Salimos de la biblioteca muy cargados. En cuanto nos vieron echaron a correr para ayudarnos.
-¡Por fin salís!
-Bueno, es que mira todos los libros que he cogido, me ha costado escogerlos.
-Bueno, en eso tienes razón, tienes demasiados encima, déjame alguno que te ayudo a llevarlos.
-Oye chicos-Dijo Jace-Que sepáis que ya es casi la hora de salida del instituto, creo que me voy a tener que ir yendo.
-¿Pero no íbamos a pasar el día juntos?-Dijo Sabrina con tristeza.
-Sabrina, es mejor que nos vayamos ya, este fin de semana si queréis quedamos todos juntos, y pasamos el día.
Asintió. Todos cogieron dos o tres libros para ayudarme, la verdad es que sí que había cogido bastantes.
Salimos del lugar y atasqué la puerta con la palanca, después la escondí en el lugar de siempre.
Estábamos caminando todos juntos hablando, Sabrina me hizo señas para que me apartase para hablar con ella, creo que si que se había dado cuenta.
-¿Pasó algo?
-Sabrina, eres horrible, si hubiera pasado algo ya hubiese salido corriendo a contártelo, y no, no ha pasado nada, deja de fantasear ya.
-Perdón perdón. Vamos a quedarnos aquí para ver cómo se hablan, vamos a hacer que estamos hablando de algo importante.
-Pero si que vamos a hablar de algo importante.
-Eso me asusta, espero que no te hayas enfadado ni nada por el estilo.
-Sé que le gusto a Jace. Tantos comentarios de mi hermano y de mi madre, por fin me han hecho darme cuenta, pero yo no lo veo así, sintiéndolo mucho por él, tengo que hablar con él.
Sabrina se quedó callada, mirándome como si ella me hubiera traicionado.
-No te preocupes tú no tienes nada que ver con esto, entiendo que no me lo hayas dicho, no es tu deber contarme nada privado de otras personas, aunque seas mi mejor amiga y me cuentes la mayoría de los cotilleos, lo entiendo.
-Bueno, yo te digo cuál es el mejor momento para hablarle. Le he estado motivando para que te lo diga, pero puedo ver que los sentimientos no son correspondidos. Te avisaré cuando sea el momento indicado.
Sabrina
No me lo podía creer, Eily había adivinado por fin que Jace gustaba de ella. Ahora, no lo había adivinado de la mejor manera. Y encima, a ella no le gusta, pobre chico, creo que le va a tocar sufrir por Josh. Sé que está mal no ser positiva con mi amigo, pero yo a Josh y a Eily los veo futuro. Tengo que hablar con Jace antes de que lo haga Eily.
Estábamos escuchando de lo que hablaban los chicos, la verdad que estaban los dos tranquilos, por fin.
-Jace, ¿Al final vendrás mañana con nosotros?
-Sí, voy a ir, no tengo nada mejor que hacer.
-También podemos invitar a las chicas, creo que se llevarían bien con mis amigos. Son muy sociables.
-Muy al contrario que yo, a mí no me gusta hacer muchos amigos. Por eso es que no tengo amigos chicos. Solo estoy con ellas dos gracias a Eily, cuando teníamos siete años me habló ella primero, y de ahí toda esta historia.
-Las amistades desde pequeños son geniales, yo aún conservo una.
-Y bueno, ya sabes lo de Eily. Tú lo adivinaste antes que ella. Tardaste cinco segundos en darte cuenta, y en cambio, ella creo que aún no lo sabe, pero me parece que nos gustamos mutuamente.
-¿Puedo dar mi opinión sobre eso?
Y en ese mismo momento salí corriendo para interrumpirles, no quería que Josh destruyera aún más a Jace, de momento no.
-Hola chicos, creo que va siendo hora de irse a casa, ¿Verdad?-Dije mientras le dedicaba una mirada asesina a Josh, nosotros nos vamos por aquí, nos vemos mañana-Me despedí de Josh y Eily con un gesto de mano. Jace hizo lo mismo, no entendía muy bien por qué todo tan rápido.
Josh
-Eily, Jace no lo sabe aún, ¿Verdad?
-No, por qué lo preguntas.
-Mientras hablabais de eso mismo os escuché, nosotros estábamos hablando de lo mismo. Jace me dijo que creía que a ti también te gusta él, pero pienso que no es así. Estuve a punto de decírselo, hasta que Sabrina me interrumpió.
Vi como Eily me miraba extrañada, sus expresiones a veces me hacían demasiada gracia , a parte de confianza, se mostraba transparente a los demás, dejaba ver todo de ella, analizar cada detalle de su expresión.
Sus ojos se abrían demasiado y dejaban ver todos los colores y detalles que contenían sus iris. Un marrón claro que se extendía desde la pupila y pasaba a verde. Eran preciosos. Y hacían conjunto perfecto con sus pestañas oscuras.
-Bueno, Sabrina me dijo que antes de decirle nada tendría que hablar ella con él. Sino, lo destruiría más de lo que ya está. Y aunque ahora parece que está bien, en realidad no lo sabemos.
-Bueno, pues a la próxima mejor no digo nada.
Habíamos llegado a la puerta del instituto. Observé como Eily miraba para todos lados y después me dirigía la mirada a mí, aliviada.
-Mi hermano aún no ha llegado, le voy a llamar, espera un segundo.
Estuvo hablando durante unos segundos, y después volvió a juntarse conmigo.
-No va a poder venir así que vamos al bus.
Estuvimos hablando del fin de semana, de algunos planes que teníamos en mente yo y mis amigos. Enseguida llegamos a la parada de Eily, y bajé con ella.
-¿Acaso quieres saber dónde vivo?
-Te recuerdo que te he visto en el balcón y he entrado a tu casa.
-Mierda es verdad-Dijo entre carcajadas, riéndose de ella misma.
El resto del camino fue en silencio, y no era muy incómodo, de hecho, se sentía bien. Creo que cuando estás en silencio con alguien y no es incómodo, es señal de que es una buena amistad, o eso me decía siempre mi madre. Nunca voy a olvidar esa frase.
Finalmente llegamos a su casa, me despedí de ella, y me fui en dirección a la pastelería, tenía hambre.
-Hola buenas, quería tres donuts de chocolate por favor.
-Hola Josh, enseguida.
Puse el dinero en el mostrador, me sirvió los donuts y me fui.
Tenía que subir toda la calle para llegar a mi casa, y aunque así descrito parece un tramo muy largo, en verdad sólo eran diez minutos de camino.
Llegué a mi casa. No había nadie allí, la verdad que no me extrañaba, casi siempre solía estar solo en casa porque mi madre trabajaba mucho tiempo al día, y mi padre desaparecía por días después de una de sus borracheras. Y mi hermana estaría estudiando en la biblioteca hasta tarde, como siempre.
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Enamórate de mí, Josh
Любовные романыEily, como de costumbre, iba al teatro. La puerta estaba ya medio-abierta. Fue a la biblioteca y comenzó a leer, algo normal. Escuchó pasos, alguien apareció en la puerta, y desde aquel momento, toda su vida fue un desastre, de mal en peor. ¿O no?