Pasaron dos días, era lunes por la mañana. Seguía devastada, no quería ir al instituto, pero tenía que hablar con Sabrina de alguna manera. Acordé con Nico que me iría a buscar a la hora del patio e iríamos juntos al hospital para ver los resultados de las pruebas de mamá.
Llegué al bus y Josh estaba ya dentro de éste. Me senté junto a él.
Ni siquiera me saludó, solo me dio un fuerte abrazo y me dejó estar tranquila. El fin de semana estuve pasando mis cosas de mi casa y al hospital, así podría estar con mamá cuando fuese, sin tener que preocuparme por nada más.
Me dormí, y sin darme cuenta ya habíamos llegado al instituto. Josh me despertó con cuidado y me ayudó a levantarme y a caminar hasta que fui espabilándome un poco. Le pregunté qué le tocaba a primera hora.
-Filosofía. No te preocupes, si necesitas cualquier cosa ya sabes dónde estoy.
Me hizo reír. No me había reído desde que me enteré de lo de mamá, me era imposible, algo a lo que yo era incapaz de llegar. Josh cada día me sorprendía más.
Entramos y me despedí de él. Me encontré con Sabrina y Ann que caminaban medio moribundas hacia su clase de matemáticas. Por suerte, no tendrían que hacer mucho.
-Hola chicas-Dije mientras pasaba a mi clase.
-¿Cómo que no te das una vuelta con nosotras?
-Me toca lengua con la señora esta, y no tengo muchas ganas-Dije mirándolas a la cara. Me observaron horrorizadas.
-¿Qué ha pasado?-Preguntaron a la vez.
-No sé si es buena idea que os lo cuente ahora...
Sabrina comenzó a negar con la cabeza y me agarró de los hombros.
-¿Qué ha pasado?
-A mí madre le ha dado un infarto, está en coma. Os llamé a las dos durante el fin de semana, pero supuse que estabais de resaca, no os preocupéis. Le han hecho pruebas, dicen que está grave, o que eso parece.
Me miraron sorprendidas y con lástima. Sabrina me fue a abrazar, pero la rechacé, ahora mismo no necesitaba eso, necesitaba saber que mi madre estaría bien y que se recuperaría. Ella me entendió, nos conocemos a la perfección.
-Nos vemos mañana, o cuando sea.
Y me dirigí a mi clase. Hoy por desgracia tocaban unos talleres de literatura, en el que por suerte yo no exponía, así que fui a hablar con la profesora,
-Hola, buenos dí-Se cortó al verme la cara.
-Disculpe mis pintas profesora, solo quiero avisar de que no estoy muy bien, y si no estoy muy pendiente a las presentaciones me disculpe, pero que no me diga nada. Y mi hermano va a venir a buscarme en la hora del primer patio.
-Puedo entenderla y la creo, pero necesito un justificante o un motivo razonable.
-Y le puedo hacer una pregunta.
-Por supuesto.
-¿Por qué faltó la semana pasada?
-Por un motivo personal, cómo se atreve a preguntarme eso.
-Es lo mismo que me está diciendo usted, no pienso darle detalles, solo entiéndame, y ya. Sólo eso.
Sabía que no iba a salir bien lo de que mi hermano viniese a buscarme. Aunque él pueda venir, si a la señora le da la gana me puede poner falta o cualquier cosa. Y sé que lo va a hacer, porque le caigo mal, pero creo que no sabía dónde se estaba metiendo.
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Enamórate de mí, Josh
RomanceEily, como de costumbre, iba al teatro. La puerta estaba ya medio-abierta. Fue a la biblioteca y comenzó a leer, algo normal. Escuchó pasos, alguien apareció en la puerta, y desde aquel momento, toda su vida fue un desastre, de mal en peor. ¿O no?