28. Esto de ser amigos no va a funcionar.

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Eily

En el bus estuvimos hablando sobre el viaje que había planeado con mis primos. Que por cierto, tenía que volver a ver, porque el verano se acercaba, y teníamos que planear todo. 

También hablé con Sabrina, que me estuvo regañando por ir con él a su casa sabiendo que nos gustábamos. 

-Eileen Rayden, como se te ocurre ir con él después que te haya hecho hecho, no te entiendo. 

-Bueno Sabrina, si tú nunca te has enamorado no es mi problema-Dije recordando a Ann. 

-Idiota, sí que lo sabes y si es tu problema. Bueno, pues ya me contarás. Ya sabes que estoy con Ann y Shaila, así que nos vemos mañana. 

-Adiós. 

Últimamente ella y Ann estaban muy unidas, y empecé a pensar que algo ocurría entre ellas, pero luego recordé lo que pasó cuando tenían trece o catorce años, cosa que no fue muy agradable por las dos partes: ser rechazada y tener que rechazar a alguien que te gusta tiene que ser horrible. 

Volví al mundo, por suerte Josh no me había llamado ni dicho nada, y sin darme cuenta, ya estábamos en su casa. 

-Eily vamos, ya hemos llegado. 

Asentí y fui a coger mi mochila, cuando me di cuenta de que ya la llevaba él. Le miré confundida, se giró y me guiñó un ojo. Comencé a sentir el calor llegando a mi rostro, probablemente me puse roja. Después miré para otro lado intentando evitar una sonrisa. 

-Oye Eily, toma las llaves, es esa casa de allí. Yo tengo que ir a comprar algo de comida, mi hermana me ha dicho que faltan unas cuantas cosas así que enseguida vuelvo. 

-Vale, dame la mochila, que así no la tienes que cargar. 

-No te preocupes, no pesa nada. 

Asentí y me giré para ir en dirección de su casa.

Era un pequeño chalet con un patio a su alrededor. Desde la calle de enfrente pude ver algunos rosales y un camino de piedra que llevaba a la puerta de ésta. 

Recordando la casa de mi abuela y cuando iba de vez en cuando, fui saltando de piedra en piedra, como si fuese mi yo de pequeña. 

Subí dos escalones que llevaban a una puerta gruesa de madera. Me paré enfrente de ésta y miré hacia arriba. Se veían dos ventanas a los lados, una chimenea y la fachada de un gris descascarillado, estaba claro que necesitaba una capa de pintura. 

En el llavero busqué la llave más gruesa y la puse en la cerradura, la puerta se abrió fácilmente, cosa que en mi casa no pasaba. 

La entrada era un pequeño pasillo que, recto, llevaba al salón, a la izquierda la cocina, y a la derecha una escalera, que supuse que llevaba a los dormitorios y al cuarto de baño. 

Escuché que unos pasos se acercaban hacia mí, mientras yo dejaba la mochila al lado de un mueble con fotos de la entrada. Me paralicé al ver quién estaba en frente de mí. 

-¿Eileen? 

-¿Sam?

-¿Cómo has entrado a mi casa y por qué tienes mis llaves?-Dijo señalando a mí mano. 

-¿Vives con Josh?

-Espera espera...Ven al salón.

Fui tras ella y me senté en uno de los sillones. 

-A ver, ¿Desde cuándo tú y Josh sois amigos?

-Desde hace dos o tres meses.  

-Bien, pues yo soy su hermana. Sam Fenner. 

Enamórate de mí, JoshDonde viven las historias. Descúbrelo ahora