Especial: Azumi... ¿qué?

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Después de salir de la recámara, Azumi comenzaba a buscar a Kyōjurō y lo veía comiendo con su hermano en el descanso que daba al patio.

Hola, chicos. Azumi se acercaba y ambos volteaban con las mejillas llenas de los dulces que Senjuro había hecho. Azumi reía leve y ambos sonreían apenados.

Pasaban el bocado y el mayor extendía su mano a dónde estaba la chica. ¿Tienes algo? Senjurō la veía curioso y comía otro dulce.

Es que... Tomaba su mano y se sentaba en el suelo sobre sus piernas. Al parecer, tengo una pista de mi familia, Kyo...

Ésta suspiraba y Kyōjurō se giraba por completo para poner su mano en su mentón y con su pulgar, acariciar su mejilla. ¿Y es algo malo? Senjurō incluso dejó de comer para abrazar a Azumi y ella sonreía.

No lo sé... No quería mencionar esto pero... ¿Recuerdas que te dije sobre el sueño del tren? Suspiraba y apretaba sus manos En sí, desde que ví a Ruka-sama en los cerezos... Era  como si ella estuviese allí todo el tiempo y me dijera que iba a suceder... Pero... Ésta vez fue mi madre en las glicinias que se encuentran cerca de aquí... Senjurō solo la abrazaba y Kyōjurō asentía, a lo que cruza sus brazos y lleva su mano derecha a su barbilla.

¿Quieres ver si hay algo allí? Azumi lo vió con algunas lágrimas en sus ojos

¿En serio me acompañarías? Solo es una corazonada... No creo...

Azumi-chan, no pierden nada con ir a ver... Solo vayan con sus katanas por si pasa algo, ¿Si? Yo mientras estaré aquí con mi padre.

Kyōjurō se levanta enérgico y extiende su mano a Azumi ¿Vamos? Asiente y ambos van a buscar su katana.

Antes de salir, Azumi toma del brazo a Kyōjurō y éste se frena. ¿Estás seguro? Yo... Kyōjurō toma el mentón de su contraria para depositar un beso en sus labios y la mira sin separase mucho. Azumi, serás la futura señora Rengoku, sería un tonto si no te ayudara en esto. Sonríe, toma su mano y caminan juntos al bosque de glicinias.

Los árboles se movían junto al viento que pasaba entre ellos. Kyōjurō veía aquel lugar como si fuera un niño pequeño y Azumi sonríe al verlo.

Pero de repente, algo llama su atención, a lo lejos se escuchaban risas de niños y personas hablando y gritando como si alguien viviese allí.

Azumi pone su mano en su katana y ambos se acercaban con cuidado.

Los árboles se formaban como si cuidaran un camino y llegan a una finca donde mujeres, niños, hombres y ancianos caminaban, reían, comían y demás.

Una mujer iba pasando cerca de donde ellos iban saliendo y grita llevando sus manos a la boca. Todos giraron a ver a aquella mujer, para ver qué una joven de cabello negro y ojos grises se asomaba de entre los árboles junto a un joven de cabello como el fuego.

¡Sayuri-sama! Azumi volteaba atrás de ella, creyendo que habían visto a alguien más, pero al ver que no había nadie más, gira de nuevo hacia donde estaba la gente y todos comenzaron a acercarse a la chica.

Lloraban, cantaban, corrían a su al rededor mientras la jalaban al centro del lugar. Mientras tanto a Kyōjurō lo rodearon varios hombres con katanas.

Esperen... Yo...

Azumi, al sentirse abrumada, da un grito y todos se detienen a verla desconcertados.

¡Déjenlo en paz! ¡No los lastimará! Los hombres hacían caso omiso Y además... Disculpen, pero me confunden con alguien más... Yo...

Una mujer negaba usted es ¡Sayuri-sama! ¡Hace años que la buscábamos, pero jamás supimos de usted! Al regresar a casa, el lugar estaba destruido y no sabíamos si estaba bien o mal.... Lleva sus manos a la cara

Amor Eterno (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora