7. El momento se acerca.

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Josh

Estábamos en la cancha. Todos estirando y calentando, mientras yo esperaba a Eily, lo que pasa que ella no sabía nada de mí, porque siempre la he evitado, básicamente. Por culpa de Kayla,  que siempre le ha querido molestar, y en cambio, a mí me daba pena, y no quería ni hablar por vergüenza. 

También es verdad que en comparación con el curso pasado, he cambiado bastante. Porque al ser amigo del hermano de Sabrina, y haberla visto varias veces en la cocina de Dante, es imposible que no me conozca. Simplemente no habrá caído en que soy la misma persona. 

Un día decidí escribirla, quería verla a solas, ella siempre iba con sus amigos a todos lados, en cambio, en volley iba sola, y tenía amigas del equipo, pero no se llevaba tan bien con ellas, simplemente por el equipo, no había mucha confianza.

-¿Haces algo después del entrenamiento?

-Te digo cuando acabemos, hablamos después.

Estábamos calentando, y las chicas de volley ya estaban llegando, todas menos ella, que raro. Creo que jamás se saltaría un entrenamiento incluso si está enferma. Y nunca era impuntual.

Sé que suena muy acosador de mi parte, pero en realidad no tanto. Cuando las chicas llegan suelen venir a saludarnos, y ella no se incluye en ese grupo, pero nos mira desde lejos y a veces saluda a Dante con un gesto de mano y una gran sonrisa, él hace lo mismo.

Supongo que como Sabrina es mejor amiga de Eily, Dante también la conoce, y según él me ha contado, se llevan muy bien, dice que es muy maja y buena influencia, alguien genial, y muy divertida.

También me ha contado anécdotas a lo estilo de que Sabrina no quería llevar a Dante con ellas, y Eily la ha convencido. Precisamente no es que los "amigos" de Dante lo traten muy bien y lo inviten a las quedadas muy a menudo.

Unos cinco minutos después la vi entrar corriendo con la mochila de deporte. Pidiéndole perdón a la entrenadora. Al parecer esta vez le había pasado llegar tarde, no recuerdo que le haya ocurrido eso alguna vez. 

Nosotros empezábamos más tarde que ellas, así que podíamos charlar un rato, y practicar un poco antes de que llegase el entrenador.

Había pasado media hora. Las seis en punto. Comenzaba mi entrenamiento, que acaba a las ocho y media.

Estábamos calentando y empezamos a escuchar gritos de vez en cuando, ya estaban practicando partidos. Sé que este fin de semana tenían la final y se lo estaban tomando enserio, nunca han ganado ningún premio, y ahora se veían en la oportunidad de hacerlo, así que, la estaban aprovechando muy bien, entrenando más horas a la semana, y llevando a algunos entrenadores más especializados. También sabía que venía un chico de vez en cuando para enseñarlas nuevas técnicas, y al parecer, se llevaba muy bien con ella, siempre que venía salía con él. Muchas veces le pregunté a Dante quién era, pero ni él lo sabía.



Eily

El entrenamiento se está haciendo eterno. Y también estaba ansiosa por ver a alguien después de terminar, y no, no es quién estáis pensando, es otra persona que echo mucho de menos.

Por fin mi entrenamiento acabó, a las ocho. Él terminaba a las ocho y media. Así que llamé a mí madre para decirla que llegaría más tarde a casa, que íbamos a entrenar media hora más.

Sí, aunque mi madre estuviese fuera, tenía que decirle el lugar en el que estaba a cada segundo.

Pasé la media hora mirando el móvil. Nos hicimos una foto el equipo entero y la subí a Instagram.

El volley me encanta, me llena y jugando, se me ocupa la mente y no pienso en nada más.

Llegó el final del entrenamiento de los chicos de baloncesto. Me senté en uno de los bancos y vi como Josh y Dante se acercaban.

-Hola chicos.

-Hola, bueno, al grano. ¿Nos vamos los tres a algún sitio? ¿A tomar algo?

-No lo sé, voy a hacer una llamada primero y te digo.

-Vale.

Saqué mi móvil de la mochila, vi como los dos me observaban con atención. Marqué el número y me alejé un poco de ellos.

-Holaaaa, ¿Vas a venir a buscarme?

-Sí estoy aparcando, justo acabo de llegar, ¿Habéis entrenado media hora más?

-Sí. Hay final y supongo que ya lo sabes. Tienes que venir a uno de los entrenamientos esta semana, nos tienes que ayudar.

-Vale, de hecho, estoy de camino a las oficinas, voy a hablar con tu entrenadora, ven que te espero aquí.

-Vale, allí nos vemos.

Estaba ansiosa por verle, desde Año Nuevo no nos vemos, y de hecho, jugamos un partido de volley entre él y yo, recuerdo como celebré mi victoria, y estuve presumiendo de aquello hasta que se marchó.

Estamos en la final, a punto de llegar al final del último set, van empate, ¿Quién ganará?

Venga Eily, tú puedes, puedes ganarle, no es mejor que tú, se puede.

Vi como se acercaba el balón hacia mí agresivamente, estuve apunto de apartarme, pero le di un golpe de antebrazos, lo elevé en el aire, después otro golpe de dedos para colocarlo, y finalmente di un fuerte golpe de remate. No le dio tiempo a reaccionar y el balón tocó el suelo. Había ganado, no me lo podía creer.

Sabrina salió corriendo a abrazarme, y me sentía muy orgullosa a pesar que sólo era un partido de práctica, mientras estuve todo el camino a casa burlándome de él.

Nico sólo me sonreía y me felicitaba cada vez que lo mencionaba. Lo recuerdo como si fuera ayer. Después llegué a casa y se lo conté a mi madre muy emocionada, ella también me felicitó.

En mi habitación estuve hablando del partido con él todo el tiempo, que buenos momentos. 

Enamórate de mí, JoshDonde viven las historias. Descúbrelo ahora