Si tengo que iniciar una nueva vida, quisiera encontrarme de nuevo contigo...
El amor es algo eterno, el aspecto puede cambiar, pero no la esencia. Acompáñame durante ésta travesía.
Yo creo en el Amor verdadero, ¿Y tú?
Sean bienvenidos, espero y di...
Esto inicia en una finca en una zona segura con una cierta familia llamada Rengoku. Ésta familia no era como las demás, ellos a través de varias generaciones, se transmitían el uso de la respiración de la llama y decían que el peculiar color de su cabello se debía a qué un antepasado suyo, había comido demasiado tempura picante de camarón, pero esa es otra historia.
Esto hasta cierto punto era normal, puesto que esa familia y las otras tantas que habían a su alrededor, se dedicaban a defender a los más débiles de creaturas hostiles sedientas de sangre.
¿Por qué iniciar en un lugar como éste? En ésta familia nació un ser lleno de luz y bondad. Pero empecemos desde el día que ella llegó.
Se aprecia una mujer saliendo de aquella finca, tomando de la mano a su pequeño hijo. Éste pequeño se encontraba emocionado, ya que ese mismo día se enteró de que su madre, estaba esperando un bebé.
¡Madre! Dijo el pequeño ¿Entonces es verdad que seré hermano mayor? Sus ojos le brillaban con intensidad, la emoción no cabía dentro de él.
Su madre lo mira con ternura mientras asiente. Si, mi pequeño... Serás un gran hermano mayor. Acariciaba su cabeza mientras el pequeño no cabía de la emoción en sí mismo.
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Su padre, el pilar de la llama Shinjirō Rengoku, era el orgulloso padre y esposo de la familia. No podía estar más contento de su vida, después de compartir la vida con su amada, la Señora Ruka Rengoku y tener un hijo capaz de lograr grandes hazañas a tan corta edad. No había nada más que desear en ésta vida.
Mientras iban caminando la señora Rengoku y su pequeño niño, escucharon unas pisadas detrás suyo. Mi niño, ya sabes que hacer si es una de las creaturas con las que pelea papá, ¿verdad?
Pero madre... Le ve preocupado. No puedo dejarte aquí, te defenderé como papá me ha ense... éste es interrumpido por un fuerte golpe contra el suelo. Las aves volaron y su madre optó por abrazarlo.
Al calmarse un poco la situación, la madre, decidida, toma una roca del suelo y se dirige al cerezo que tenía cerca. Vió a su pequeño con una sonrisa y el pequeño asiente nervioso mientras tomaba una rama del suelo, como si fuera más que suficiente contra cualquier cosa en el mundo.
La señora Ruka se acerca con extremo cuidado y ve una pequeña figura a lado del árbol, ésta no dejaba de jadear. Al acercarse más, notaba la figura de una pequeña niña... Su cabeza, manos y piernas estaban cubiertos de un color carmesí.
¡Kyojuro! Gritó la señora Rengoku preocupada. Ve a casa y trae a tu padre lo más rápido que puedas, pequeño. ¡Corre!
Sin dudarlo, el pequeño Kyōjurō dejaba caer la rama y corría hacia la casa y le grita a su padre que lo siga, ya que su madre había encontrado algo.
El padre, sabiendo que su esposa esperaba a otro retoño, se levantó de inmediato de su futón y cargando al pequeño, llegaron al cerezo dónde estaba la señora Rengoku.
¿¡Amor!? ¿Estás bien? Su voz temblaba nervioso, mientras se acercaba con el pequeño detrás suyo con su mano en la katana. Al estar cerca, puede ver a su amada sentada en el suelo con una pequeña niña mal herida con la ropa rota. ¿Que ha pasado? Se agacha a lado de su esposa mientras el pequeño Kyōjurō ve a la niña con semblante preocupado.
No lo sé, amor. Tomaba parte de su kimono para limpiar el rostro de aquella niña. Kyōjurō y yo íbamos caminando mientras escuchamos que algo o alguien nos seguía, pero después escuchamos como caía algo y al venir a ver, era ésta pequeña.
El señor Rengoku toma a la pequeña entre sus brazos con cuidado mientras ayuda a su esposa a levantarse. Está mal... Debemos llevarla lo antes posible a casa.
De camino a su casa, la pequeña niña abre sus ojos y Shinjirō se percata de que eran de un tono grisáceo. La señora Rengoku se percata de ello y le toma su pequeña mano.
Hola, cariño. Con una voz suave. ¿Cómo te llamas pequeña? La ve algo preocupada y la pequeña le contesta con trabajo.
Azumi. Dijo la pequeña para después volver a dormir en los brazos del señor Rengoku.
Al llegar, Kyōjurō, abre las puertas de su recámara. Madre, padre, ella puede quedarse en mi recámara. Los mira preocupado mientras entra y extiende su pequeño futón sobre el suelo.
El señor Rengoku asiente y entra a dejarla en el futón mientras la señora Rengoku iba a la cocina por agua y compresas.
La señora Ruka con cuidado limpiaba a la pequeña mientras veía que la sangre no era suya, ya que no tenía rasguño alguno. Shinjirō, la pequeña no está mal herida, es sangre de alguien más Lo mira preocupada y triste de saber que alguien más estaba en peligro.
Cuando el señor Shinjirō iba a contestar, un cuervo kasugai se acerca diciendo que hubo un ataque en un pueblo cercano y que el pilar junto a otros cazadores, debían investigar.
Con este terrible suceso, la historia de aquella familia y de aquellos que los rodeaban, iba a cambiar de manera drástica.
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Hola a mis lectores ♥️ Estoy iniciando ésta historia para cambiar un poco la historia toda deprimente que hice antes 🤭
Una pequeña nota: Azumi significa lugar o espacio seguro, por si les llama la atención que significa 😅
