13. Cosas de las que debería haberme dado cuenta antes.

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Eily

Estaba a punto de irme a comer a la cocina, estaba hambrienta, hasta que llegó mi hermano abriendo bruscamente la puerta de la entrada y gritando mi nombre completo, eso me daba miedo:

-Eileen Rayden, quieta ahí mismo.

-¿Qué he hecho?

-Tú sabrás, probablemente ya lo sepas-Dijo con desinterés. No podía ser, se había enterado de que me he escapado, ¿Le habrán llamado? ¿Y mamá?

-No he hecho nada, dímelo.

-En verdad era para asustarte, puedes ir a comer, ya está hasta la mesa puesta, te quejarás-Cuando dijo eso solté un fuerte suspiro de alivio, creo que no se dio cuenta-Tienes que coger energías para el entrenamiento de esta tarde, aunque será corto, tienes que descansar también para mañana. Pero recuerda, no tienes que estar nerviosa.

-Pues con eso no ayudas, no hace falta que me recuerdes a cada segundo que mañana es la final.

-Me ganaste en un partido, teniendo en cuenta lo bien que se me da, no deberías de estar nerviosa.

-Eso no tiene nada que ver.

Me senté en la mesa, en mi plato había pollo asado, y en el de mi hermano sobras de puré de patata con carne.

-¿Para qué haces pollo asado si había eso en la nevera? Mamá cuando llegue a casa mañana te va a matar. Sabes que odia que hagamos comida cuando ya hay.

-Lo vi después de terminar de hacer la comida, espero que con eso a mamá le sirva.

-Sinceramente, sabes lo estricta que es, le da igual cualquier excusa, te va a regañar, por mucho que tengas veintiún años-Dije burlándome. Él me dirigió una mirada asesina.

Estaba subiendo las escaleras, tenía que prepararme la ropa para hoy, con una camiseta deportiva, una sudadera básica y unos leggins cortos serviría. Mañana tendría que llevar una de las equipaciones, por suerte la que más me gusta: Morada y azul.

Mi hermano me llamaba desde abajo, ya era la hora de ir saliendo para el bus, que le quedaba nada para llegar.

-Nico ya bajo, perdón por tardar un poco. Vamos que el bus está a punto de llegar.

-¿Recuerdas que tengo coche verdad?

-Cierto, pues vamos al coche.

Bajamos al garaje donde estaban el coche de mamá y el de mi hermano. Los dos eran lujosos, un Audi y un Mercedes, la verdad que no me podía quejar. Además, los dos son empresarios. Mi hermano, enchufado por mi madre, es uno de los más jóvenes.

Puso la música muy alta, estábamos a punto de pasar a la carretera cuando el coche frenó en seco.

-Mierda, déjame que lo revise.

-Ay dios, nos va a tocar correr ya verás.

-Se quedó sin batería, efectivamente, nos toca correr. El bus está pasando por allí, ya no nos da tiempo, ¿Lo ves?

-Sí, pues venga, empuja el coche un poco para atrás, cierro la valla y nos vamos.

Nico quitó el freno de mano y lo ayudé a echar el coche un poco hacia atrás, después cerré la valla y salimos corriendo. Cuando quise darme cuenta, vi a Nico poniendo música en el altavoz. Se me había olvidado que a veces traía un altavoz a los entrenamientos para animarnos más. La verdad que era muy original.

-Eily, que sepas que tengo el altavoz grande del grupo de baile preparado, me lo han prestado para el entrenamiento de hoy. Hasta los de baloncesto van a escuchar la música.

Enamórate de mí, JoshDonde viven las historias. Descúbrelo ahora