Si tengo que iniciar una nueva vida, quisiera encontrarme de nuevo contigo...
El amor es algo eterno, el aspecto puede cambiar, pero no la esencia. Acompáñame durante ésta travesía.
Yo creo en el Amor verdadero, ¿Y tú?
Sean bienvenidos, espero y di...
Cuando empezaron los entrenamientos con Mitsuri, decidieron subir la intensidad de estos.
Ya no eran batallas simuladas, ya no era un juego de niños. Ahora la cosa iba en serio.
Por la nichirin de Mitsuri, ella debía explotar su flexibilidad, por ende, Kyōjurō y Azumi le ayudaban haciendo estiramientos y otros ejercicios dónde ambas chicas ponían a prueba su resistencia y su forma de desenvolverse en las batallas con un punto en mente: lograr ataques certeros y con el daño bastante para dar fin a sus enemigos. No había más ni menos.
Pero también, aparte de eso, debían entrenar las posturas que Kyōjurō les enseñaba. Azumi no tenía problema con ello... Pero Mitsuri, por más que lo intentaba, no podía lograr hacer una respiración como tal.
No sirvo para esto... Decía una Mitsuri desanimada, a lo que Senjurō llegó a buena hora con dulces para los 4 (a sabiendas de que Kyōjurō ya tenía una competidora digna: Mitsuri comía incluso más que él).
Mitsuri-chan, si sirves para esto... Vamos, ya estás entrenando tus capacidades físicas para poder ser una pilar de renombre decía Azumi mientras comía un dulce y abrazaba al pequeño Senjurō con un rostro de satisfacción
Tiene razón, Mitsuri el joven rubio comía dulces y gritaba Umai, algo extrañamente satisfactorio desde que perdió parte de su sentido del oído. Pero gracias a esto, pudo hacer que sus otros sentidos estén siempre alertas. Se decía que podía sentir demonios a una distancia notable. Tienes que encontrar tu escencia, no porque entrenemos con llamas, significa que tú lo hagas también. Depende de lo que sientes. ¡UMAI!
Azumi y Senjurō reían al escucharlo, y a pesar de resistirse, Mitsuri también rió con ellos.
Gracias por su confianza. En serio que si Abrazaba a los tres y Senjurō se quejaba levemente y Misturi se deshacía en reverencias de nuevo.
Mi-Mitsuri-chan, está bien le decía un Senjurō apenado.
Pov Kyōjurō
A los pocos días de esa plática tan conmovedora (como mencionaba la pequeña Mitsuri) hubo una reunión de Pilares, y como siempre, Shinjirō se negaba a ir.
Así que, Kyōjurō, decide ir en su lugar.
Oyakata-sama tenía a los pilares frente a él como de costumbre al mismo tiempo que éstos mostraban respeto... Giyuu Tomioka, Shinobu Kocho, Giomei Himejima, Sanemi Shinazugawa, Uzui Tengen y a un lado de todos ellos, un joven Kyōjurō escuchaba atento aquella reunión.
Oyakata-sama un Sanemi de mala cara se dirige al patrón ¿No se supone que sólo deben haber pilares aquí? Miraba con desprecio al joven Kyojuro.
¡Mi padre está indispuesto! ¡No sería prudente enviarlo a misiones en su estado! Sin perder su sonrisa, contestó ese joven.
Sanemi aprieta los dientes mostrando molestia.
¿Y cómo se encuentran los demás, hijo mío? Dijo Oyakata-sama con la ternura de siempre.
¡Se encuentran bien, señor! Pero... ¡Quiero ser un pilar!
Sanemi, irritado, se levanta y lo mira con desprecio. ¿Acaso crees que es fácil ser un pilar, niño estúpido? Se avalanza sobre el joven rubio a golpes mientras éste los bloqueaba con sus antebrazos.
Kyojuro lo mira decidido y lo detiene. ¿¡ACASO NO SOMOS CAZADORES!? ¡Está prohibido pelear entre nosotros y más en frente de Oyakata-sama! La da una leve palmada en el hombro.
Uzui se inclinaba hacia enfrente ~¡Ese chico tiene agallas! Detuvo los golpes de Shinazugawa y aparte, su cabello es extravagante. ¡ME CAE BIEN!~
Oyakata lleva su dedo a sus labios y éstos guardan silencio.
Kyojuro, si quieres ser pilar, debes demostrarlo... En la división de Tokio, dónde se supone que tú padre debería estar vigilando, hay problemas con un demonio. Si regresas victorioso, serás aceptado entre nosotros.
Kyojuro animado hace una reverencia ¡No le fallaré! Se levanta y se dirige a la finca donde Azumi y Mitsuri entrenaban mostrando su avance en la batalla.
Jefe... Dice una Shinobu preocupada ¿Estará bien? Dicen los rumores que quizás es una luna inferior...
Hija mía, si va a querer pertenecer al cuerpo de los pilares, y recuperar su honor, él hará lo necesario, lo siento... Estoy seguro... Mientras veía la puerta, éste sonríe.
¡Señoritas! ¿Me hacen el favor de acompañarme a Tokio?
Ambas se miraron curiosas y lo ven después a él
¿A Tokio? Preguntaron ambas chicas al mismo tiempo. Kyojuro les explicó lo que Oyakata-sama le había encargado y amabas accedieron sin más.
Senjuro les deseaba un buen viaje mientras los tres jóvenes y unos cuantos kakushi los seguían, se despedían del pequeño.
Al llegar, todo era más grande de lo que estaban acostumbrados, luz de extrañas farolas, edificios más grandes... Otros medios de transporte, una gran diferencia a lo que estaban acostumbrados, pero no era momento de admirar tales cosas. Ahora importaba encontrar aquel demonio que provocaba tantos problemas.
Un chiquillo choca contra Mitsuri y ésta al intentar disculparse, la madre agarra al niño como si fuese a hacerle algo.
¡Aléjate de mi hijo! ¿¡QUE PRETENDES HACER!? ¿¡LLEVÁRTELO!?
N-No... Señora yo... Kyojuro lo carga mientas Azumi se acercaba a calmar a la joven peli verde
¡No señora! ¡Su pequeño chocó sin querer con mi compañera! ¡Mis disculpas! Bajaba al niño riendo y la mujer se retira algo confundida y mareada por sus gritos...
¿Estás bien, Mitsuri-chan? La abraza Azumi mientras su contraria correspondía.
No sé porque sigue afectándome el hecho de que me hagan a un lado... Debería estar acostumbrada ya...
Kyojuro acaricia la cabeza de ambas y niega con la cabeza.
Las personas tardan en aceptar a la gente que sin distintas a los demás, ánimo.
Cuando Mitsuri iba a contestar, una bomba cerca de donde estaban, explota, haciendo que muchos escombros y cristales salieran a todas direcciones.
Azumi protegió a los kakushi que más pudo, Kyojuro protegió a civiles y Mitsuri, al ver que la madre y el pequeño no se alejaban, uso su cuerpo de escudo resultando herida.
La madre no le decía nada a ella, a lo que el pequeño le dijo a su madre que le dijera gracias por haberlo salvado.
Mu-Muchas gracias, señorita... Cuando se estaban levantando para irse, unos perros negros salieron del suelo atacando a todos.
Kyojuro, por su parte, había sentido la presencia de un demonio arriba del edificio al otro lado de la calle. Azumi se giró para verlo, y a la sorpresa de ambos gritaba ese demonio ¡RENGOKU, ME LAS PAGARÁS MUY CARO!
Los kakushi, las chicas y el rubio se miraban extrañados... ¿¡Cómo Demonios conocía a Kyojuro!?
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Notita:Si gustan ver la batalla como Kyojuro manda, busquen Kimetsu no Yaiba Gaiden... Allí se publicó lo que es una historia de Giyuu y Shinobu, y la otra parte, todo esto que les escribí y otro tanto.