Capítulo 3 Give me novacaine

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(Frank)

Había pasado un año desde que conocí a Angie.

Conocerla, vivir con ella y verla cada día me dio esperanzas.

Vi que yo no era el único desgraciado del mundo.

Me contó como su padre era alcohólico y le pegaba casi todos los días.

Me contó como cuando ella era pequeña, su madre los dejó a su padre y a ella, y la dejó sola con un alcohólico para irse a Nueva York con un abogado que había conocido.

Su padre... su padre era el ser más despreciable que podría existir. Le pegaba, le cortaba y de aquellos recuerdos todavía quedaban cicatrices que yo intentaba curar y hematomas que oscurecían su blanca piel.

También me contó como la violó.

Yo le conté que mis padres me habían visto besando a un chico en las puertas del Instituto y que me echaron de casa por ser diferente.

Pero los dos nos ayudamos mutuamente y seguimos adelante juntos.

Angie era como la hermana que nunca tuve.

La habían roto, le habían hecho mucho daño, pero ella siempre tenía una sonrisa que regalar.

Consiguió trabajo como camarera en un bar de uno de los barrios bajos de Jersey, y al poco tiempo cambiamos el hospital abandonado donde vivíamos por un pequeño apartamento con tres habitaciones.

Yo conseguí un puesto de vendedor en una droguería, y aunque no era mucho, y a veces nos íbamos a dormir sin comer, ahí estábamos los dos. Aguantando cualquier tormenta.

Ninguno de los dos fuimos a la universidad, ya que no teníamos apenas tiempo ni para cocinar.

-Frankie...-me llamó ella, una noche desde su cama.

Solo había una cama para una persona, y después de una larga discusión, la convencí de que el suelo era muy cómodo y bueno para mi espalda.

-¿Qué pasa?-pregunté con voz adormilada.-¿Tienes pesadillas de nuevo?

Ella asintió y escondió su rostro en la almohada.

Me levanté y me tumbé junto a ella para rodearla con mis brazos.

Acaricié su sedoso pelo negro y le susurré al oído que no estaba sola.

-¿Qué soñaste?

-Con mi padre...-murmuró.

-¿Puedes contármelo? Dicen que si se cuentan las pesadillas, los miedos se reparten y son menos malos.

-Yo... yo soñé que estaba en casa... otra vez... y él... él me pegaba y tú estabas conmigo e intentabas defenderme pero él... él te mataba y...-se echó a llorar y yo besé su cabecita.

-Sh tranquila, ya pasó, era solo un sueño.

-Es que a veces me siento tan sola y tan perdida, Frankie...

-No estás sola, Angie, estás conmigo. Nunca vas a estar sola...

-Cántame una canción, por favor.-pidió y yo acaricié las cicatrices de sus brazos.

Pensé una canción bonita que cantarle y Green Day me vino a la cabeza.

-Take away the sensation inside

Bittersweet migraine in my head

It's like a throbbing toothache of the mind

I can't take this feeling anymore

 

Drain the pressure from the swelling,

The sensation's overwhelming,

Give me a kiss goodnight and everything will be alright

Tell me that I won't feel a thing

So give me novacaine.

Su respiración se fue relajando y cerró los ojos para seguir durmiendo.

Sin soltarla ni levantarme alargué la mano hacia la mesilla de noche y agarré un paquete de tabaco.

Saqué un cigarro, lo encendí y el humo inundó mis pulmones.

A veces deseaba que inventaran una droga tan fuerte que te hiciera olvidar el pasado.

Algo que te hiciera empezar de cero, con una familia que te quiere, amigos de verdad y poder pasarte las tardes de invierno leyendo un libro, calentito junto a la chimenea mientras tu madre te prepara unos dulces y tu padre busca por internet universidades buenas para su hijo prodigio.

Pero la vida no es siempre de color rosa.

Y yo, en vez eso, ¿qué tenía?

Un piso sucio que apenas podíamos pagar, un trabajo de nueve horas diarias en el que me pagaban una miseria, y una guitarra que no podía tocar porque no podíamos pagar la electricidad.

Pero tenía a Angie.

 Y ella era mi angelito protector.

Me salvó de la muerte y que enseñó a ver el lado positivo de las cosas y a saber que lo más importa no es el dinero o las cosas que tengas, sino tú mismo, tu mente, tus manos y tu corazón, y que con esas tres cosas, se sacaba todo adelante.

Fallen angelsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora