24. Preguntas que duelen.

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Era Jace. Se le veía horriblemente mal. Con ojeras cayendo en un semicírculo en la parte inferior de sus ojos. Su piel pálida delataba lo poco que había dormido y comido. Me miraba atónito. 

-¿Te vas a quedar ahí parada todo el día?

-¿Jace estás bien? No se te ve muy buena cara. 

-Desde que ha llegado Josh no estoy bien. 

Ya empezamos, no me gusta hablar de este tema y menos con él sabiendo lo terco que es a veces, aunque no niego que yo también lo soy. 

-No empieces con eso, deja de echarle la culpa a Josh, él no es el motivo por el que no comes o duermes-Dije mientras me miraba sorprendido, y cerrando su portátil.

-Bueno, sé que le pegué unos cuantos puñetazos allí, y que no reaccioné de la mejor manera, pero no puedes estar así de enfadada. A ti tampoco te haría mucha gracia que meta a una chica que no conoces en el grupo de amigos. 

-Pero es majo, y sus amigos también. 

-Sabrina no parecerá molesta, pero, ¿Tú crees que le hace gracia tener que salir a beber con su propio hermano?

-He pensado en eso, pero ya no es mi culpa que Dante sea amigo de Josh, y tampoco es mi culpa que le tengas envidia a alguien. Yo no decido lo que siento y lo que no hacia alguien, eso ya sale casi solo, y tú eres como Nico para mí. 

-Esa es otra, me enteré la semana pasada de que tenías un hermano. 

-Bueno Jace, no te molestes, la única que lo conocía era Sabrina de todas formas. Nadie más. 

-Entonces no me consideras como tu mejor amigo. 

-Claro que lo eres, pero tienes que aprender a controlar tus emociones. De todas formas, me lo dijeron Nico y Sabrina, ibas a reaccionar mal como las cosas sucedieran con Josh. Y Sabrina me dijo que tenía que hablar contigo, supongo que para prepararte para mi rechazo y todo eso. Creo que ella no habló nada al final, pero eso no justifica el labio roto de Josh. 

Jace gruñó de rabia

-Esta conversación no va a ningún lado. Mejor sal de aquí antes de que me echen la culpa porque te has colado aquí. Y no me hables en mucho tiempo. No te lo tomes a mal, pero, necesito tiempo. Aunque eso no quita que seas mi mejor amigo, claro que te voy a perdonar. 

Él me miró con furia, estaba poniéndose su mochila y comenzó a andar rápido atravesando la biblioteca. Pensé que solo era para ir más velocidad. Pero vi como se acercaba y no frenaba, se iba a avalanzar contra mí. No lo sé, no creo, él jamás haría eso. 

Pues bien, unos segundos después, me encontraba flipando. Solo chocó mi hombro con el suyo, aunque lo hizo con fuerza, intencionadamente .No me lo podía creer, me había dado un golpe simplemente porque no entiende que lo que siento no lo puedo elegir, y que quiero estar con Josh, y que ahora tendrá que adaptarse a él.

Se me saltaron algunas lágrimas por la rabia, por la impotencia, por saber si en algún momento Jace estaría igual que antes.

Sentí unos pasos detrás de mí, y alguien me abrazaba por detrás y me recostaba en su pecho. Su olor me envolvía, y su voz me tranquilizaba, Josh. 

-¿Estás bien? Veo que alguna lágrima se te ha saltado. 

-Bueno, ya sabes como está Jace. Hoy se ha pasado un poco, pero a ver, es lo que hay...

-No creo que le tengas que aguantar si no quieres, no deberías. 

-Mira me ha dolido más lo que te hizo el otro día, que todo esto que acaba de hacer. A mí no me importa que me hagan daño, pero a Sabrina, a Ann, a mi familia, a ti...

Josh me miró impresionado al mencionarle, pero sonrió. Se separó de mí y comenzó a caminar, dirigiéndome una mirada hacia el pasillo para que avanzase. No quería que ese abrazo terminase jamás. Los abrazos con Jace eran diferentes, ahora que lo pienso. Siempre han sido diferentes porque él se ponía nervioso, porque yo le gustaba. Y no sé si a Josh yo le gustaba, pero eran diferentes. 

Al caminar yo tenía que ir rápido porque mis piernas no daban abasto con los pasos acelerados de Josh. Al darse cuenta el frenó un poco y comenzó a reírse de mí. Yo le eché una mirada asesina. Por desgracia, no es la primera vez que se burlan de mí por mi altura, o por mis cortas piernas. 

Me dejó en clase.

Mis compañeros me miraron y Sabrina se acercó a mí enseguida. 

-Hola, ¿Por qué tan tarde? ¿Y por qué te lleva él la mochila?

-Sabrina, Jace es un idiota. 

-Cuéntame qué pasó. 

-Llegué pronto hoy, así que fui a la biblioteca ya que tengo las llaves para entrar cuando quiera, y abrí la puerta. Vi a Jace sentado en una silla junto a un ordenador. Tuvimos una pequeña discusión, aunque yo le hablé con buenas intenciones, el que sacó el tema fue él. Después le dije que se saliese porque me iban a culpar a mí si le veían allí. Entonces comenzó a andar rápido, pensé que sería para salir cuanto antes. Pero cada vez aceleraba más, hasta que se estampó contra mí, me ahí, y Josh me encontró. Pero no te preocupes, estoy bien. No pasa nada. 

-Bueno, si quieres le podemos hablar a la directora. 

-No, quiero que vea que aún le guardo algo de respeto aunque no se lo merezca después de todo. Por cierto, ¿Dónde está?

-No sé, no le he visto aún, supongo que habrá ido a darse una vuelta como siempre. 

En cualquier caso, después de todo lo que nos ha hecho a todos, todavía se ha comportado así, no le puedo comprender.

Ann entró por la puerta, llegó justo a tiempo, como siempre. Ella no solía ser muy puntual y menos un lunes por la mañana. Su cara era feliz al vernos, y al ver que la profesora entraba justo después de ella y no había llegado tarde. 

-Algo ha pasado, se nota en vuestras caras. 

-Jace-Le dije con cansancio y con un medio-quejido por mi brazo, que moví al hablar. 

-Y se puede saber qué ha pasado con Jace, y supongo que tendrá que ver con Josh. 

Le conté todo, se quedó impresionada. Ella no conocía mucho a Jace, no han hablado mucho, y la verdad, después de todo lo que está pasando con él, se está llevando muy malas expectativas. 

El resto de la clase me quedé pensando en si en algún momento Jace y yo seríamos los mejores amigos de antes que quedaban siempre en la casa del otro antes de salir de fiesta, y al llegar a las tantas se ponían a ver pelis hasta quedarse dormidos. Me lo pregunté tantas veces que fueron demasiadas para contar.


Enamórate de mí, JoshDonde viven las historias. Descúbrelo ahora