Capítulo 33 Sleep

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Mierda, hace como 9 días que no subo capítulo.

Sorry, sorry, sorry. Es que he estado muy ocupada, problemas, estudios, falta de inspiración y demás.

Espero que disfruten del capítulo es un poco triste pero bueh, el final se acercaaaaa

Este capítulo está dedicado a mi esposa ;) que como me dedicó capítulo en su novela me toca a mi. (Y aprovecho y te hago spam, y les digo que sigan a esta sensual chica y que lean sus frerards)

Besitossss y muchos abashoss teletubbiess

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(Sam)

Jugueteé con mis dedos mientras tarareaba una cancioncilla con una voz apenas audible.

Has hecho lo correcto, Sam.

Esperaba que así fuera.

Uno de los policías apareció por el oscuro pasillo y se paró frente a la puerta de mi celda.

Podía ser solamente la pequeña celda de la comisaría pero sentía un nudo horrible en mi interior, que me provocaban ganas de vomitar cada vez que mi vista se posaba en los barrotes.

El hombre sacó un manojo de llaves e introdujo una en la cerradura y mi puerta se abrió.

Me levanté rápidamente del frío banco de metal.

-¿Me puedo ir ya a casa?-le pregunté al policía y él asintió.

-Hay una mujer mayor ahí fuera que pregunta por ti.

Salí y casi volé por el pasillo para correr hacia mi madre.

Ella me esperaba ahí en medio. Tan pulcra y elegante como siempre.

Abrió los brazos y yo me lancé a ellos, inundando mis fosas nasales con el olor familiar.

-Escuchadme todos.-pidió la inspectora que me interrogó, Johanna.-Ya tenemos culpable y lugar donde buscar. Y una nueva norma: si ven a Gerard Way tienen permiso para disparar. Quiero una patrulla que parta ahora mismo para Ohio.

-Has hecho lo correcto, cariño.-murmuró mi madre en mi oído.

Yo quería pensar que así era.

Pero algo llamado culpabilidad se había quedado atrancado en mi corazón.

(Gerard)

Las hojas de los árboles volaban y bailaban a nuestro alrededor mecidas por el frío viento que se colaba entre los pinos y abetos que nos rodeaban.

Una capa fina de nieve cubría la carretera y las copas de los árboles, escondiendo a los animales y creando un sinfín de sombras y figuras que se alzaban sobre nosotros.

Detrás, Mikey y Angie dormían. Mi hermano con su rostro en el pecho de Angie mientras esta rodeaba su esquelético cuerpo con cierto ademán de protección maternal.

Los ojos se Frank me observaban de reojo cada rato, como espiándome, como si intentara leer mis pensamientos sin que yo me diera cuenta.

Oh Frank, que ingenuo eras a veces.

Pero eso es lo que más me gustaba y me gusta de él. Su ingenuidad, su constante capacidad de ver las cosas de una sola realidad, y su mente cuadrada y precisa en la dimensión en la que él creía vivir.

Sus "te quiero" que eran como intentos de hacerme permanecer en su realidad, sin saber que, en mi mente, existían muchas más.

Él me miraba.

Fallen angelsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora