Si tengo que iniciar una nueva vida, quisiera encontrarme de nuevo contigo...
El amor es algo eterno, el aspecto puede cambiar, pero no la esencia. Acompáñame durante ésta travesía.
Yo creo en el Amor verdadero, ¿Y tú?
Sean bienvenidos, espero y di...
Azumi despierta en una recámara de la villa mariposa. Mira sus manos y se percata de que éstas están vendadas hasta el hombro. Siente un dolor constante en todo el cuerpo. Cierra los ojos un momento y recuerda la batalla de antes.
No le importaba el dolor en ese momento, quería saber si Kyōjurō y los chicos estaban bien. En cuanto giró a su derecha, Kyōjurō estaba dormido con vendas en su cabeza y brazos por lo que alcanzaba a ver.
Suspiró aliviada, mientras veía a su alrededor como podía. Tanjiro, Inosuke y Zenistu estaban durmiendo de igual manera.
Ara, ara, despertaste, Azumi-chan. Decía una joven con un haori de mariposa. ¿Cómo te sientes?
Hola, Shinobu-chan riendo leve lleva su mano a su costado como si un tren hubiese pasado sobre mi ríen ambas chicas y Azumi tose un poco. ¿Cómo están los demás?
Shinobu señala a Zenitsu él no está tan herido, pero aún así quiere estar aquí para verlos. Técnicamente es como si me ayudara. Aplica lo mismo para el cabeza de Jabalí. Se gira y mira a Tanjiro a lado de la cama de Kyojuro. Él recibió una puñalada en en vientre, me sorprende que no se haya desangrado ni haya llegado a un punto de importancia.
Mira a Kyōjurō y suspira. Él... Tuvo suerte... Si es que puedo decirlo así... Su ojo izquierdo fue herido y lamentablemente no pude hacer nada, tiene rasguños en piernas, brazos, torso y espalda. Tiene rotas unas cuantas costillas, pero de allí en fuera, está bien. Así que relájate, heroína. Llevaba su mano a su barbilla y reía leve, Azumi solo se sonrojaba.
Y tú... Se acercaba a ella y se sentaba en la cama tienes cortadas en brazos, piernas, cara y cuello. Tienes golpes no muy graves en la espalda y en las piernas. ¿Es cierto que salvaste a Kyōjurō?
Azumi se sonrojó de más y tapó su rostro con ambas manos dejando solamente su boca descubierta.
S-si... Me dirás quizás que estoy loca se descubre la cara y mira a Shinobu pero ya tenía tiempo soñando con esa escena... Mira al techo y suspira estuve mucho tiempo sin dormir bien por el miedo a perderlo... Sentía que el corazón iba a salirse de mi pecho, mis manos sudaban y mi cabeza no dejaba de darle vueltas al asunto... Era horrible verlo...
Recuerdo, como si hubiese estado en ese momento viendo desde otra persona... Akaza lastimaba a Kyōjurō... Apretaba sus manos y dejaba salir lágrimas Kyo solamente trataba de detener a aquel demonio con su propio cuerpo, pero fallaba... Al ver que venía el sol, éste escapaba mientras yo corría a dónde estaba Kyōjurō... Mi miedo crecía cada día más y más, como una bola de nieve... Él sonreía y nos decía algo que jamás llegué a escuchar porque el miedo me despertaba... Solo recuerdo ver que de un momento a otro, el veía a un lado y allí estaba algo o alguien esperándolo, sonreía una última vez y ya no volvía a despertar... Lo recostaba en mi regazo y le cantaba como si con eso fuera suficiente para traerlo de vuelta...
Secaba sus lágrimas mientras Shinobu la veía preocupada, sin percatarse de que Kyōjurō ya había despertado y estaba escuchando todo.
Me daba tanto miedo el verlo así... Tanjiro gritaba con un dolor que hasta me hacía llorar mientras dormía... Yo sólo me limitaba a llorar y suplicarle que no me dejara... No podía permitir que se lo llevara... No quería darle el derecho de quitarme el verlo a diario, el verlo sonreír... Quizás y sea egoísta, lo sé tomaba la mano de su contraria pero no quería perder el derecho a amarlo y cuidarlo más tiempo.
Kyōjurō se sentaba en la cama y veía a la joven con los ojos llorosos Azumi... Las chicas gritaron y despertaron a los tres más jóvenes sin querer, las había asustado.
¿Es verdad que llevas tiempo sin dormir por mi culpa? Azumi lo veía y negaba, mientras Shinobu se hacía a un lado e iba con Zenitsu para callarlo con una sonrisa sombría Shhh, están hablando, Zenitsu-san.
Azumi se levantaba y se acercaba a la cama de Kyōjurō, se sentaba con cuidado y tomaba su mano. No le tomes importancia. Lo que más importa es que estás aquí, vivo... Con nosotros su mano izquierda se posaba sobre la mejilla de su contrario con una gran sonrisa.
Kyōjurō la abrazaba con fuerza mientras Azumi correspondía pasando sus brazos por su cuello.
Jamás, te dejaré ir... Lo prometo... En ésta vida y las que vienen.
Azumi sonrió como jamás lo había hecho, era más que feliz.
Pasaron los días, y mientras Tanjiro, Zenitsu e Inosuke practicaban con Azumi, Kyōjurō los veía practicar. Ya que Kyōjurō ya no era pilar, Oyakata les había dicho que ya habían cumplido con su misión y que debían descansar. De hecho, por primera vez en todo el tiempo que lo conocen, lloró por el hecho de saber que casi perdía uno de sus hijos.
Todos los pilares, incluso Azumi trataron de consolarlo, pero nadie podía hacer que dejara de llorar de alegría.
Días después, Azumi y Kyōjurō caminaban juntos a casa, cuando vieron a Senjurō barriendo en la entrada de la casa de la familia.
Éste volteó a dónde estaban sin decir ni una sola palabra, soltó la escoba y corrió a dónde estaba su hermano y Azumi.
¡Regresaron! ¡Regresaron! Éste lloraba en los brazos de su hermano y Azumi solo le acariciaba su cabeza con ternura, a lo que él pequeño tomó su mano y los abrazó a ambos como si no los hubiese visto en años.
Los cuervos de ambos se posaron en una rama del cerezo de la casa Rengoku viendo aquella escena.
Por ahora, solo importaba aquel momento y Kyōjurō, ya había decidido que hacer de ese día en adelante.
Senjurō, ¿Que vamos a comer hoy? Senjurō lo veía con sus ojos llenos de lágrimas y después sonreía ¡Lo que quieran! ¡Hoy es un día especial!
Azumi besó su frente y los tres entraron a la casa platicando lo que había pasado en su ausencia. Para sorpresa de los tres, vieron a Shinjirō fuera de su recámara, viéndolos con recelo.
Vaya... Hasta que llegan... Toma un sorbo de su sake y al darse la vuelta, Azumi apretó sus puños.
¿¡SABE QUÉ ES LO QUE PASÓ!? Kyōjurō y Senjurō se quedaron boquiabiertos por la reacción de la joven. Shinjirō se detuvo en seco y volteó a verla con molestia.
No, y no me importa... ¿Quieres que les diga buen trabajo? ¿Que les diga que qué bueno que regresaron? Yo no estoy para cursilerías tomaba un sorbo y al ver de nuevo a la chica, ésta se acercó a él y le dió una cachetada haciendo que éste tirara el jarrón de sake. La respiración de ambos era acelerada, mientras Kyōjurō y Senjurō se quedaron petrificados por la acción que acababa de suceder.
¿¡ACASO NO LE IMPORTA PERDER A ALGUIEN MAS!? ¿ACASO CREE QUE A LA SEÑORA RUKA LE GUSTARÍA VERLO PERDIDO EN ALCOHOL?
Shinjirō la veía impresionado con la mano en su mejilla, ya tenía tiempo que nadie lo veía de esa manera, solo Ruka sabía cómo regresarlo a sus cabales con su mirada... ¿Qué era eso?
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