Extra: Azumi y Kyōjurō

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Cómo recomendación de una querida lectora ❤️ andypopcorn, me sugirió explicar más como Azumi y Kyojuro llegaron a todo esto 🤭

Así que sin más distracciones, empezamos 😋

Pov Azumi

¡Hola! Te preguntarás porque hablo directamente contigo. No te asustes, solo venía a contarte el porque aquel rubio de puntas rojizas, sonrisa de ángel y cuerpo de... Ejem tose sonrojada, cierra los ojos y respira.

Cuando éramos niños, Kyojuro y yo solíamos salir a comprar dulces, comida, visitábamos al doctor por la medicina que le recetaban a la señora Ruka cuando enfermó, y obviamente, entrenábamos con su padre cuando estaba en casa. Prácticamente hacíamos todo juntos.

Si él salía a buscarle flores a su madre, iba con él; si él se enfermaba (si, también se llegó a enfermar por entrenar bajo la lluvia tratando de hacerse más fuerte pese a su edad, ahora que lo pienso mejor), Ruka-sama quería cuidarlo, así que yo trataba de estar con él y luego los dos terminábamos enfermos, je.

Se preguntarán, ¿Y Senjurō-kun? Bueno, él se la pasaba en la recámara junto a su madre cuidando que estuviera bien y durmiendo, honestamente.

Un día, el señor Rengoku nos llevó a un festival cerca de donde vivíamos. A un pueblo muy bonito, en el cual, cada año hacían dulces de flor de cerezo (si, en realidad existen rasca levemente su nuca), habían juegos, música y mucha comida, desde allí toda la familia y yo descubrimos que Kyōjurō tiende a comer demasiado. Lo mejor de todo, es que mi cumpleaños y el festival eran al mismo tiempo, así que eran los mejores regalos del mundo, estar con los que más quería sobre la faz de la tierra, ver algo increíble como los fuegos artificiales y disfrutar del color, aroma y sobre todo, la manera en que lo pétalos caían, eran como un sueño.

Shinjirō-sensei, con el pequeño Senjurō en sus hombros y la señora Ruka nos cuidaban todo el tiempo, (era una mujer única y muy fuerte, la admiro y quiero muchísimo) pero Kyo y yo corrimos a un tipo de espacio abierto donde aparte de haber cerezos...

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Shinjirō-sensei, con el pequeño Senjurō en sus hombros y la señora Ruka nos cuidaban todo el tiempo, (era una mujer única y muy fuerte, la admiro y quiero muchísimo) pero Kyo y yo corrimos a un tipo de espacio abierto donde aparte de haber cerezos a montones, teníamos la mejor vista del festival a la hora de ver los fuegos artificiales.

Ese lugar era increíble...

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Amor Eterno (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora