semana, y no pudo haberse dormido. Además, se durmió mucho más pronto que yo, aunque bueno, llegamos a casa a la una de la madrugada.

Me levanté y miré la hora en su móvil. Eran las diez. Aunque no solo vi la hora, sino los mensajes de un número desconocido. No leí nada porque no me gusta mirar cosas ajenas, pero estaba seguro de que me contaría quién le envió eso.

Me estiré, y fui a salir de la habitación, cuando escuché las teclas de un ordenador. Entonces supe que estaba desayunando en el balcón mientras escribía cualquier cosa.

-¿Qué estás escribiendo?

-Estoy describiendo con detalle el amanecer de hoy, que por cierto, he hecho unas fotos espectaculares, ahora cuando vaya a la cocina te las enseño. Tienes algo de comida en la alacena y el café ya preparado.

-Gracias, luego me enseñas.

La verdad que a veces me sorprendía su capacidad para escribir con detalle cualquier cosa. Y sinceramente, yo no sabría describir un amanecer tan perfectamente como ella, probablemente. Y nunca se ha animado a enviar algo a cualquier editorial, ya que piensa que son textos insuficientes, y cada vez que se esfuerza más, peor habla de como escribe. En cambio Sabrina y yo la intentamos convencer para que nos cambie de tema de conversación. De lo único que habla con nosotros es de Romeo y Julieta, los libros que lee, y de lo que ha escrito.

-¡Jace mira quién me ha escrito!

-A ver.

Me enseñó el chat con Josh...Así que fue él. Sinceramente no sé cómo se las apañaba el chico como para encontrar su casa, su número, y hasta coincidir con ella dos veces en la misma tarde. Le comencé a odiar desde que me habló de él, pero ahora lo odiaba más. Era espontáneo como ella, y parece que está en su casa tranquilamente haciendo lo que sea, pero se puede teletransportar solamente donde ella esté.

-Bueno, mira las fotos, son geniales. Han habido todo tipo de colores y de distintos tonos. Que se vea el mar desde aquí ayuda mucho a las fotos. Refleja en el agua y deja unos destellos coloridos por el cielo.

-Madre mía Eily, no sé cómo puedes describirlo así, a mí jamás se me ocurriría.

-Bueno, ten en cuenta que soy de letras, supuestamente se me tiene que dar bastante bien-Dijo mientras me guiñaba un ojo y sonreía. Podía ver sus ojos verdes claros a través de las gafas (aunque solo se las ponía para leer o escribir), eran preciosos. Hacían una combinación perfecta con su pelo castaño claro medio rizado y los dos mechones del flequillo teñidos le quedaban genial. Perfecta, como siempre. 

En ese momento, sonó el timbre. No esperábamos visita al menos que fuese Sabrina, que siempre es bien recibida. Le hice un gesto a Eily para que se quedara sentada, fui yo a abrir la puerta. Ni siquiera miré por la mirilla, esperaba que fuese el repartidor o incluso Sabrina.

-¿Quién...?

-Hola, ¿Qué haces aquí?

-Bueno, te recuerdo que soy su mejor amigo. Me quedé aquí a dormir.

-Me alegro mucho, ahora si me permites...

Con un pequeño empujón me apartó de la puerta, y se adentró en la casa. Me quedé con la boca abierta, creo que a este chico le hace falta un poco de educación.

De fondo pude escuchar a Eily emocionada y preguntándole qué hacía allí.

-¿Cómo has sabido cual es mi casa?

Enamórate de mí, JoshDonde viven las historias. Descúbrelo ahora