Capítulo 35

600 65 7
                                    


Después del almuerzo, Lucia no podía ocultar su emoción por dar un paseó por uno de sus sitios preferidos; La casa de Campo. No lo había mencionado antes, pero le provocaba demasiada ilusión ir en compañía de Alex.

-Debo reconocerlo, en este momento no se me ocurre algún otro lugar tan precioso como esté- Murmuro él hombre a su lado, envolviendo uno de sus brazos en su cintura. Acercando sus cuerpos.

Sentados en el césped y al borde del lago, oyendo el viento que se colaba en las hojas de los árboles y como los pájaros volaban a su alrededor. Tranquilidad, calma, paz. Estar en el cielo, tocando su propio cielo. O eso pensaba Lucia, tal y como imagino hacía años.

-San Francisco también posee preciosos paisajes, aunque no pudimos ir a ninguno juntos- Reconoció.

-El tiempo poco estuvo de nuestro lado.

-Tienes razón- Sonrió, apartándose de su pecho y buscando su mirada -Entre intentar llevarnos bien y no matarnos en el intento, y crear una revolución en el instituto definitivamente nos quedamos sin mucho tiempo- Bromeó.

-Tampoco esperábamos como terminaría todo- Susurro, posando sus ojos en ella -Por lo menos yo... Nunca paso por mi mente que tendría ese final.

Podían oír las voces de las personas a lo lejos, pero no le dieron importancia. Era el momento de hablar de esa noche.

-¿Eso o de enterarte de todo en el proceso?- Se atrevió a preguntar, sintiendo al instante como los latidos de su corazón empezaron a acelerarse.

Alex bajo la mirada, presionando levemente sus labios.

-El shock y el dolor en mí era tan grande que no pasó por mi mente el pensamiento de que necesitabas todo menos ser juzgada esa noche.

-No fuiste egoísta, solo humano- Aclaro después de encoger levemente sus hombros, buscando una de sus manos para entrelazar sus dedos -Pude haber evitado todo, y decidí no hacerlo.

-Simplemente quiero saber- Dijo después de mirarla -¿Por qué no me lo contaste? Antes dijiste que lo hiciste por miedo de perderme, pero no logro entender en que momento pude haberte dado esa idea, de que me iría.

Esa en definitiva era una de las interrogaciones que más le causo insomnio por las noches. ¿Qué pudo haber hecho él para qué Lucia creyera que no contarle la verdad era la mejor opción? Y solo en ese momento Lucia pudo darse cuenta de eso.

-Cuando estás acostumbrada a que todos lo hagan, es imposible pensar que alguien no lo hará. Qué será la excepción- Contesto con sinceridad -Y tú... Simplemente no quería perderte a ti, no quería arrastrarte a mi pasado.

-Yo creí que ya no querías que me quedará- Confeso, dejando escapar una amarga sonrisa -Tus palabras... Joder, fueron breves, pero dolieron por mucho tiempo.

-No quería dejar ver lo rota que estaba- Admitió.

-Y preferiste romperme a mí.

El verde en sus ojos no mentía, y sus palabras tampoco.

-Si sirve de algo... Me arrepentí de aquellas palabras por seis años- Dijo con gozo, dejando ver sus dientes blanquecinos.

-Vaya, sirve demasiado- Ironizo con una pequeña carcajada -Incluso puedo sentir que todos estos años valieron la pena solo para oírte decir esas palabras.

Lucia carcajeó, soltando sus manos para golpearlas levemente en su pecho.

-Eres un idiota- Acuso.

-Sí, y tú una tonta.

El placer de tus labios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora